La carretera

Largo era el camino, entre las sombras de los árboles, retorcidas curvas, iluminadas por un astro tan redondo y plateado, que daba vida al misterio que entre tortuosas ramas sonaba a secreto.
Sugerencia de escritura de Bloganuary
Piensa en el viaje por carretera que más te ha marcado.

-¡Qué cansado estoy!

Largo era el camino, entre las sombras de los árboles, retorcidas curvas, iluminadas por un astro tan redondo y plateado, que daba vida al misterio que entre tortuosas ramas sonaba a secreto.

—¡Y cuánto camino queda!

Manidas canciones, desde su viejo Ibiza, esparcía sinfonía de tránsito en el sendero. El vetusto casete amenazaba con destruir su cromo definitivamente para poder descansar de una vez por todas.

En la única recta, enfilada hasta la luna, cruzó la sombra de un espectro que le hizo frenar brusco y torpe hasta detener el antiguo auto frente al animalito asustado que jugaba a ser un monstruo mitológico.

-Pero… un gatito.

 Salió del coche apresurado para atender al minino asustado, que quedó paralizado delante de los focos del seat. 

– Ven aquí, gatito. No te asustes.

El manso felino accedió a los brazos del cansado conductor, ronroneando como exorcizando la oscuridad de la noche.

-Pero, ¡cómo te pareces a Lúa!

Blanca como la luna, la gata, se acomodaba buscando el calor que hacía tiempo que necesitaba.

-Puede que si sea Lúa, Damián— Dijo la voz de la silueta de mujer, que escondida en el reflejo de Selene había pasado desapercibida.

-¿Cyra, eres tú? Pero, ¿cómo? Tú estás…

– Al lado tuyo, Damián, como siempre he estado.

-¿Pero qué haces aquí?

La mujer le tendió su mano, y él, caminado hacia el final de la carretera, sintió cómo la sombra del cuervo convirtió el cansancio de su invierno en un cálido misterio.

Lizzard – Blue Moon
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