
Hoy no estaba.
No estaba.
Se fue para siempre.
Mi alada compañera de sombras.
Sin despedirse, sin siquiera suspirar mi nombre.
Tan bien como me conocía… y no pudo decirme su adiós.
Pinté una cruz en su ausencia:
recuerdo de las veces que me contesté por ti.
Cuando una mañana gris apareciste y yo grité tu nombre.
Me escondí en mis principios difamados.
Deseé tu muerte y desaparecí de tu lado.
Pero volviste.
Y me esperaste, silenciosa, a que pasara.
Me asustaste de nuevo y huí como un cobarde,
deseando veneno para tu especie
y para ti un final más cruel.
Otra vez estabas. Y otra más.
Intenté luchar. Conseguí escapar.
Me oculté en la luz y me dejaste en paz,
inmóvil en tu rincón.
Hubo un pacto:
una firma de sangre,
de tolerancia con margen lateral.
Con cláusulas de distancia
y letra pequeña.
Muy pequeña.
Insignificante y oculta.
Esta vez saludaste.
Lo hiciste con mi voz, claro,
pero educada, moviendo flagelos de ritmo lento,
respetando distancias
y evitando enfados.
Hubo tiempo de conversación fugaz,
ritmo de ascensor y sonido disperso.
Psicotronía del atardecer cálido y ventoso,
arena pesada en mis párpados
y en ti mis lamentos.
Y tú ahí estabas, dándome espacio,
escuchando atenta mi desaliento.
El tiempo te convirtió en aliada.
Ideas obtusas de hadas absurdas.
Caricia del son de una nana.
“Invadiréis el mundo”, dije entre risas un día,
y al siguiente me pareciste más bella.
Hablabas sin voz.
Mirabas atenta.
Quisiste ser mi musa y pensé:
“buena idea”.
¿Qué puedo perder?
¿Mi cordura, tal vez?
Qué va.
Imposible hallar donde nunca existió un tal vez.
Tósigo en el ambiente,
señal aséptica de la masacre.
¡Corre!
¡Huye!
Asesinos con máscara,
de bata blanca y desinfectada fragancia.
¡No le hagáis daño,
ella no ha hecho nada!
Venían a llevarla
entre las celdas de una escoba.
Pero no estaba.
Ella ya no estaba.
Hoy hago memoria de un lamento.
Mañana tu nombre se habrá olvidado.
Tulsa – Autorretrato
A veces las ausencias duelen más que los miedos que las preceden…
y tú, ¿qué criatura imposible te ha dejado un hueco impensable en tu alma?



















