
Se escuchan los golpes de una llamada en la puerta.
Se abre el telón, en la entrada de la casa hay una niña, con gafas de culo de botella, que corre a abrir la puerta, al abrir, aparece un personaje.
– ¡Coño, un elfo!
– Y ¿cómo sabes tú que soy un elfo, si nunca has visto un elfo? ¿Eh, niña?
– Bueno, eres alto, guapete, de pelo rubio y largo, además con orejas de punta.
– Podía ser un duende, ¿no?
– Los duendes son más bajos, pelirrojos y se parecen a Bunbury.
– Pues un trasgo.
– Muy alto, además no tienes acento gallego.
– ¿Un orang bunian?
– No tienes los ojos rasgados.
– un poco sí.
– Más quisieras tú, elfo.
– Mira, niña, soy un demonio.
– ¿Y el olor a azufre, dónde está?
– Un vampiro.
– ¿De día?
– Soy Nosferatu con crema solar.
– Eres un elfo capullo, los vampiros no pueden entrar en una casa si no se les invita.
– Soy el hada de los dientes que te voy a quitar como me sigas jodiendo.
– Sí, sí, con tu vestido verde y tus alitas. ¡Mamá, en la puerta hay un elfo mentiroso!
– Pues no, niña, no soy un elfo, soy tan humano como tú. Dile a tu madre que vengo a cobrar una factura.
– Vale, ¿tu nombre?
– Eldelfrac.
La niña se quedó mirando al elfo con cara de desconfianza. Él le enseña la factura de la deuda contraída mientras esperan a la madre. Se cierra el telón.
Hawkwind – Dragons and Fables
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