
Estaba hecha de chapa metálica, restos de contenedores viejos y sombrillas de playa.
Él la miró, poco convencido, le sacó una foto con el móvil y la envió a su contacto.
—¿Estás segura de que va a funcionar?
—Ya verás que sí.
—Pero… ¿y el vacío del espacio no va a destrozarla?
—Para eso tienes el campo de fuerza.
—Sí, hecho con un transistor viejo y un microondas oxidado.
—Y contra más óxido, mejor.
—¿Y el oxígeno?
—Llevas la planta, ¿no? Además, estarás con nosotras en seis horas, puede que menos. Hiciste el motor de curvatura, ¿no?
—Sí, con un lavavajillas y tres cacerolas.
—¿Correctamente alineadas?
—Sí, tal y como estaba en los planos.
—Pues solo te falta la célula de energía. ¿Cómo va?
—Fermentando.
—Perfecto.
—En un día ya empezará a burbujear.
—Buenas noticias.
—¿Estás segura de que el kéfir va a generar tanta energía?
—Y más todavía. De sobra por si un día quieres volver.
—Es que…
—¿Qué te pasa?
—Que veo este cacharro inseguro y me da miedo.
—¿Te da miedo tu obra de arte interestelar?
—La veo muy endeble.
—¿No nos tendrás miedo a nosotras?
—No, eso no.
—Menos mal. Porque…
—¿Porque qué?
—Sabes que el futuro de mi especie depende de alguien como tú.
—Lo sé, lo sé.
—Y yo ya me había hecho ilusión contigo.
—Tranquila, no te voy a fallar.
—Las demás piensan como yo.
—¿Sí?
—Sí. Pero primero me fecundas a mí, ¿vale?
—Claro que sí, mi amor.
—Vale, fermenta eso rápido, que se nos va el celo.
—Sí, cariño.
—Pedro.
—¿Qué?
—¿Ya estás metiéndole cosas raras al vecino friki?
—Mujer, solo es una broma inofensiva.
—Pues creo que hackear su móvil para burlarte de él está mal.
—Por cierto… ahí va, volando.
Alondra Bentley – The Garden Room

Replica a Patricia Cancelar la respuesta