
Los participantes, entre saludos y bromas, llegaron puntuales a la sala. Samuel Acosta, el director ejecutivo, esperaba, con una sonrisa ancha y una mirada inquisitiva, a que los demás componentes ocuparan sus asientos, para saludar y resumir el motivo de esta reunión.
– Buenos días a todos, gracias por prestarme parte de su ocupado tiempo. Ya hemos hablado en otras ocasiones de este producto de fidelización y de su peculiar uso. Recuerden que es algo nuevo en el mercado y seguro que la competencia va a querer usarlo, solo que nosotros nos vamos a adelantar. Lorena Ventura, que está al frente de la planificación estratégica del producto, nos hará el resumen pertinente y contestará a las preguntas.
Lorena saltó de su asiento, con la elegancia de un jaguar al escuchar su nombre, llevaba la dirección del departamento de estrategia comercial, llevaba tiempo estudiando cómo llevar a cabo la introducción de este producto nuevo y no dudaba en su efectividad.
– Buenos días a todos, ¿alguien no conoce que es el tatuaje?
– Por favor, Lorena, por si alguien se siente perdido, ¿nos complace en refrescarnos la memoria? – Solicitó Hugo, el director de marketing, con una sonrisa perspicaz.
– El tatuaje es un implante interactivo, tiene muchas funciones, nosotros lo vamos a usar principalmente como forma de identificación del cliente. Una vez implantado, va a tener una serie de ventajas: la principal, pago inmediato de los artículos, no necesitará pasar por colas de caja, no habrá de interactuar con nadie. Saldrá con su compra de manera directa. Además, tendrá libre acceso automático a cualquier zona pública de nuestras instalaciones, por ejemplo el parking…
– ¿Y ya sabemos cómo vamos a hacer para que el cliente quiera tatuarse nuestro logo en alguna zona de su piel? – Preguntó interrumpiendo a Andrés, director de comunicaciones, con gesto de preocupación.
– Hay una campaña de marketing prevista para …
– Y el coste de la intervención, ¿lo asumirá el cliente? – Quiso saber a Martí, que gestionaba finanzas y asuntos fiscales.
– En esta primera campaña lo asumirá la compañía.
– ¿Quién va a querer pagar por hacerse un tatuaje con nuestro logo? – Sentenció Andrés – ¿Se ha estudiado bien la viabilidad de este asunto?
– Está más que estudiada la importancia que tiene que podamos tener éxito en este asunto, Andrés. – Contestó Samuel apoyando a Lorena. – Además, Martín, los beneficios que obtendremos cubrirán con creces el coste bruto del producto, incluyendo el de la intervención quirúrgica del tatuaje. Ya hay una cadena de clínicas dispuestas a hacernos ese servicio con unas condiciones sin precedentes. Ustedes no saben el control que conseguiremos sobre nuestros clientes, ni quiénes podrían estar interesados en los datos que saquemos.
– Entonces, la gran pregunta que nos resta es: ¿Cómo vamos a lograr hacer atractivo, un producto tan absurdo para el consumidor como este? – Andrés era la pura personificación de la preocupación.
– Para esto están ustedes, gestionen una buena estrategia, presiones a los gerentes de nuestros mercados, atibórrenlos a sanciones económicas si es necesario. – Espetó el director ejecutivo a los asistentes-. Esto es una reunión informativa, lo único que hay que debatir es cómo llevarlo a cabo.
– Con unos incentivos de diversos tipos, yo creo que sería un buen comienzo – Propuso Lorena.
– Habrá que preparar la formación específica de la instauración del producto.
Replica a BDEB Cancelar la respuesta