
– Buenos días. ¿En qué podemos ayudarle?
– Si, hola, lo trae la grúa, se lo están descargando.
– Vale, ¿Y qué le ocurre? ¿Qué síntomas tiene?
– Verás, estaba conduciendo con este calor cuando en el cuadro empezó a indicar una subida de la temperatura en el refrigerante. Como estaba en un lugar donde no podía detenerme, seguí circulando. ¿Y sabe lo que paso?
– Que prendió fuego el motor.
– Algo así, empezó a echar humo blanco. Arrimé mi utilitario como pude y abrí el capó. Y no se lo podrá creer…
– Expulsaba un chorro de vapor.
– Sí, por el radiador, expulsaba una columna enorme de vapor. Lo mejor viene ahora.
– Sorpréndame.
– Entre los efluvios empezó a distinguirse una figura inmaculada.
– Eso sí que es nuevo. ¿Extraterrestres?
– Que no, infiel, era Nuestra Señora de los Remedios, con su manto blanco y su aureola dorada. Por supuesto, en cuanto la vi me arrodillé y comencé a recitar “ave María llena eres de gracia”
– ¿Le contestó?
– Déjeme terminar, oiga. Los demás conductores empezaron a bajar de sus autos y al ver a La Virgen empezaron a postrarse también, en señal de respeto, está claro. En un momento nos reunimos allí unas seiscientos veintitrés personas, todas con un salmo en los labios, adorando a Nuestra Señora.
– ¿La guardia civil de tráfico se unió al rezo colectivo o empezó a desalojar a mamporros, como hacían en su tiempo los romanos?
– Muy gracioso. De pronto La virgen María empezó a hablar. Nos preguntó si éramos fieles, nos contó que iban a pasar cosas terribles, que recemos mucho y que hagamos una capilla en su honor en ese mismo lugar.
– ¿Y no le explico por qué salió del radiador de su vehículo?
– Me dijo que en este coche habitaba el maligno, y con fuego del infierno provocó que el motor se calentara. Que diera testimonio de lo acontecido, incluyendo al concesionario oficial de la marca.
– Por mi parte me parece muy interesante la parábola, aunque para este tipo de garantía con intervención divina habrá de remitirse al Vaticano. Respecto a la reparación le pasaremos presupuesto. Para el exorcismo, consulte al sacerdote más cercano. Firme aquí.
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