
-¡El aliento de la criatura que habita en la cueva del lago huele a helado de fresa!
Recuerdo lo que dijo la niña al ver bostezar a esa criatura tan dócil que tanta alegría nos dio descubrir. De tamaño de un labrador y el contorno de un hipopótamo, camina patoso lentamente en los prados, y grita mucho si le asustamos, a pleno pulmón. Hacía diez ciclos de rotación Kerplianos, unos nueve años, que nos quedamos aislados aquí. Ha sido muy duro empezar y hemos aprendido mucho de este mundo extraño.
Noches de frío y nieve que, como el mar se ve azulada, el sol ilumina distinto, parece una puesta de sol constante. Criaturas sacadas de una mitología olvidada. Geografía imposible en una tierra de abundancia. Nuestro jardín del Edén personal en el exilio.
Brillante en la noche es un punto azul en el universo, que cuando miro hacia atrás en el cielo recuerdo que tú me acunabas en otro mundo y que mi hogar está lejos.
Susurra al abismo. Alguien, en algún sueño, escuchará.