Susurras seductora,
Tu piel de seda atrapa,
Seré tu alimento.
—Ven… acércate.
Abrió los ojos. Eran las 3:33. La luna derramaba su luz sobre la cama. Intentó volver a dormir, pero algo vibraba en el aire.
—Vamos… ven.
La voz, de terciopelo rojo, reptaba entre las sábanas. Era un roce de brisa que lo empujaba hacia la ventana.
—Ven conmigo.
Susurraba en su mente.
—Ven… sal conmigo.
Bajo la farola temblorosa, la vio. Desnuda. Fría. Blanca como la luna que la amparaba en su caza. Le pedía cercanía, respirarle el miedo.
—Ven… baja… tengo frío…
Abrió la puerta. Ya no estaba. La farola parpadeó una vez. Luego, oscuridad.
—…Sígueme… acércate a mí.
Algo se movía entre la maleza. Curvas pálidas entre las sombras. Avanzó creyéndola en peligro. No sabía nada. Sus labios rojos le sonrieron.
—Ya estás aquí.
Acarició su cadera, buscando certeza.
—Abrázame ya.
No pudo resistirse. Su piel helada lo atrapó. En su abrazo, el hilo se cerró. En su mirada hambrienta se reconoció presa. Sintió los colmillos hundirse en su cuello.
Amaneció colgado en su telaraña, esperando el fin.
Buck Tick – Dress
“Porque algunas voces no llaman: te tejen. Y cuando al fin lo entiendes, ya estás demasiado dentro de su red.”

















