Etiqueta: MelancholyAndHope

  • Carta de ajuste

    Carta de ajuste

    Esa noche oscura  no resistí al monstruo de debajo de la cama.
    Me amenazaba incansable: arañando cortinas, susurrando amenazas, haciéndome creer más pequeño, menos valiente, más prisionero de temores imaginarios.

    Pero me cansé de esperar el fin y quise ir a buscarlo.
    Cuando todos dormían, me apresuré a deslizarme desde mi habitación para caer en un salón oscuro lleno de miedo.
    Vacío, poblado solo por las sombras grises que danzaban al ritmo del viento.

    Siguiendo las baldosas grises, la encontré:
    la apagada, muda y solitaria pantalla, que tanto ansiaba ver por las tardes en la merienda.
    Eclipsando diversión con noticias absurdas de ancianos muertos y princesas cantando.

    Mi dedo temblaba.
    Mi corazón sacudía mi pecho, advirtiendo que huiría lejos si seguía con mi empeño.
    Y no pasó nada al conectarlo.
    Solo una pantalla de colores raros, de figuras geométricas absurdas y un pitido sordo.
    Cuadros de colores: azules y amarillos, verdes y grises.
    Estáticos.
    Me quedé encadenado en el reflejo, desilusionado del temor, esperando un destello.

    Ocurrió algo.
    Un fundido en negro.
    Letras amarillas anunciando un secreto.
    Dos rombos blancos señalando el pecado.
    Y, por fin, ella: vestida con poco, transparente capa que iba deslizando, descubriendo su piel blanca.
    Me miraba fijamente.
    Sus labios deseaban mis besos y en su cuerpo ya no había nada.
    Curvas desnudas interrumpidas por una llamada.

    —José Miguel, ¿qué haces que no estás durmiendo?

    —Tenía miedo… —dije asustado. Sabía que lo que estaba viendo era pecado. Esperaba un castigo divino a manos de un padre desvaído—

    —¿Y te viniste a ver la tele?Mi padre ignoró el contenido de la televisión, la apagó y me acompañó en silencio a la cama.
    En silencio descubrí que el castigo de Dios no llegaría esa noche.

    Golpes Bajos – Malos Tiempos para la Lírica

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  • Corazones en la sombra

    Corazones en la sombra

    Un episodio mas de la saga «Manual práctico para dinosaurios antediluvianos sobre tribus urbanas modernas«

    – Hola.
    – Hola.
    – ¿Te apetece que pidamos hoy pizza?
    – No tengo hambre.
    – Venga, Mara, algo tendrás que comer.
    – Vale, me comeré un trocito de la tuya.
    – ¿Y vemos una peli?
    – ¿Ponemos “Pesadilla antes de Navidad”?
    – La hemos visto como doscientas veces.
    – Doscientas veinticuatro veces, para ser más exactos.
    – Tantas tenían que ser.
    – Era la favorita de mamá.
    – Bueno, la veremos de nuevo.
    – Papá, ¿cómo era ella?
    – ¿Ya no te acuerdas?
    – Sí, pero digo antes, cuando tenía mi edad.
    – Pues era muy parecida a ti.
    – ¿Vestía de negro y llevaba flequillo azul?
    – No exactamente, en eso era más como yo.
    – Tú eras heavy, ¿verdad?
    – Sí, llevaba el pelo largo y chaqueta de cuero negra.
    – ¿Qué te hizo cambiar?
    – Verás, ser heavy estaba bien en otra época. Era algo fantástico para un niño perdido.
    – Como los de Peter Pan?
    – Sí… y a veces siento que tú también lo eres, aunque de otra manera. Necesitaba algo con lo que arrancar mis días, para sentirme fiero.
    – Ahora eres un carroza inmerso en tu trabajo.
    – Sí, ríete… por eso a veces todavía pongo en el coche a Ozzy Osbourne, para agarrarme a la vida. ¿Lo mismo te pasa a ti con tu sonrisa emo que tanto me gusta?
    – Eres bobo.
    – Y tú una llorona.
    – Papá…
    – Dime, Mara.
    – ¿Crees que mamá habrá conocido a Ozzy?
    – Seguro que sí.

    Yungblud – Changes

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