Ven a mi.

Me llamaban.

No sé de dónde y para qué, pero conocía lo que iba a suceder.

Yo flotaba en mi condena, la que yo mismo me impuse, creé mis muros y mis limitaciones, a saber cómo. Los acontecimientos como los que ocurrieron ahora me hacen sentir vivo, nunca mejor dicho.

La llamada era como el tirón de un anzuelo, de una caña de pescar inmensa, desde el otro lado del agua. Me hacía cruzar puertas y caminos, hasta llegar al lugar correcto, siempre desconocido. Una vez hubiera llegado, era como rellenar una botella, me iba derramando poco a poco hasta completar mi entrada. Por último, sentía el cierre hermético en alguna parte de mi ser, que pronto descubriría como la cabeza.

Ya solo quedaba abrir los ojos.

Mi primera reacción sería gritar fuerte, o llorar de miedo, o gemir de desasosiego, pero siempre me siento sin control para poder hacerlo, como si fuera el capitán de una embarcación, de marineros extraños, que no conocieran mi lengua, ni yo la de ellos. Parecía tener un traje pequeño, o quizás grande, que me hacía daño en los pies al andar y en los ojos al mirar, pero que poco a poco tomaba el control y podía manejar.

La mirada empezó a enfocar una forma que, según se iba aclarando, empezaba a tener significado. Los recuerdos inundaban mi mente, comenzaba a comprender y en un instante volví a ser parte de lo que en un momento fui.

Frente a mí una joven, preciosa, con cara asustada y chispa en la mirada, esa chispa que hace que los hombres se vuelvan locos de atar por perecer en sus brazos.

 – ¿Rebeca?

 – No, soy Tiara, tu hija.

 – ¡Tiara! ¡Qué grande estás! ¡Cómo te pareces a tu madre! 

 – Ya hace 17 años de tu muerte, tengo ya casi los treinta.

 – ¿Por qué me has llamado después de tanto tiempo, Tiara?

 – Mamá no quería que lo hiciera, siempre ha pensado que no está bien perturbar a los… a los que no están vivos, pero siempre me ha atormentado… Necesito saber… ¿Por qué te suicidaste?

 – ¿Qué? ¿Qué me suicidé? No fue así, me falló el coche, no lo pude evitar. 

 – Todos creíamos que lo habías hecho, que te habías tirado a aquel acantilado queriendo.

 – No fue así, yo vivía feliz. Yo os quería. Os quería mucho a las dos para pensar en algo así.

La joven se echó a llorar, sintió el peso del fantasma del remordimiento, del que tantos años había escuchado la cadena, arrastrando con ella una mísera adolescencia llena de conflictos y contradicciones.

 – Tiara, yo en vida te quería, y en muerte también. Esto es muy distinto, no es algo que sepa explicarte. – Quise ser comprendido, pero ya sentía al otro lado tirando de mí. – No te preocupes por mí, estoy bien, pero hazme el favor de ser feliz. ¿Me voy en paz contigo?

Tiara asintió con la cabeza, sin poder dejar de llorar, expulsando su pesar en forma de lágrimas. Le dije adiós. Me quedé para mí el misterio del porqué, poco después de morir, fui llamado por su madre con la misma pregunta. Tal vez ella, en vez de buscar respuesta, quiso exorcizar remordimientos.

Me desprendí del cuerpo prestado, fue como quitarme un guante estrecho, demasiado para estar cómodo. Al volver a mi cautiverio encontré algo distinto, más luz, rodeándome suave, paz que me envolvía, me invitaba a fundirme con ella, a formar parte del todo, a ser nosotros en uno, no necesitar ser, solo estar.

Y fui final al principio del universo.

The Jesus and Mary Chain – Happy When it Rains

Anuncios

Descubre más desde El descanso del Onironauta

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comentarios

8 respuestas a “Ven a mi.”

  1. Avatar de POETAS EN LA NOCHE

    Qué relato tan profundo y lleno de emociones.
    La conexión entre mundos, los remordimientos arrastrados durante años, y la necesidad de respuestas se mezclan con esa paz final que lo envuelve todo.
    Es precioso cómo al final el perdón, tanto dado como recibido, ilumina incluso las sombras más densas. Parece un suspiro que une el amor, la pérdida y la eternidad en un solo instante.
    ¡Me ha encantado!
    Un abrazo 🌷

    Le gusta a 1 persona

    1. Avatar de El Onironauta

      Me encantaría creer en un mas allá, sería a tonos azules, y oscuro, con contraste de rojo de rosas vivas sobre la triste lapida del difunto. Pero habría una llamada etérea en un ciclo interminable de vida y muerte y de volver a empezar.
      Gratos sueños.

      Le gusta a 1 persona

      1. Avatar de POETAS EN LA NOCHE

        Pues yo lo veo más en mágicas luces entre malva y rosa, creando tonos iridiscentes, como un atardecer en primavera.

        Le gusta a 1 persona

        1. Avatar de El Onironauta

          Vale, te toca describirlo en poesía, que yo leeré encantado y tú eres buena con las rimas.

          Le gusta a 1 persona

          1. Avatar de POETAS EN LA NOCHE

            Jajaja jajaja, no me sale lo que quiero cuando quiero, eso es lo malo de no ser profesional.
            El próximo escrito que colgaré, es algo duro y real, nada que ver con la poesía.
            Ya me dirás qué opinas.
            Un abrazo y buenas noches. 🌷

            Le gusta a 1 persona

            1. Avatar de El Onironauta

              Yo tampoco soy profesional, pero me encantan los retos, buscar un tema y adaptarlo a mí mundo.
              Yo también tengo uno bastante crudo para el domingo. Así que intercambiaremos lecturas. Yo encantado.

              Le gusta a 1 persona

              1. Avatar de POETAS EN LA NOCHE

                Tus textos tienen mucha calidad, yo empecé esto como una terapia, para soltar.
                No tengo tu talento para crear.

                Le gusta a 1 persona

                1. Avatar de El Onironauta

                  Yo empecé aquí porque conozco a alguien que ya publicaba aquí, le fui siguiendo y me empezó a gustar el mundo este. Me encanta la comunidad que hay y el arte que tenéis. Creo que es lo que más me hace evolucionar, seguir a más gente. Y bueno, considero que voy aprendiendo.

                  Le gusta a 1 persona

Replica a El Onironauta Cancelar la respuesta