
Pócima de la felicidad.
Ingredientes.
Para su perfecta personalización se puede sustituir o agregar algunos.
- La estela de la luna llena sobre la playa de un viernes por la noche.
- Los rayos de sol de una mañana de mediados de invierno.
- El ronroneo de un gato buscando mimoso tu calor.
- El vuelo en libertad de una paloma blanca, de un cuervo negro o de un murciélago gris, quizás.
- Las líneas imaginarias que une una constelación en formas mitológicas enlazadas a tu mano con quiromancia.
- El canto de libertad de los pájaros por la mañana.
- El sonido intenso de una máquina de escribir, de cualquier tipo, un lápiz, el teclado de un IBM, el golpeteo de una Remington.
- Gotas de sexo furtivo (imaginario o no)
- La conversación de cena que se dispara en el tiempo y acaba a la luz de las estrellas.
- Una triste lágrima borrada en el tiempo.
- El llanto de alegría de un perro al volver a casa.
- El olor a desayuno de la calle de un pueblo en la madrugada tardía.
- El golpeteo del comienzo de la lluvia en el parabrisas.
- La sonrisa de un niño al que le devuelves un juguete perdido.
- Una disimulada mirada de deseo en la calle.
- El primer y el último te quiero creando paréntesis en el tiempo.
- Los gritos de un estribillo cantado a coro en un concierto.
- Los nervios de volver a verte.
- El sonido del impacto de varias copas llenas.
- El aroma del café en la cama que termina en conversación, o planes, o sexo.
- El deseo latente de una estrella fugaz rozando mi mirada.
- El latido apresurado de encontrar la palabra precisa en un puzle de frases.
- El resplandor azul de un relámpago con el trueno lejano, callando.
- El suspiro de saborear un recuerdo vivido o soñado.
- El amor que produce escuchar el primer acorde de esa canción, en la soledad, rodeado de alientos.
- La cicatriz de la herida de una batalla ganada (o perdida).
- La expresión de sorpresa de un regalo inesperado.
- La participación en una orgía de risas y palabras.
- La marca de dientes en una manifestación visceral de cariño.
- La saliva de un beso rabiando de amor.
- La pasión de una aventura que solo ocurre en mi mente y se derrama en tinta.
- Cualquier tipo de mirada de complicidad correspondida.
- El sudor de la siesta que continúa en sexo y termina en sueño abrazando la madrugada.
- La fragancia de la tierra mojada en algún lugar silvestre. (Preferentemente un bosque)
Para su elaboración debe elegir 30 de ellas y depositarlas en un caldero, remover suavemente y dejar macerar. Conservar una vez elaborado en un lugar cálido.
Se debe tomar a sorbos pequeños, pues si no el efecto puede que no sea el deseado.
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