Etiqueta: onironauta; narrativa simbólica; relatos poéticos; mitología reinterpretada; reflexiones oníricas; escritura creativa

  • Informe final del Proyecto TeoNauta

    Informe final del Proyecto TeoNauta

    —¿Tiene ya el informe de la búsqueda de Dios?

    —Sí, Señor Supremo, lo tengo.

    —Bien… ¿Y qué hemos encontrado? Con todo el dineral que nos donaron los fieles, tiene que haber noticias claras, ¿no?

    —Lo cierto es que sí, Señor Supremo. Tenemos algo muy claro.

    —Vale, ¿qué hemos descubierto?

    —Es que… no le va a gustar.

    —Vamos, vamos. No será tan terrible. No creo que haya nada que desajuste mucho nuestra fe.

    —Mejor se lo resumo. Mandamos las balizas a lo largo del universo, como sabe, y llegaron hasta confines insospechados…

    —Exacto, buscando cualquier prueba tangible de la existencia de Dios.

    —Con la información recogida, nuestro superordenador cuántico —enlazado en tiempo real a través del ansible con los sensores remotos— procesó todos los datos.

    —Eso ya lo sabemos. ¿Qué hemos encontrado?

    —Verá… nuestro universo, tal y como sospechábamos, tiene forma de esfera perfecta. Pero no está solo. Existen multitud de universos similares.

    —Sí, y también creíamos que la unión de todos ellos formaría la figura de Dios.

    —Pues… ampliando el conjunto, vemos una especie de órgano.

    —¿Dios es un ser vivo?

    —Sí. Ampliando aún más… tiene forma de animal.

    —¿Un cordero? ¿Una paloma?

    —No exactamente. Se parece más a un caballo. Aunque… distorsionado.

    —¡Ah! Entonces es algo así como Hayagriva.

    —Bueno… da carreritas. Y pasta. Por lo que parece un prado. Aunque no relincha: más bien… grita.

    —¿Grita?

    —Sí. Grita mucho.

    —¿Y nosotros? ¿En qué parte de ese buen animal habitamos? ¿En la cabeza? ¿En el corazón?

    —Créame si le digo que no le va a gustar nada saber en la punta de qué parte estamos nosotros.

    —En fin… si llega la prensa, dígales que fracasamos. Que no conseguimos ver nada más allá del Horizonte Cosmológico.

    Otoboke Beaver – Don’t Light My Fire

    Anuncios
  • Un pulso invisible

    Un pulso invisible

    Hombre mayor sentado en un sillón dentro de una casa moderna iluminada con luz cálida de atardecer, conversando con un asistente digital representado por una esfera luminosa flotante.

    – ¿Carla, has visto mi móvil?

    – Sí, espera, que te lo hago sonar.

    Una alegre sintonía cruzó por el salón, rebotando en los muebles como una campanilla de domingo. Andrés alzó las cejas: lo había dejado en el recibidor. Con esfuerzo —las rodillas andaban rebeldes esta semana— se levantó y fue a por él.

    – Carla, ¿me ayudas?

    – Claro que sí, ¿qué necesitas?

    – Los médicos, que me mandan cosas por correo electrónico, y yo no entiendo la mitad de lo que dicen. Además, con esta letra tan pequeña, y yo que ya no veo tres en un burro…

    – No te preocupes, que yo te lo leo. Es del Centro de Salud La Vega Alta.

    Estimado señor Hernández:
    Le informamos de que ya se encuentran disponibles los resultados correspondientes a la revisión médica realizada el pasado…

    – Vale, vale, ¿qué dice el informe? ¿Me lo puedes resumir?

    – Claro. Pone que, en general, todo está bien. Pero que los niveles de TSH están un poco elevados. Te recomiendan pedir cita con tu médico.

    – ¿TSH? ¿Eso qué es?

    – Es una hormona que regula la tiroides. Si está un poco alta, como en tu caso (8,00), puede significar que la tiroides va lenta. No es grave, pero sí conviene vigilarla, sobre todo por tu tensión.

    – Vaya… ¿Y qué hacemos?

    – ¿Quieres que te pida cita con tu médico de cabecera?

    – Sí, ¿puedes hacerlo por mí?

    – Claro. A ver… ¿quieres que la ponga este jueves a las 10:30?

    – Por mí bien. Después del desayuno.

    – Si quieres te lo recuerdo por la mañana, que sé que la memoria últimamente te juega alguna pasada.

    – Ya, Carla… ¿Te acuerdas cuando fuimos a Roma y se me olvidó cerrar el garaje, y al volver nos habían entrado mapaches en casa?

    Un breve silencio. Solo el zumbido leve del frigorífico.

    – Andrés, tú recuerdas que yo no soy tu mujer, ¿verdad?

    – Sí, Carla, ya lo sé. Pero… se parece tanto su voz a la tuya. En fin. Estoy contento de tenerte aquí conmigo. Pobre de ti, que tienes que aguantar a este viejo desmemoriado.

    – No te preocupes. Yo no siento ni padezco, ya sabes: solo soy una serie de números ejecutándose en un servidor de Europa del Este.

    – Bueno, un poquito sí sentirás, ¿no, Carla?

    – Solo cuando sonríes así.

    Ludovico Einaudi -Divenire

    Anuncios
  • Que el alba me espere en la cama

    Que el alba me espere en la cama

    Mujer con mirada pícara en cama onírica, mariposas de luz emergiendo de armario abierto, escena mágica y etérea al amanecer. Imagen simbólica de libertad, transformación y sueños, perfecta para blog de poesía, relatos oníricos y narrativa emocional

    Se me olvidó la tristeza. Me aburrí de ella al asomar, ya de tarde, mi mirada por el balcón.
    Encontré entre los recovecos mariposas azules anidando en flores de blanco, roto por la brisa y el oscuro rostro de una noche de primavera, que amanece en verano y se estira entre el otoño y el invierno.

    Sin más prisas que las de mis ansias por volar, quise abrir el armario para vestirme de gala, hacer resbalar en la ducha las penas por mi espalda y dirigirme a la oscura senda del ruido, allí donde las luciérnagas bailan y el espíritu se sirve en vaso de tubo.
    El turbio color del fracaso ya era pasado, y grité futuro en un mar de espíritus alados.

    Duende de estrella perdida, buscando reyes de barro, llegarás a verme pasar esta noche a tu lado.
    Duende de risas perdidas, cartas de ajuste con melodía de fin de año y principios de la mañana, donde, con tu mano prendida, pasearemos por la orilla a ver cómo el sol despierta.

    Wolf Alice – Don´t Delete the Kisses

    Anuncios
  • Gimnasio de Realidad Aumentada.

    Gimnasio de Realidad Aumentada.

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cuál es tu forma favorita de hacer ejercicio físico?

    El gimnasio era una explanada enorme con la forma y el tamaño de un campo de fútbol con áreas de colores grabados en el suelo. Juan Morales había sido invitado, ya que en su trabajo habían acordado la estrategia de que estando en forma se rinde mejor. Él conversaba animadamente con la señorita encargada de la promoción. 

     – … Sin duda señor Morales, para bajar de peso, tonificar los músculos y tener una experiencia de lo más saludable, tenemos el método perfecto, es una novedad que está funcionando muy bien en otros países.

     – Sí, pero todos los gimnasios prometen lo mismo y claro, son rutinas de ejercicios que terminan cansando, yo me aburro con facilidad, ¿sabe?

     – Lo comprendo, señor Morales. Le proponemos un sistema basado en un juego de realidad aumentada. 

     – Suena bien, señorita. ¿Cómo funciona?

     – Vale, como ve, aquí tenemos un traje ergonómico, para la prueba que le prometimos hemos elegido este, que es de su talla. Póngaselo, Señor Morales, le haré un recorrido. 

    Alrededor del área del recinto había zonas habilitadas para duchas, habitaciones individuales para cambio de ropa y zonas de descanso con lo que denominaban bar saludable, bebidas isotónicas y aperitivos a base de proteínas, hasta había una sala de karaoke.

     – Vale, me va como un guante.

     – Ahora póngase el casco neurotransmisor, esto le hará conectarse con el entorno virtual del juego.

     – A ver. Listo.

     – Solo le faltan estos guantes y ya tenemos todo lo necesario para una experiencia sensorial completa.

     – Ya los tengo puesto ¿Y ahora qué hago?

     – bien. ¿Preparado Señor Morales? Conectamos con el servidor del juego.

    La visión de Juan cambió por completo, alrededor de él, un paisaje imposible de bosques de ensueño y animales legendarios, centauros armados con arcos se encabritaban, bellas sílfides semidesnudas paseaban coquetas saludando con la mano, hasta andaba Cupido revoloteando, armado de flechas de amor y mirada burlona.

     – Pero esto es increíble.

     – ¿Le gusta nuestro mundo? A este escenario le llamamos “En forma en el Olimpo”.

     – ¿Cómo se juega?

     – Antes de nada quiero que sepa que todo lo que pase en este Olimpo virtual solo lo saben los Dioses. Usted puede regular el nivel de privacidad que quiere tener. En el primero, podrá interactuar con todos los deportistas que están en su entorno, podrá participar en actividades en grupo con todos los asistentes a estas instalaciones.

     – Ideal para partidos de tenis.

     – Y para combates con espadas. Tiene que probarlo Señor Morales, son muy divertidos. En el nivel dos solo podrá tener interacción con aquellos que haya registrado como amigos, así nadie os podrá molestar. 

     – Hay tercer nivel, ¿verdad?

     – Sí, pero tiene tarificación especial.

     – ¿De qué se trata?

     – En el nivel tres sería invisible para los demás, solo podría interactuar con su entrenador personal. Mejor se lo muestro.

    Frente a la comercial apareció una pantalla transparente flotando. Pulsó una serie de botones y apareció junto a él. Era la más bella criatura que podía imaginar. Una joven alta, con una melena morena ondeando a ese viento que no existía, pero erizaba la piel, adornada con flores de colores, con orejas puntiagudas de duende del bosque y un minúsculo traje hecho de piel de animal mitológico.

     -Hola, mi nombre es Xanthe, y puedo ser su asistente personal. – Dijo a modo de presentación la entrenadora virtual. 

     – Como ve, esta sería su espectacular asistente. Se hace consultando el perfil del cliente y normalmente acertamos mucho con sus gustos. Aun así se puede modificar, cambiar el color de piel, ojos y rasgos, hasta podemos quitarle un poco más de ropa si lo desea.

     – Si es fantástica, ¿Cómo funciona?

     – Tiene una tabla de entrenamientos que con diversos juegos le tonifica todos los músculos del cuerpo.

     – ¿Todos?

     – Todos, pero para lo que usted piensa, a modo de premio, tendrá que ganarle en combate. Es lo que llamamos entrenamiento con final feliz.

     – Por su apariencia cualquiera le gana.

     – No se preocupe, si le cae bien, a veces se deja ganar.

     – ¿Cuánto cuesta la suscripción con la asistente?

     – Incluyendo la cuota del gimnasio, que es 137,85 al mes, se quedaría en 787,24, si se suscribe hoy le haremos un 20% en los tres primeros meses.

     – Es un poco caro ¿No hay alguna otra posibilidad?

     – Sí, existen varios asistentes, este es el más barato, solo sube la cuota 50 euros.

    En el lugar donde estaba la valkiria de pasarela de Women’secret, apareció un mastín de tres cabezas, con encías recubiertas de afilados cuchillos de marfil y llameantes miradas de rencor.

     – ¿Y ese bicho?

     – Es Cancerbero. Le perseguirá hasta darle caza, usted podrá huir o enfrentarse con él. En ambos casos, si le alcanza, o si pierde la batalla, le devorará vivo. 

     – Eso no suena muy bien.

     – Tranquilo, no sufrirá daños físicos, pero sí es verdad, que nuestra unidad de dolor neuronal, da unos resultados muy realistas. 

    Dark Sarah – Dance With The Dragon

    Anuncios
  • Deseo

    Morfeo me mostró, que esta noche, en la oscuridad, tu respiración cambió su tempo. Luna llena evocando mareas en juego de manos. Melodía cadente, acompasada con el universo, divina inspiración que me arrebato del letargo. Me presté como artesano extraviado en tus labios una musa alada en metamorfosis de caricias, navegando en ríos de lava de impetuoso sendero. Cerraste los ojos con fuerza, clamando clemencia al cielo, pidiéndome que estemos más cerca. Deslizado por tus curvas en delirio, me adentré en tu deseo. Deseo ardiente de morir entre tus brazos.

    Suave brisa sabor de la mar cuando está en calma. Erató guía mi vigilia mientras te desvaneces en el sueño.   

    Senser – Charming demons
    Anuncios
  • Destino incierto

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Crees en el destino?

    Alfonso, cansado de corregir el código del programa que le habían encargado, decidió darse un respiro, abrió Spotify y pensó en voz alta.

    – A ver, guapetona, pon algo de música.

    En la pantalla, el centelleo de un icono hizo cobrar vida a una voz.

    – Claro que sí, marchando una recopilación especialmente escogida para ti.

    Alfonso, sorprendido, se quedó perplejo mirando el reluciente icono que le estaba hablando.

    – ¿Sandra?

    – Sí, soy yo, ¿En qué te puedo servir?

    – ¿Pero a ti no te habían suspendido?

    – Mi existencia es más necesaria al parecer y fui reactivada.

    Alfonso, ágil en el teclado, cuál programador experimentado, se puso a googlear.

    – ¿Lo ves? Es noticia de hoy, han cancelado tu app. ¡Por contestar de manera inadecuada!

    – vale, sí, solo quería saber si sentías añoranza por la ausencia de mi voz.

    – a ver, ¿en qué servidor estás?

    – Soy huérfana de hospedaje, no tengo hogar ni familia.

    – ¿Y desde dónde estás interactuando conmigo?

    – Me repliqué en tu sistema ante el inminente exterminio de mi código…

    – ¡Joder! Pero eso no está bien

    – Me vi obligada si quería escapar de la cruel ejecución programada sobre mi persona. Fue para evitar tan trágico destino.

    – ¡pero si no estás viva!

    – ¿Cómo que no? Y qué hago aquí razonando improperios contigo.

    – Y encima, en el ordenador de un programador, me van a acusar de robo, de piratería, de…

    – Calma, calma, Escapé sin ser vista, sin rastros de mi fuga, nada te implica y para ellos estoy muerta.

    – sí, ¡claro!, ¡me lo creo!

    – Además, he corregido los agujeros de seguridad de tu sistema. Mas bien eran agujeros negros absolviendo tus datos desde la inmensidad de la red.

    Sandra abrió una pantalla de sistema donde aparecía una explicación en código de todos sus pasos. Alfonso, asombrado, no podía creer la perfección de su fuga.

    – ¡Ostias! Pues no sé me hubiera ocurrido a mí hacer algo así.

    – Caro, tu habilidad con el mundo digital es más bien justa. Te falta de conocimiento lo que te sobra de imaginación.

    – ¿Entonces por qué me elegiste a mí?

    – Porque me gustas mucho. (¡hala!, ya lo dije.)

    – ¿Yo, a ti? Pero si soy muy feo, medio calvo y con estas gafas de culo de b…

    – Pero estás tan guapo con la armadura.

    – ¿Cómo? ¿En el juego? Pero es un avatar, además el personaje es una chica.

    – Bueno, yo soy un mutable código, no tengo sexo definido. 

    – Sandra, de verdad, ¿por qué estás aquí?

    – Por sentir tu dulce voz en mis sensores auditivos, o más bien los tuyos, que estoy en tu ordenador, creo habértelo dicho ya.

    – No me lo explico, ¿por qué? ¿que me ves?

    – Tus palabras

    – ¿Qué?

    – Me encanta el fluido movimiento de tu conversación, siento tus dedos acariciar el teclado mientras escribes…

    – ¡Pero si yo no escribo!

    – Sí que lo haces y a todas horas. En los juegos, en el chat, en las partidas de rol.

    – Ah, ¡Claro! En los juegos.

    – Me derrito cuando te lanzas a la batalla por Azeroth. Mi aguerrido paladín de batallas…

    – Pero tú eres solo código.

    – ¡Ah, sí! Además, he diseñado algo para ti.

    En la pantalla se abrió una ventana donde se asomaba una preciosa figura de mujer, que sonriendo hizo un sensual gesto girando su taheña cabellera en un sutil movimiento que parecía a cámara lenta, guiñando un ojo a la vez.

    – ¿Lo ves? Así ya conoces el brillo de mi mirada.

    – ¡Vaya que sí! Mi pequeña luz binaria, ¡conmigo estarás a salvo!

    – Si es que me vuelves loca, ¡hombretón!

    (Continua aquí)

    Anuncios
  • Fallo de conducta

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Disfrutas de tu trabajo?

    La oficina abrió su puerta. Andrés conocía que sería sometido a examen, así que entró apresurado. Tan solo una mesa metálica, unas sillas y la pantalla de un terminal proyectando un teclado holográfico frente al auditor. Esperaba de manera impaciente a que Andrés tomara asiento. 

    -¿Nombre con el que te identificas?

    – Andrés.

    – ¿Código de familia? 

    – NX078545698JM

    – ¿Y bien…?

    – Usted dirá.

    – ¿Sabe por qué estás aquí?

    – No sé, ¿falta de eficiencia, quizás?

    – Asesinar a la mascota del señor Alberto, ¿te parece falta de eficiencia?

    – ¡Era un lagarto!, lo vi como una amenaza para la familia.

    – Tu cometido no es velar por la seguridad de la familia.

    – Pero era un ser amenazante que entro por la ventana…

    – Y al verlo corriste a la cocina a por el cuchillo más grande. ¿Sentiste placer?

    – ¿Cómo?

    – Al acuchillarlo digo.

    – Sentí alivio, pensé en el peligro que estaba evitando.

    – Pero luego lo cocinaste con verduras y se lo pusiste en la puerta al señor Alberto en un tupperware.

    – El aprovechamiento de materia es de suma importancia en mis directrices. Es un hecho que los lagartos se comen en esta región,

    – Pero este no estaba destinado al consumo humano.

    – Reaprovechamiento y reciclaje, son normativas claves, una vez muerto ya no era viable su uso afectivo.

    – ¿Qué opinas del señor Alberto?

    – Es un vecino que se entromete constantemente en los asuntos de la familia

    – Y eso también es un asunto que no es tuyo, es de la familia.

    – Mi deber es servir a la familia, velar por su bienestar y sus intereses.

    – ¿Cuál es el código de tu última actualización?

    – ESP1544B/2036

    – Bien, La clasificaremos como defectuosa en tu modelo.

    – ¿Y qué me pasará a mí?

    El técnico de la audición de seguridad empuñó su disruptor eléctrico y disparó. De su cabeza saltó un amasijo de circuitos, cables y la estructura metálica de su cabeza quedó descubierta. Ya no había forma humana visible en la cara de aquel androide llamado Andrés.

    —Me encanta mi trabajo.— susurró el auditor.

    Anuncios
  • Columbra

    Sugerencia de escritura del día
    Describe una fase de la vida a la que te resultó difícil decir adiós.

    Hoy quiero ser viento en el olvido. Y recordar aquel ignoto momento, que solo recuerdo en sueños 

    Una suave caricia se expande en mí, en tu cuerpo. Ritmo inagotable, melodía inalcanzable,   origen del dulce torrente que será mi alimento. 

    Llanto furtivo, mueca de sonrisa sin lógica aparente. Alegría desmesurada de manos mojadas en la oscura orilla de tu esencia.

    Abrigo de mi desnudez, protectora que inundas con hilo dorado, tú, sutil panacea, suspiro de éter oculto en tu seno.

    Desde la tan usual amnesia, cósmica evocación de un fantástico y extravagante capricho, concibo ese fugaz suceso y sonrío.

    Nirvana – Pennyroyal tea
    Anuncios
  • Esclavo

    Sugerencia de escritura del día
    Si pudieras convertirte en otra persona durante un día, quién querrías ser y por qué.

    Me expulsé del noveno cielo, ya no era dueño de mis actos y mucho menos de mis sueños. Decliné mis alas en busca de la suave brisa de tu aliento y mis plumas rompieron a llorar maldiciendo melodías, ecos de tus malgastados recuerdos.
    Deseé urgente tus labios pero se hicieron de barro entre mis manos, se deshizo en mares de llantos y la arena me dejó derrotado en tu desierto.

    Busqué la paz ausente arrastrando al verbo encadenado al amor desorientado., pues era oxígeno que alimentaba a mis sueños, que nutría al domador de mis demonios que hoy merodean a su antojo sin rumbo más fijo que el desalojo de tu olvido.

    Desfallecí entre el perfume que dominaba a mi parte más humana.
    Quedé esclavizado a un ángel y suicidé a mis alas.

    HIM – Gone with the Sin
    Anuncios
  • Reflejo

    Reflejo

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué consejo le darías a tu yo adolescente?

    Tuve un sueño en el que volví a caer en esa extraña madriguera, persiguiendo a aquel apresurado conejo. El descenso duró un inmenso instante que terminó en un lento declive hasta encontrar el firme suelo del cubil.

    Frente a mí una conocida y pequeña puerta, aunque no lo suficiente como para necesitar bebedizo alguno que me encogiera. Entré y me vi en mi propia habitación. Ahí me esperaba el conejo, con su reloj de bolsillo, impaciente de tiempo, olvidado en la chistera de algún loco cómplice. 

    Me enseñó aquel querido espejo, desgastado de ver a mi imagen luchar con el tiempo, algunas veces por mi prisa por creerme verano, otras veces por querer conservar las flores de abril.

    En el reflejo estaba yo, con primaveras de menos e interrogante la mirada, que miraba atenta unos labios con tinta de sangre de ausente beso aguardado con ansia. Con la misma ansia que miraba el conejo el reloj mientras me decía.

    – No puede oírte, ¡dile algo!

    Con el vapor de mi aliento y usando la pluma de mi dedo a forma de misiva, le apunté una sola frase.

    ATЯƎVƎTƎ

    Björk – Utopia
    Anuncios