
– A ver, nombre.
– Pablo
– Apellidos
– García Pérez.
– ¿Abogado?
– No, fontanero.
– Déjeme un segundo, a ver, ¿Seguro que no es abogado?
– Qué más quisiera yo, soy fontanero y de oficio. Lo único que defiendo bien es a mi equipo de fútbol cuando hay partido…
– Es que tenemos su nombre duplicado en el sistema
– Vale, pues yo soy fontanero, no abogado, ¿Es muy importante para donde vamos a ir?
– En verdad no, las dos profesiones son inútiles aquí, pero estos son los registros que se llevan desde siempre. Nombre, apellido, profesión y fecha de admisión.
– ¿Y qué hacéis si hay dos personas con el mismo nombre y los dos son abogados?
– En ese caso da igual, se registran y ya.
– ¿Y cuál es el problema? Si la profesión es solo una referencia.
– Señor, si no está en la lista se tendrá que bajar esa escalera y consultar en la ventanilla 1745 para su ingreso.
– Pero, ¿y por qué no os ponéis en contacto con ellos?
– ¿Está loco? ¡Estamos en guerra!
– y entonces, ¿cómo podéis saber quién está en una lista y quién está en la otra?
– Si no está en esta…
– ¿Y si no estoy en la otra?
– Volverá aquí. No se puede entrar si no está en la lista.
– Pero habrá algún método una vez descubierto que no estoy en las listas, ¿No?
– Ninguno conocido, ¿de verdad que no es usted abogado?
– Bueno, cursé primero de derecho.
– ¿Ve como si es abogado? Firme en estos impresos, hay que cursarlos en la ventanilla 5150, cuando acabe, espere en el pasillo, San Pedro le entregará el carnet y ascenderá al Reino de los Cielos por la escalera mecánica entre coros celestiales, esa que sube por allí ¡Bienvenido! Siguiente,
– Hola, soy Pablo García Pérez
– ¡Hombre!, el otro abogado.
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