Etiqueta: viajeinterior

  • El corazón del abismo

    El corazón del abismo

    Seré breve,
    simple seré,
      yaciendo,
        flotando,
          en espiráculo,

    rodeándote,
      acariciándote,
        desgastándome,
          en círculo,

      en el abismo,
        detenido,
          abalanzándome

    al olvido,
      descendiendo,

    y en el suspiro
        gravitatorio,

          desintegrándome.

    Muse – Supermasive Black Hole

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  • Crónicas de primavera

    El suspiro se lo llevó todo. Una vida de sueños, un rincón donde resguardarse de la fatiga y del viento. También se fueron los nervios de esperarte. Y de tanto esperar, me casé con la ausencia.

    Resbalé sobre una lágrima y caí. Fui a parar al fondo de mi infierno, que de tanto verlo en fotos me resultó familiar. Seguí el rastro de amantes imaginarios que me aguardaban en la brisa de este mundo. Pero yo no quise quedarme: preferí conocer mundo.

    Escalé por las grietas de mis heridas que, de tan hondas, abrían salida. Al otro lado estaba el mar, y sin dudarlo comencé a nadar.

    Era de noche cuando llegué a la orilla. Entre la arena negra y el brillo del romper de las olas encontré a una sirena llorando, sola. Me senté a su lado, pero el miedo la devolvió al mar de su pasado. Seguí mi rumbo sin pensarlo. Mejor con los peces que con piernas de plástico.

    Subí el sendero, crucé el desfiladero, alcancé la cima primero. Y ahí estaba yo, sentado, mirando al cielo, con mi luna lejana alumbrando el firmamento.

    El eco me prometió luces de palmeras meciéndose sobre la vereda; me mostró el camino de regreso y me insistió en una vida nueva. Donde otros labios me esperan, al final de la primavera.

    The Black Angels – Young Men Dead

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  • Carta 9: El  sueño de un alma perdida.

    Carta 9: El sueño de un alma perdida.

    Querido diario
    Hoy me incorporé en la cama y me dispuse a desayunar. Pero el despertador, que tenía alas, salió volando apresurado. Quise poner los pies en el suelo… pero mi cama también flotaba en el aire. Entonces empecé a comprender.

    No es fácil empezar a tomar las riendas, pero ya tengo a Morfeo calado. Así que, suspirando un conjuro, hice aterrizar mi lecho sobre una nube y salí de él. Frente a mí apareció una puerta. Sabía que no era la salida al mundo real: conducía a otro sitio.

    Mi deber era cruzarla. Me adentré en la oscuridad que se derramaba al abrirla. Era un camino amarillento en un paisaje sombrío. Las nubes se retorcían de rabia y los relámpagos señalaban la soledad.
    Había una joven perdida que se asustó al verme.

    —No temas, solo quiero ayudarte —le dije al ver el miedo en su mirada.
    —Tenemos que huir —me dijo, y al instante me agarró de la mano.

    El terreno se volvió árido, el camino se retorcía. Las sombras ocultaban alimañas que nos perseguían. El sendero terminó de golpe, un afilado precipicio nos dijo que no había más.

    Tocaba enfrentarse a quien venía detrás.

    De una bolsa que no sabía que llevaba saqué una linterna. La miré y le hice una promesa:

    —Si me das el poder de este sueño, te prometo que te sacaré de aquí.
    —Esto no es una pesadilla —respondió ella.
    —Sí lo es, solo tienes que entender qué hay de verdad en ella.

    La linterna se encendió. Su luz disolvió la oscuridad. El cielo se volvió azul. Las nubes, blancas. La sombra que nos perseguía ya no era más que un anciano. Él recorría la senda, confuso. Era como un alma errante.

    —¿Qué haces aquí? —preguntó ella, con el corazón en vilo.
    —No lo sé… Solo acudí a tu llamada.
    —¿Por qué me persigues entonces?
    —No soy yo. Eres tú quien me ata. Mi camino no está aquí. Solo necesito que liberes mi alma.

    El viejo y la joven se fundieron en un abrazo.
    Y yo, que sé cuándo sobro, me fui a buscar otra puerta abierta. Camino a mi despertar.

    La sombra lo cubrió todo de nuevo, pero ya no había miedo.
    Solo quedaba el duelo.

    Alva Noto & Ryuichi Sakamoto – Aurora

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