
Suspendido en un tanque de aislamiento, entre la viscosa mezcla de fluidos para la conservación corporal, flotaba en estado insomne. En sedación programada, almacenado, a espera del veredicto.
– Bien, empecemos, ¿dónde está el psiconauta?
– Preparado, Ilustrísimo Señor, titulado 1473/46ESP.
– Recién licenciado ¿verdad?
– Así es Señor.
– Bien, suerte en su primera inmersión. active el sincrónico mental.
– A sus órdenes.
El recipiente se iluminó a la vez que el psiconauta 1473 conectó su casco a la red de la sala. Un zumbido hizo vibrar el suelo, las pantallas empezaron a emitir datos, la constante principal eran dos ondas mentales, la del acusado y la del operario mental, cada una de un color.
– Sincronicen.
El Psiconauta torno su mirada en blanco, respiró hondo y exclamó.
– Sincronización completa, Ilustrísimo Señor.
– Cuando esté preparado comience el descenso.
En el monitor se habían superpuesto los gráficos de las dos ondas mentales, el navegante mental consiguió cerrar sus ojos, que no dejaban de moverse, como en un mal sueño.
– Estoy dentro, Señor. Es horrible, hay sangre por las paredes y por el suelo, está lleno de huellas ensangrentadas, las paredes son estrechas, me estoy manchando…
– Bien 1473 ahora siga mis instrucciones y todo irá bien, no se asuste. Búsquelo y cuénteme lo que está pasando.
– Es un pasillo enorme, las huellas me llevan hasta el final del pasillo, estoy siguiendo su dirección, el sujeto está al final y está arrastrando el cuerpo sin vida de una mujer.
– Bien, persígalo.
– Entra por una puerta.
– Bien, de prisa, entre.
– La puerta me lleva a una escalera descendente, hace frío, las paredes son blancas y están llenas de sangre.
– ¿Lo ve?
– No
– No deje de bajar, avance.
– La escalera da hacia la entrada de un parque, está iluminado por farolas antiguas, algunas funcionan de manera intermitente. Hay un rastro de sangre que… Por ahí lo veo, sigue arrastrando el cadáver…
– Bien, tiene que seguirlo, descríbamelo todo.
– Estoy entrando en el parque, voy a unos cincuenta metros del sujeto, él contempla los árboles, está despistado, absorto en el paisaje.
– Está usted dentro de los sueños del sujeto, en parte está reviviendo recuerdos, no lo pierdas de vista, pero no le llame la atención, necesitamos saber qué ocurre.
– Tuerce a la izquierda, cambiando de sendero, entra en una caseta, como las que usan los jardineros para guardar sus herramientas.
– Entre usted también.
– Es muy pequeña, me va a ver.
– Entre, no le va a pasar nada.
– Dentro es como una casa, una de estas de madera antigua, el sujeto sube unas escaleras que lleva a un piso superior. El cadáver está cambiando, parece más grande. O no sé si es el más pequeño.
– Eso es, 1473, explíquemelo todo, ¿lo ve ahora?
– Ha entrado en una de las habitaciones, voy a entrar.
– Sí, no le pierda la pista.
– Tras la habitación hay una playa, he salido en una caseta, de las que se usaban para cambiarse, está desierta, y llueve ligeramente, él es más pequeño y el cadáver… está vivo, se está arrastrando, es mucho más grande y ya no es arrastrado, le está siguiendo. Entran en lo que parece una tienda de campaña, de las que venden en los grandes almacenes, en la sección de artículos de camping.
– Entre, no lo deje atrás.
– Estoy saliendo de una carpa, como la de un circo, es un parque de atracciones, o más bien una feria de pueblo, con su noria y su tío vivo. Hay poca gente, el sujeto ahora es un niño, y el que antes estaba muerto ahora lo lleva de la mano. Entran en la atracción de los espejos.
– Perfecto, no deje de describirlo todo, es muy importante.
– Está todo oscuro, pero los veo, aparecen en un haz de luz, el que estaba muerto le grita, le chilla muy fuerte, le dice que parece imbécil, que si no sabe comportarse, le está pegando, muy fuerte. No sé qué hacer.
– Acérquese, y cuénteme lo que pasa.
– El hombre se acaba de largar, se ha escuchado un portazo, pero el niño ha quedado aquí, llorando y sangrando por la nariz, me está mirando.
– Ahora abrace al niño.
– Pero sigue siendo el sujeto, es un asesino.
– ¡No! En este estado de su mente es un un niño indefenso, ya sufrirá su castigo cuando lo reanimemos. Usted abrace al niño.
Korn – Insane
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