
“¿Me sonríe?”
“¿Es a mí?”
Ante la duda, forzó media sonrisa sin gracia. Víctima de su baja autoestima, Javier no supo hacerlo mejor. Ya sabía que era imposible que esa sonrisa fuera para él. Y así fue. Llegó un caballero andante a rescatar a la dama de la furiosa mirada lasciva del dragón.
—Sigue así y mueres virgen.
¿De dónde venía esa voz? En el banco del parque donde pasaba sus penas no había nadie.
—Estoy aquí, imbécil.
De entre los setos salió un enorme gato, pardo como la noche que empezaba. Lo miraba fijamente, como esperando una explicación. Javier, asustado, estaba paralizado.
—No te he comido la lengua. Háblame de una vez.
—¡Eres un gato!
—¡No! Soy un búfalo salvaje y vengo a rescatar el guerrero que hay en ti.
—Pero hablas.
—Sí. Tus plegarias han sido escuchadas. Voy a ayudarte.
—¿A qué?
—Coño, a ligar. Te veo todas las tardes mirando a las chicas pasar. Todas se asustan de ti, claro. Te ven friki y rarito. Y yo voy a cambiar eso.
—¿Cómo vas a cambiar eso? Si no se fijan en mí es porque soy feo.
—Ser feo es una parte del problema. Nada que no se pueda disimular un poco. Pero hay otras cosas más atractivas que la cara de uno.
—Vale, te escucho.
—Debo entrenarte. Mis honorarios son estos: libre disposición de entrada y salida a tu casa y comida a demanda.
—¿Croquetas de esas de bolsa?
—¿Me ves con cara de animal de granja? ¿Crees que este cuerpo felino lo alimenta el pienso? Quiero pescado fresco: salmón, atún, sardinas…
—Me vas a salir caro.
—Y tú seras un conquistador imparable. Estás a un mes de tu primera conquista. ¿Hay trato?
—Sí, hay trato.
—Pues vamos, no hay tiempo que perder. Desde hoy serás una persona nueva.
—Sí, alguien que necesitará atención psiquiátrica por hablar con los gatos.
—Calla y llévame a la pescadería, machote.
La La Love You – El Fin del Mundo

Replica a sunshine Cancelar la respuesta