
Como el tiempo apremiaba y Soledad andaba con algún retraso en su trabajo, esperó a última hora para ir al baño. Se miró un segundo en el espejo para comprobar que su pelo estuviera perfecto y abrió la puerta del inodoro.
La puerta principal del lavabo se abrió de golpe, ante la temerosa mirada de la chica entraron dos reporteros con enormes cámaras, de las que se usan para cubrir los conflictos bélicos. Tras ellos entró un señor con bigote y sombrero de explorador con un micrófono en la mano. Tenía una constante y misteriosa locución en proceso.
-… Entramos sin avisar en su guarida secreta. Esperemos tener la suerte de poder encontrarla. Para comenzar empezaremos a buscar su rastro.
La joven no pudo contenerse y empezó a gritar.
-… Señorita, por favor, no grite tanto. ¿No ve que estamos trabajando?
– Pero… esto es el lavabo de señoras, ¿qué coño hacen ustedes aquí?
– Oiga, señora, tenemos permiso, estamos rodando un documental, no moleste.- Dijo con cara de enfado el señor con bigote, luego, mirando para uno de los cámaras, le indico con el dedo que grabara el suelo. – ¡Mira, mira! ¡Aquí hay una! ¡Graba, graba, vamos a seguirla a ver si damos con la reina!
– ¿Qué reina? ¿No sabéis que en los baños públicos no se puede filmar?
– ¡Que tenemos autorización! Tenemos que encontrar a la reina de las cucarachas.
– ¿La reina? A saber cuál de ella es. Mire ahí, mire como corre.
– ¡Huy, otra! Grábala, grábala. No señora, la cucaracha reina es más grande y lleva mochila.
– Mochila, sí, como Dora la Exploradora, pero con antena, y usted es el mono, ¿me van a dejar ir al baño?
– Por si le interesa, la reina tiene una mochila para transmitir todo lo que procesan las demás.
– Como estos dos, los de las cámaras, ¿no?
– Pues exacto, ha dado en el clavo, estos bichos están aquí para espiarnos. ¡Mira! Otra, en el techo, grábala.
– ¿Y quién nos están espiando? ¿Los rusos?
– ¿Los rusos? Qué más quisieran ellos que tener esta tecnología. Señorita, estos bichos son robots biológicos y están diseñados para vivir con nosotros y saber que hacemos en todo momento.
– Pues yo lo que voy a hacer es mearme encima si espero más. Y si no son los rusos, ¿quiénes son?
– Extraterrestres.
– ¿Aliens?
– Sí, está comprobado.
– ¿Bajitos, verdes y cabezones?
– En verdad tienen esta pinta – El señor del bigote sacó su móvil y le enseñó a Soledad una imagen.

– Y… ¿Cuándo dice que vienen a visitarme?
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