Carta 6: El lugar donde habita el miedo que tuvimos

"Escena onírica y melancólica de un callejón envuelto en niebla, con un osito de peluche abandonado en el centro. La niebla se disipa alrededor como empujada por un poder invisible. Luz de luna tenue, pavimento húmedo y una atmósfera mágica de protección infantil y reconciliación con el miedo."

Querido diario:

Esta noche, en mis sueños, había sombras. Sombras ocultas tras otras sombras. Escondidas en la penumbra que dejaban las luces al morir. Tristes rastros tenebrosos de algún misterio olvidado de mi mente, fruto del terror desconocido, en una despiadada lucha por superar mis miedos.

En esta ocasión, andaba por una calle conocida, recuerdo de mi niñez —no precisamente agradable—. El atardecer se deshacía en brumas frente a la vieja calzada. empezaron a tintinear las farolas, lanzando improperios amarillentos de luz, queriendo ser sol… y no dando la talla.

En el cruce la vi pasar, y supe de inmediato que venía a por mí. Ese viejo monstruo vestido de pardo por las tinieblas. Me esperaba debajo de cada coche aparcado, detrás de cada contenedor de basura aislado. Sintiéndome perseguido, empecé a apresurar mis pasos.

La niebla se hizo espesa. A tientas, pude discernir que el lugar al que había huido era un callejón sin salida. En las sombras, lento como el compás de un funeral. Con su mirada ardiendo y su aliento helado, el monstruo se iba aproximando.

Con los puños apretados y el sudor frío empapando mi cuerpo, recordé que de niño tenía un método para alejar mis miedos. Una canción infantil. Un mantra esotérico que recitaba las noches sin luna, para ahuyentar a las criaturas que habitaban en el armario.

Soy luz de luna llena,
soy brisa y estrella,
ningún monstruo oscuro
puede entrar a mi vera.

La niebla empezó a menguar, tragada por las alcantarillas, dejando descubierto el terreno.

Tengo un escudo invisible,
tengo luz en el corazón.
Si algo ruge en la sombra,
yo le canto mi canción.

Empecé a sentir esa calidez del “todo va a ir bien”, iluminando con cada palabra mis manos, mi piel, mi alma. Retrayendo las sombras. Despojando de misterio el callejón.

Soy luz de luna llena,
soy brisa y estrella,
ningún monstruo oscuro
puede entrar a mi vera.

En el centro estaba el monstruo. Quieto, cabizbajo. Ya no amenazaba en la penumbra. Ya no era un terrible secreto.

Era un osito de peluche, sucio, manchado por el abandono y por la pena.

—¿Mumo?

El osito levantó levemente su desconchada cabeza. Dejaba ver, en el reflejo de la luz, ojitos de cristal con una pizca de arrepentimiento.

—¿Eres tú el monstruo, Mumo?

—Sí. Me abandonaste aquel día. Me quedé solo, postrado en aquella escalera… solo, mientras oscurecía.

—Y en mi memoria quedaste como el descuido de un pecado.

Me acerqué a él y lo abracé fuerte, volviendo a ser el niño que fui. Recordé las frases de combate. Las de un niño frente a sus pesadillas:
“Si Mumo me abraza, el miedo se pasa.”

Esta vez no quise despertar. Pero entendiendo que el sueño llegaba a su fin, decidí hacerlo. Porque era mi voluntad.

El despertador aún no había sonado y el aroma a café recién hecho ocupaba ya los primeros rayos de sol.

Zola Jesus – Skin

Anuncios

Descubre más desde El descanso del Onironauta

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comentarios

7 respuestas a “Carta 6: El lugar donde habita el miedo que tuvimos”

  1. Avatar de BDEB

    Ojalá todas las pesadillas tuvieran un final feliz en lugar de hacerte despertar sobresaltado.
    Me ha encantado tu sueño, una preciosa historia con una bonita canción para auyentar esos monstruos infantiles ¿servirá también para otro tipo de monstruos?… Y acompañada de una música ideal.
    Feliz sábado Oniro.

    Le gusta a 1 persona

    1. Avatar de El Onironauta

      Creo que este tipo de canciones solo valen para los terrores infantiles. Los adultos tenemos otros monstruos que afrontar, algunos fáciles de afrontar, basta con decir no o cambiarse de acera. Otros no son tan sencillos de hacer huir y tienes que regarlos con tinta de cinturón apretado. Todos mueren en sueños oscuros si le damos ese poder, así que mejor poner la música alta para seguir durmiendo, o enfrentarnos a ellos según podamos. Los monstruos infantiles muchas veces son tiernos, otras, lejanos y viejos.
      Gratos sueños.

      Le gusta a 1 persona

      1. Avatar de BDEB

        Que razón hay en tus palabras, no todos son tan sencillos de afrontar y auyentar nos toca ponernos el traje de guerreros y luchar contra ellos.
        Felices sueños.

        Le gusta a 1 persona

        1. Avatar de El Onironauta

          Más nos vale, aunque puedes mirar la otra cara de los monstruos. Todos ofrecen una lección, que una vez superada, aprendemos para siempre.

          Le gusta a 1 persona

  2. Avatar de Esther

    ¿Y qué nos cuentan las sombras? Que nuestro miedo crea monstruos ;)))

    Le gusta a 1 persona

    1. Avatar de El Onironauta

      Si, es verdad, un gato escondido es la más feroz de las panteras.
      Gratos sueños.

      Le gusta a 1 persona

Replica a El Onironauta Cancelar la respuesta