Mi Divinidad.

Sugerencia de escritura del día
¿Cómo definirías «romántico»?

Entiendo el otoño, al frío aire que arremolina las hojas en el bosque, en las esquinas de los matorrales, entre los deformes árboles heridos de pena de invierno a espera del renacer de la primavera, a ese bosque al que voy siempre desde que la conocí. Oculto en la maleza, con el suspiro en la comisura de los labios y la sangre congelada de pánico y ardiendo de pasión. 

Como cada noche, ella puntual, se paraba en el claro a observar las estrellas, esta noche iluminando la arboleda de misterio, el mismo misterio que la hacía tan mágica como la radiante luna llena que contemplaba, pensativa, quieta, ausente, era tan apolínea con su oscura melena ondeando al viento, me estremecía solo de sentir su presencia.

 – Sé que estás ahí, agazapado como un conejo, escondido, como cada noche. ¿Qué buscas de mí?

Con la valentía del que se siente perseguido y pierde un segundo a contemplar la manada de lobos, abandoné mi escondite. Ella no me dirigió la mirada, tenía la vista clavada en el firmamento.

 – No puedo dejar de hacerlo, volveré cada noche, así que haz lo que quieras, acaba conmigo si es necesario.

 – No voy a hacerte daño, ya lo hubiera hecho de haber querido.

Me tragué mi pánico y me acerqué, lentamente, con precaución, fue entonces cuando sus brillantes ojos azules en un tímido movimiento se posaron sobre mí, haciéndome sentir todo el peso del universo sobre mis hombros.  

 – Sabes que soy eterna, vieja como las estrellas, que tu luz solo durará un momento a mi lado y yo seguiré siendo y estando.

 – ¿Eso es un «me gustas»?

 – Eso es que eres un valiente arrogante.- Dijo con una casi imperceptible sonrisa en los labios – Solo acercarte a mí puede ser peligroso.

 – Si ya me muero por ti, ¿qué más da que lo haga antes?

 – Eres osado, humano.

Tan lento como el lento baile de las flores abriéndose en primavera, sus labios coincidieron con los míos en un cerrar de ojos, en un imperceptible roce de fuego, de explosión primigenia expulsando materia de la nada, expandiendo la inmensidad, arrastrando candente en círculos formando cúmulos de astros, abriéndose camino hacia la inexistencia. Creando espacio, elementos, aleaciones poliméricas, combinación de cadenas en baño eléctrico, de descargas de relámpagos centelleantes, de células precipitándose al primer nacimiento. Multiplicándose y uniéndose en formas complejas, respirando y abriéndose a la vida desde el vientre materno.

Abrí los ojos y allí estaba, cansado, solo, en el resplandor de la luna cubierto de estrellas, sentado en el suelo, esperando su paso.

Esa vez fue la primera vez que besé a una diosa.

Metallica – Creeping Death
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Comentarios

2 respuestas a “Mi Divinidad.”

  1. Avatar de excusatio

    Qué maravilloso momento. Daría todo lo que llevo en los bolsillos por lo que dura un beso al lado de ella.

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    1. Avatar de El Onironauta

      El riesgo de coquetear con los dioses es que al final te quedas sin nada, pero habiendo saboreado el infinito.
      Gratos sueños.

      Le gusta a 1 persona

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