
-¡Ya lo tengo, ya lo tengo!
– A ver, que le pasa
– ¡Que ya lo tengo!
– Pero, ¿qué tiene?
– Sí, ¡lo tengo!
– Sí, pero que, qué puñetas tiene.
– He acabado mi Disruptor Enlazador de Partículas de Antimateria.
– ¿Un aparato para enlazar partículas? Pero eso es genial, con eso se puede crear diversa materia en aleaciones y estados distintos, ¿no?, con ese aparato podemos crear una silla de las partículas que floten en el ambiente.
– Sí, una anti-silla.
– ¿una anti-silla?
– Si, eso he dicho, antimateria, objetos hechos de antimateria, es lo que hace mi invento.
– Pero ¿Para qué queremos antimateria de diversas formas?
– ¿No sabes lo que ocurre, si la materia y la antimateria se encuentran?
– Ah, sí, que se produce energía, es un método para producir energía, claro.
– No, produce energía, pero ese no es el fin de mi invento.
– Creo que no entiendo, para que está diseñado su invento.
– Pues, siguiendo el ejemplo de la silla, este aparato, escanear los componentes y la forma de la silla, la copiaría y tendríamos una igual, pero hecha de su propia antimateria.
– ¿De anti-madera?
– ¿Me deja usted seguir con la explicación?
– Claro, perdone usted.
– Sí, de anti-madera. Entonces, al juntar las dos sillas, estas se neutralizarán.
– y. ¿Eso lo puede aplicar en materia orgánica?, puede neutralizar un tumor cancerígeno.
– Por supuesto.
– Eso es fantástico. Qué aplicación médica tan interesante tiene este invento.
– Sí, salvo porque la energía creada en el proceso matará al paciente.
– Pero entonces, ¿para qué quiere crear objetos de antimateria?
– Pues para su destrucción.
– ¿Creamos cosas para destruir cosas?
– Claro, ¡ja ja ja ja ja! – (risa malévola)
– Anda, firme aquí, y cursaremos la patente. Mientras tanto, deje eso allí, en la sala de aparatos absurdos y peligrosos.
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