
Occidente siendo el micelio del amanecer diario, echándome del descanso sin remedio,
prestándome el valor del debo hacerlo,
Para avanzar por este bosque de cemento, creyéndome un número brillando,
uno más de tantos.
Entretanto, que estas letras purguen mis pecados.
Replica a azurea20 Cancelar la respuesta