
Lágrimas de sudor ardiendo sobre mi frente, dolor sordo, diminuto, sobre mi almohada, desesperada noche que en ciernes, aparece como una espiral rumbo a la nada, recuerdos de tu mano helada, temor a no despertar, a convertirme en polvo, en olvido que sigue la vida.
¡Un momento! No estoy solo, si no es el viento que llama a mi ventana, atento escucho una llamada, de golpes de ramas en el cristal, no hay que temer de los crujidos, del gato que por el tejado camina, no hay que temer más, nadie te llama desde el más allá.
Ráfaga invernal que azota mi puerta abriéndola de par en par, detrás de ella, nada, solo mi razón que se nubla sin remedio, pero algo se mueve, dos ojos negros brillan oscuros, viene a por mi alma seguro, debe ser la sombra de la carpa.
Plumas negra de almohada ahogada, salta sobre mi cara, que engendro diabólico se sube en mi y me pica el ojo. Belcebú se equivocó de ave y Lucifer bien lo supo, quien me atormenta no es cuervo, es una negra gallina.
Extraña criatura arañando, en mi alcoba serena buscando, ¿Cuál es el secreto oculto que en el infierno se cuece? ¡Un cobarde pollo! ¿Es que mi alma no merece, ya que al parecer perece, otro animal menos apocado?
¿Cual es tu nombre, engendro del mismo demonio? Dijo la gallina: Cocoroco
Que un ave común de granja, tuviera pocas palabras, que desde el infierno en llamas, viniera sin mas que decir, que una pulgosa galliforme sea quien apague mis velas, hace que me hierva la sangre y del enfado me quiera morir.
¿O es que acaso, este día, no es el día de mi ocaso? Dijo la gallina: Cocoroco
Entonada mi alma al infinito, mirada ardiente mi ser se va, a mi frente impávido ser alado que se entretiene escarbando, mientras se escapa mi espíritu, inmutable animal emplumado, ve como me elevo en el aire, y mi cuerpo quieto se queda.
Dijo la gallina: Cocoricoco.
Ya se que me espera el averno, y en él las llamas, espero con ansias alzar a mi emplumado verdugo, agarrarlo de su negro cuello al comenzar el abismo, y en el fuego del mismo, hacerlo asar en las brasas.
Cradle of Filth – A Gotic Romance
Sorry, Mr. Poe, if you read this from beyond, I hope you don’t turn in your grave.
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