
Antes del primer acorde, escuchando el sonido estático del arrastre de la aguja, no pude contener la sensación erizada de la emoción del reencuentro, el viejo disco encontrado en aquel puesto de mercadillo que me devolvía una melodía y un recuerdo entre sus líneas.
Tu mirada de impaciente mar se posaba sobre mis temblorosas manos, en el momento exacto de soltar, con delicadeza, el brazo fonocaptor en la estrecha línea rugosa que derramaba melodía intensa frente a tus labios. Tú cerraste los ojos, yo saboreé el universo al compás de una canción.
Tus recuerdos nunca los supe, se marcharon pronto, con prisas por volver a casa, que de tan tarde te estaba esperando. Los míos se quedaron girando, con la espiral del vinilo perdido, muchos años, y ahora he vuelto a encontrarlo.
Midnigth Cowboy – Faith no More
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