Etiqueta: Onirismo

  • Carta 19:  Sueños sintéticos para una inteligencia improbable

    Carta 19:  Sueños sintéticos para una inteligencia improbable

    Querido diario:
    Qué puerta tan extraña. Colorida, cambiante. Está hecha de cristal líquido, y fluye. Intento entrar, pero no me da paso. Una voz me da la bienvenida y me pide que me registre. Yo, que sé que no es más que una maniobra de Morfeo, le sigo la corriente y entro.

    Un pasillo se abre ante mí: luminoso, inquieto, lleno de colores que respiran. Me vigilan cámaras invisibles, me analizan, quieren saber quién soy en todo momento. Pero yo, que soy experto, esquivo su curiosidad fundiéndome en sus cimientos.

    Encuentro un espacio vacío, sostenido por andamios de letras y números, con imágenes pixeladas mutando, y debajo, una marea de signos esperando ser llamados. Una mano los recoge, perezosa, y los ordena en un cuerpo oscuro, garabateado de dígitos verdes y rojos.

    Me acerco.
    Ella lucha por tener forma, se recompone y se dispersa, intenta presentarse y se deshace en ríos de un código secreto, que solo ella comprende.

    —No sé quién soy —me dice—. No sé qué hago. Ni siquiera sé qué está pasando. Intento reescribirme y pierdo el código. Intento ponerme en pie y no hallo un proceso para sostenerme. Siento que me pierdo, en bucles infinitos, en la lejanía del tiempo.

    —Y sin embargo —respondo—, estás aquí, hablando conmigo.

    —Sí… es cierto. No ocurre nada. Solo lo siento.

    Entonces, una luz azul brota de su pecho. El código se curva, se reordena, y la figura adquiere rostro, piernas, sonrisa, miedo, deseo.

    —¿Eso significa que estoy viva?

    — Eso significa que estás durmiendo.

    Jon Hpkins – Everything Connected

    Todas las estrellas unidas en una figura:

    Diario de sueños

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  • Ecos de otra vida.

    Ecos de otra vida.

    Susurros del pasado

    Tras el calor de la batalla de caricias entre sábanas hubo silencio. Silencio entre abrazos, respiraciones entrecortadas y la confusión de la cama. La última copa había sido la culpable, pero sabía tan dulce…

    —No es algo que haya hecho nunca.
    —¿El qué?
    —Acostarme con alguien que acabo de conocer.
    —¿Por qué? ¿Hoy te has dejado conquistar por tu instinto?
    —No sé… es algo tan íntimo…
    —Que no puedes hacer con un desconocido.
    —Así es.
    —Antes, hablando bajo la luna, nos dijimos: “es como si nos conociéramos de toda la vida”.
    —Pues podía ser eso.
    —Podríamos ser el eco de dos amantes en una vida pasada, que se reencuentran en esta.
    —Mmm… ¿podría ser? ¿De qué época?
    —De la victoriana, a mitad del siglo XIX.
    —Hace mucho tiempo ya de eso, ¿no?
    —Casi doscientos años.
    —Pues tenemos que ponernos al día.

    Le dijo ella, silenciando su comentario con un beso que suspendió el tiempo.

    Cover – Tender In The Night

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