Cazador de Sombras

La Sombra es ese lugar donde se ocultan los execrables entes que habitan en las pesadillas y en esa casa había muchas. Una vieja cabaña de agrietada madera con retorcidas formas, oscurecida por el peso de la condena que soportaba. Era ese lugar donde los sueños se convierten en pesadillas.
Propuesta de escritura de Bloganuary
¿Qué es lo que más te gusta hacer en tu tiempo libre?

– Buenas noches, por favor, una copa de ese vino azul tan bueno que tienes.

– Buenas noches cazador, aquí tienes, ¡bien frío! ¿Qué le trae por aquí?

– Pues un hambre atroz.

– Vale, mando a preparar lo de siempre ¿Qué tal ha ido la caza?

– Pues alguna historia tengo para contar.

– Soy todo oídos.

La Sombra es ese lugar donde se ocultan los execrables entes que habitan en las pesadillas y en esa casa había muchas. Una vieja cabaña de agrietada madera con retorcidas formas, oscurecida por el peso de la condena que soportaba. Era ese lugar donde los sueños se convierten en pesadillas.

Y ahí estaba yo, conjurando mi fiel espada a la sagrada causa de expulsar abominaciones. Rufián, mi cadejo, me marcó bien el camino a la sombría morada. Tenía el rastro de tres monstruos.

– Perdón, cazador, ¿qué es un cadejo?

– Los cadejos son perros espectrales que algún brujo desgraciado ha hechizado para quien sabe qué condenado objetivo. Encadenarlos forman parte del proceso. Cuando ya no los necesitan los abandonan y se les ven los pobres por ahí, arrastrando tristemente sus cadenas.

– ¡Qué cabrones!

– Así encontré a Rufián, asustado y aturdido, y aun así me echo una mano con un diabólico engendro, desde entonces es mi fiel rastreador. Hasta que encuentre la manera de quitarle la maldición. ¿Me pones otro vino?

– Por supuesto.

La puerta de la condenada casa abrió con el lamento agónico de los que han sido torturados. Dentro, oscuridad, desorden, muebles rotos, raídos por el tiempo, llenos de polvo y telarañas. El movimiento de una sombra condujo mi espada detrás de la cochambrosa cortina del fondo de la sala, rompiendo el silencio con un brutal alarido y la garganta de la primera criatura que se desplomó arrancando la cortina. Quedaban dos más. Este fue fácil, Los demás no lo serán.

La segunda criatura era fea, un repugnante amasijo de carne y venas redondo al que le salían dos largas patas y dos brazos que terminaban en garras. En el centro una sonriente boca de dientes afilados y fétido aliento, que saltaba y se agitaba al fondo del pasillo. No era muy alto, me llegaba a poco más de la cintura, así que de un salto conseguí ponerme encima, no sin antes darme un golpe con el techo. Agarre sus pestilentes brazos con todas mis fuerzas mientras el horrible monstruo se daba golpes con las paredes intentando desprenderse de mí. Pero yo lo tenía bien sujeto. Mi espada hizo el resto. Clavé la hoja hasta llegar a la empuñadura, fue suficiente para que dejase de moverse y descansara en paz.

Por mi experiencia, el último siempre es el peor y este no iba a ser una excepción. Subí las escaleras y en el segundo piso, tras la puerta abierta de una de las habitaciones, estaba ella. No he encontrado nunca una criatura tan bella como aquel súcubo. Bello cuerpo de mujer con cara angelical y un suave brillo rojizo en su penetrante mirada, olor a noche y madreselva y su voz… En un canto de sirena me dijo; – Cazador, ¿me vienes a exterminar?

– Y no te pudiste resistir

El cazador saco algo de su bolsa de viajes que puso encima del mostrador.  Una cabeza cortada

– Conozco bien a los súcubos para dejarme dominar por sus encantos

– Bella sí que era. En fin, Aquí llega tu comida.

– Ya era hora, ¡que hambre!

– Este trabajo tuyo es muy peligroso.

– No es un trabajo, puesto que no me pagan. Tal vez es una afición.

– Yo prefiero coleccionar sueños.

– A mí me gusta más la acción.

Nox Arcana – Lost in the Darkness

(Esta historia continua aquí)

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