
-El Forjaz club de Percutada, ese sí que es imbatible.
– Claro, pero después de Los Raptores de Dun Morogh, que les dará una paliza.
– Como la que te voy a dar yo a ti.
– ¡Haya calma!
– ¡Ah, camarero! Dos cerv…
– Sí, dos cervezas enanas.
– No, que sean gigantes como un orco, que hay mucho que celebrar. Hoy es la final de la copa de Forjaz de pelota Percutada
– Cualquiera lo diría con la disputa que tenéis.
– En eso te equivocas, los enanos no discutimos, siempre estamos de acuerdo en todo. Somos una piña.
– Claro, ya lo creo.
– Que sí, que sí, pregúntanos algo, verás cómo estamos de acuerdo.
– A ver, ¿Cuál es el deporte más popular entre los enanos?
– La pelota Percutada (contestan los dos enanos a la vez)
– ¿Y la mejor arma?
– El hacha de dos manos (contestan los dos enanos a la vez)
– Pero ahora os oía discutir.
– Era un debate sin importancia. Las reglas enanas para los debates son muy estrictas.
– ¿Hay reglas?
– Sí, de acero forjado y de medio metro de longitud. Cuando la dialéctica falla, empezamos a golpearnos con las reglas.
– ¿Y quién gana el debate?
– El que la rompa primero en la cabeza del oponente. La regla o la cabeza, las dos valen.
– Imagino que siempre se zanja así vuestros combates de debate, ¿no?
– Pues no, termina siendo el público quien da la razón a uno o a otro.
– Se posicionan ante el que tiene la razón, ¿No?
– Más bien lo pelean. Por eso a los debates hay que ir bien armado, menudas batallas que se han librado en algunos debates. Uno de ellos terminó en guerra civil. Es como consiguió la corona el rey enano actual.
– que en gloria esté.
– ¿Qué le pasó?
-Nada, le gustaban mucho los debates. Mira que ya empieza. ¡Fooooorjaz!
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