La última palabra

"Noche cerrada en un callejón vacío, luces de gas proyectando sombras alargadas. Dos figuras enfrentadas, una con un cuchillo, otra esperando el veredicto de un destino inevitable. Una escena cargada de tensión, misterio y fatalidad, con ecos de juicios ocultos y sentencias que no se pronuncian en voz alta."

Episodio I – Sentencia en el callejón

—¿Cómo ocurrió?
—Pero usted ya lo sabe.
—Sí, quiero escucharlo. A veces las palabras son otro tipo de verdad.
—Bien, se lo explicaré.

Llevábamos tiempo siguiéndolo. Salía de la joyería y siempre acababa tomando un atajo por el callejón. Allí lo esperábamos esa noche.

Yo llevaba la navaja. Los otros, armas falsas: una pistola de juguete y un cuchillo de cocina. Él se percató de nuestra presencia y aceleró el paso. Yo lo llamé:
—Eh, colega.

No respondió. Caminaba cada vez más rápido. Por un momento pensé en abandonar, pero recordé mis deudas. Apreté el paso, lo alcancé y lo empujé. Me miró de frente:

—No sé lo que pretendes. Soy un trabajador. No gano mucho y no voy a ceder ante matones.

Trabajador, decía. El dueño de la joyería, explotador de los suyos, traficante de piezas robadas. Aquel miserable nos lo debía.

Intenté arrebatarle la bolsa. Retrocedió y dijo:
—Chaval, te estás equivocando.

Los otros lo rodearon. Yo saqué la navaja. Entonces él abrió la chaqueta y vi el revólver. Mis compañeros huyeron al instante. Yo me quedé paralizado. Hice un movimiento torpe. Un gesto extraño bajo su americana negra. El disparo tronó.

—Por eso estás aquí, ¿verdad?
—Sí.
—¿Tenías deudas?
—Sí.
—¿Y por eso atracaste a ese hombre?
—Sí.

—¿Qué deudas eran?
—Debía dinero a quienes me trajeron del otro lado. Los que me hicieron cruzar el estrecho.

—¿Cómo esperaban que las pagaras?
—Al principio vendiendo baratijas y algo mas… a turistas. Después, me pusieron en la puerta de un colegio. No quise hacerlo.

—¿Te obligaron?
—No. Pero me dieron un plazo. Mi familia como aval. No quiero ni pensar qué les habrán hecho.

—Has tenido una vida dura, pero tus actos te condenan. No irás al paraíso. Te propongo un pacto. Un pequeño castigo.
—¿Cuál será?
—Nacer de nuevo.

Bohren & Der Club Of Gore – Prowler

Anuncios

Descubre más desde El descanso del Onironauta

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comentarios

2 respuestas a “La última palabra”

  1. Avatar de beauseant

    quizás, esta vez, nazca en el lado bueno del mundo y pueda jugar la partida no ya en modo fácil, eso sería mucho pedir, pero al menos en modo normal…

    Le gusta a 1 persona

    1. Avatar de El Onironauta

      Quizás, o puede que además haya algo más… extraño. No se pierdan el próximo episodio de… La última palabra. Chan Chan chaaaan. Siempre había soñado con decir algo así. Tengo que hacer una radionovela.
      Gratos sueños.

      Me gusta

Replica a beauseant Cancelar la respuesta