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  • Mi hogar

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué es lo que te gusta del lugar donde vives?

    sendto#ciraortega@code#5742791Xzsr3z.earth.es.es

    Querida Cira,

    Hace tres días que activaron la red de comunicaciones, al abrir mi correspondencia he tenido la emocionante sorpresa de encontrar tu nombre en la lista de correos recibidos, así que, arriesgándome a molestarte un poco, te voy a responder.

    Lo que fue un duro comienzo se suavizó con el transcurso del tiempo, fue una carrera de pequeñas victorias hasta lograr un hogar sostenible y habitable. Fue un arduo trabajo en grupo, donde nos hicimos amigos, familia, pueblo. Me ocupé sobre todo en tareas de construcción, por supuesto ayudé en funciones de habitabilidad, reconocimiento, hasta llegué a cocinar algunas veces. Sí, ya sé que es algo que no se me da bien, pero aquí no hubo quejas.

    Ahora que todo se ha calmado, debo reconocer que estamos en tierras amables, donde conociendo el entorno y sorteando algún peligro es un lugar ideal para comenzar una nueva vida. Sentado en el porche de mi casa, puedo observar un inmenso delta lleno de árboles semiacuáticos, parecido a las secuoyas, donde hemos adaptado el cultivo de arroz. Impresiona al final de la primavera el espectacular danzar de animalitos luminosos que cubre la noche de colores con su maravilloso vuelo.

    Todavía recuerdo los largos días de playa en la costa Andaluza. Nos quedábamos hasta ver salir las estrellas, haciendo figuras imaginarias de las constelaciones, soñando que algún día cruzaríamos alguna de ellas. Nuestro cielo es distinto, estamos en medio de la forma de cisne, aunque muy lejos de Deneb. A falta de una luna tenemos tres astros orbitando el planeta, Artemisa, Selene y Hécate. Hay noches en que las tres nos deleitan con su presencia.

    Han pasado casi cinco años terrestres ya, supongo que habrás vivido lo suficiente para poder rehacer tu vida, a pesar de eso espero poder saber más de ti. Puedo asegurarte que aunque te echo de menos, mi vida es plena en casi todos los aspectos. Ya podrías estar tú aquí, para completar mi sueño.

    Cuando completen el enlace cuántico del ansible y nos permitan adjuntar datos, prometo enviar fotos y videos para que tengas una idea de la belleza que hay a mi alrededor.

    Con cariño.

    Siempre tuyo.

    Izar.

    Joe Satriani – Light Years Away
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  • Lluvia en la ventana.

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué emoción positiva sientes más a menudo?

    Es sanador ver llover por la ventana, ver como se derrama el cielo, escurriéndose a gotas, endulzando la tierra en una limpia danza, rompiéndose a sorbos, tronando su desdicha hasta quedarse vacío, recobrándose a impactos de nubes crispadas, deshaciéndose en llantos hasta que desaparezca su oscuridad y quede sereno un firmamento agotado. 

    Ya habrá sol que nos cubra, sublimando el hielo, dibujando nubes en lienzo celeste, provocando a Eolo expirando céfiro, soñando tormentas, que cabalgue raudo, que se desate extremo, vapor sombreado en el esférico azul, cubriendo el pincel de Rembrandt, desafiando la tempestad. 

    Y si no, siempre nos quedará la luna. 

    Nina Hagen & Apocaliptica – Seemann (Rammstein)
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  • En la sombra

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cómo planificas tus objetivos?

    Me derramo en cada una de las sombras, 

    fluir de sol que cae al anochecer,

    partículas de luz que queman,

    posado sobre tu piel,

    brillo de luna,

    filo de papel,

    rojo intenso,

    al amanecer,

    me alejo.

    Anathema – Fragile Dreams
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  • Una mirada

    Sugerencia de escritura del día
    Crea un plan de preparación en casos de emergencia.

    El saber de ella, esa cálida tarde de primavera, la que me crucé con su triste mirada cabizbaja, que de reojo quiso un encuentro y sentir que mi corazón se desbocaba arrogante, golpeando mi pecho con rabia, sin escrúpulos, se convirtió en una emergencia al volverme atrás y entre la marea de prisas por seguir, encontrarme con su ausencia. 

    Las luces rotaron en rojo, como una alarma constante,  hasta que mis ansias de sanar mi sobresaltado músculo, suspirando el momento idóneo, de encontrar la paz de un alma, que cure la ausencia de ti en el calor de otros labios. Así que siguiendo el sendero de su recuerdo, dibujé un plan en la funda de la almohada, soñando un encuentro cercano donde atrapar el movimiento de sus caderas al compás de la hoguera de San Juan y del crepitar de su fuego.

    Me detuve a investigar su rastro, en el lugar del cruce del camino, la melodía de la pista escondida que llevara a tu encuentro mi destino. El desenfado de su risa me llevó al momento, rumbo a sus huellas difuminadas en la arena de la playa. Supe que estaba en el camino acertado cuando encontré el aroma de su piel entre el salitre de la orilla, suspirando por el suelo que pisaba.

    La descubrí al amor de la sombra de un bar, donde un café revuelto le hacía compañía, sin más conversación que el tintineo de la cucharilla y el chocar del circular de monedas. Yo le ofrecí la mía, auspicio de lo imposible, que creía a la deriva, serendipia de su sonrisa al verme sentar a su vera, al mostrar que se aburría.  

    Exorcice a Ennui en ciernes con la invocación de risas furtivas cazadas, saque de mi chistera las palomas que había escondido para la cita adecuada, que pacientes guardaban su oportunidad de vuelo, alto, hacia la copa de las palmeras y arriesgué de su vuelta el olvido. Ella me susurró al oído misterios de vidas pasadas, de cristales de jarrón roto, pegado a trazos de pincel, de su cariño por las almas de hocico húmedo, que lamen su cara contentos cuando vuelve y del signo de que sus ojos tristes, soportaban la ausencia de a quien su amor alejaba, más allá de la luna, en una estrella, esperaba.  

    La película terminó en largos besos de falta de caricias en las frías noches de invierno, con el anticipo de una segunda parte en la sesión de la noche del viernes, en el mismo bar, con el mismo café revuelto, conversando con la cuchara y la taza, solo que me encontré que no eras tú y tú nunca llegabas.

    A la brisa del cierre quien me vino a cobrar me dijo que te habías ido lejos a donde su tristeza miraba, allá donde vos eres tú y el invierno calienta amenazante de estío.

    Deambulaba perdido sintiendo en secreto la lluvia sobre mi cara, cuando el roce casual me hizo encontrarme con una sonrisa urgente, que se perdía en la noche, arrastrada por la primavera, llevándole a iniciar un secreto al recordar mi tristeza.

    The Beatles – Sexy Sadie

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  • ácido acetil desoxirribonucleinico.

    Sugerencia de escritura del día
    Háblanos de esa palabra que todo el mundo tiene en la boca.

    – Ya lo tengo, ya.

     – ¡Joder, otra vez usted!

     – Y esta vez tengo la invención perfecta.

     – ¿Pero usted no estaba tranquilo en su granja de dinosaurios?

     – No se meta con mi Fulgencio, ¿eh?

     – No me lo permita Dios. ¿Qué va a ser esta vez?

     – He inventado el ácido acetil desoxirribonucleinico.

     – ¿El ácido acetil desibirrilubinico?

     – No ácido axelerilnuclietilicido.

     – ¡Ah! ácido errexiciliciticoesidrico.

     – Me está tomando el pelo, ¿no?

     – Placenteramente además.

     – ¡Es usted un poco idiota! ¿Me va a patentar esto?

     – ¿Y qué hace? Aparte de torturar a pedagogos y trabalengüista.

     – Quita fulminantemente el dolor de cabeza.

     – Claro, lo produce al pedirlo en la farmacia y luego lo quita al tomarlo.

     – Pero lo quita definitivamente. Este compuesto modifica la estructura celular de la corteza del hipotálamo, produciendo la segregación de determinadas hormonas que reestructuran el riego sanguíneo.

     – Ahí cambia la cosa. Esto sí que sería un avance en la medicina, creo que hasta sería útil en caso de ictus, ¿no?

     – Claro que sí, restauraría gran parte de los daños.

     – A ver, ¿qué pega tiene?

     – Nada, un efecto secundario pequeñito.

     – No será dolor de cabeza, ¿verdad?

     – No, un diminuto proceso de involución.

     – ¿Cómo?

     – ¿Conoce aquel estudio de ese científico que dice que tenemos genética neandertal? 

     – Sí, claro.

     – Pues este agente químico lo activa.

     – Y nos convertimos en mono, ¿verdad?

     – Inmediatamente además.

     – Largo de aquí, por favor. 

     – ¿Eso es que no me lo patenta?

     – va a ser que no.

     – Bueno, vale.

     – Recuerdos a Fulgencio.

     – Serán dados. ¿Le puedo coger un caramelo de estos?

     – Váyase ya.

    Coal Chamber – Loco
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  • Fluido carmesí.

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué te hace sentir en paz?

    La oscuridad invadía el bosque lentamente, envenenado de oscuridad a los retorcidos árboles que enraízan en él. Sabía que era la hora correcta, cuando las alimañas salían a cazar, que es justo lo que precisaba, encontrar una en especial. La más terrible y detestable de todas.

    En ese tronco de secuoya podrida tenían su nido, era una criatura que nunca iba sola, se concentraban en un enjambre letal, tendría que aislar una, y hacerlo en silencio, para no llamar la atención a las demás. Las llamaban arañas de fuego verde, aunque quizás se parecía más a una mantis religiosa del tamaño de un dogo, que escupía un espeso fluido verde iridiscente que descomponía la materia orgánica en pocos segundos.

    En el agujero del podrido árbol había dos de ellas, haciendo guardia, protegiendo a su reina. Daba igual, solo necesitaba una, así que se dispuso a usar un cebo. En la mochila llevaba un grueso muslo de saurio de las estepas en avanzado estado de descomposición, a las arañas les gustaba así. Y con su fino olfato de insecto, la criatura más cercana, se dispuso a descubrir y engullir su manjar.

    No se lo imaginó tan fácil, tras asomarse a los arbustos, de un tajo violento con la espada, le cerceno la cabeza al bicho, guardándola con rapidez en su mochila antes de que otro depredador quisiera dar cuenta del reclamo. 

    Al subir la mirada descubrió que era tarde, un lobo huargo negro de mirada azul centelleante se acercaba lentamente enseñando sus blancos y afilados dientes. Preparó la defensa esgrimiendo su espada, cuando el cánido se le abalanzó, esquivó de un salto lateral la embestida, rozando a la bestia con el filo de la hoja del arma.

    El animal enfurecido cargo de nuevo, pero el cazador ya había preparado un conjuro rápido que paralizó al monstruoso lobo, le hubiera dado tiempo a huir si no fuera porque la otra araña guardiana le estaba cortando el paso y tuvo que esquivar su veneno rodando hacia la izquierda. 

    Al girarse, el huargo había salido del letargo del  hechizo y le obligó a tirarse al suelo para eludir su ataque, encontrándose de frente con la otra alimaña que defendía su terreno, así que el batidor aprovechó para huir raudo hacia la salida del bosque, dirección a la cantina de la entrada del pueblo que es donde le esperaban con ansia.

    Al entrar buscó una mesa ocupada por un señor regordete, vestido en sedas marrones y verdes, que puso expresión de alegría al verle.

     – Ah, Ya estás aquí, maravillo – Dijo mientras el cazador se estaba frente a él y depositaba la cabeza del insectoide en la mesa. – aquí tiene veinte piezas de oro como habíamos acordado.

    Con delicadeza, el señor clavó un artilugio entre los quelíceros del trofeo, drenando el líquido verde venenoso en un bote transparente, aisló una sola gota del ponzoñoso fluido que derramó en el aguardiente que tenía preparado en una copa, cuya solución empezó a hervir transmutando en un color rojo carmesí. De un solo trago se bebió el burbujeante brebaje y con una expresión de somnolencia dijo

     – Estoy muy agradecido, esto es una de las pocas cosas que me hace sentir en paz con el mundo.

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  • Constantes vitales.

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cuál es la profesión que más admiras? ¿Por qué?

    A ritmo de beep, con ayuda del midazolan que recorría imparable mi torrente sanguíneo, entre sin pensarlo en la inconsciencia programada en un espectacular fundido al negro.

    Pulsación de máquinas adhesivas, melodía alegre del no pasa nada, a pesar del filo de la espada y el crepitar abriéndose paso dentro, pintando rojo el verde y  empañando transparente la frente del arquitecto de vida o muerte, preocupado por el cambio de tempo del vals monitorizado.

    Canción del silencio que me ha expulsado de mi envoltorio, y allí arrojado al éter, observo manos nerviosas buscando elixires de vida y más artilugios reparadores de la soma, mientras yo flotando entre las luces blancas verdes y rojas, buscando reflejo de plata que me lleve lejos, de la pena de no volver a perderme en tu mirada, o en el acelerado transcurso del movimiento continuo que hace crecer su cabello.

    Perséfone engalanada de verde estéril y una sonrisa eléctrica arqueando mi cuerpo me trae de vuelta a mi ser susurrando; “No es todavía tu momento”. 

    Entonces

    despierto.

    My Chemical Romance – The End
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  • Sueños

    Sugerencia de escritura del día
    Si fueras a abrir una tienda, ¿qué venderías?

    Otra vez recorría el sendero del bosque, rodeando los torturados robles que se alzaban secuestrando los pocos rayos de un pobre sol sollozante y preso de nubes. Rodeando por no atreverse, esquivando para reunir valor, Chandra llegó hasta el claro donde estaba aquella casa, que parecía haber crecido allí como lo hace un hongo, como la maleza que se cría sin control, invadiendo paredes y árboles.

    Esta vez estaba segura, sin darle a su mente oportunidad de discutir con el miedo, se plantó frente a la nudosa puerta de madera y golpeó tres veces con sus temblorosos nudillos. En un graznido de cuervo negro se abrió dejando ver la oscuridad del interior. Penumbra rota por la lumbre de una cocina antigua alimentada por leña.

     – Pasa niña, no te quedes en la puerta. Te estaba esperando. – La voz que graznaba desde dentro de la casa pertenecía a una anciana encorvada de aspecto siniestro, contrastando con su expresión dulce de abuelita materna. 

     – Perdona este desorden, niña. – Al acostumbrarse a la pobre luz, encontró que el interior estaba formado por raíces crecidas a conveniencia, tomando apariencia  de los enseres, mesas, sillas y estanterías de retorcida madera, obligadas, sin consentimiento, a tomar las formas necesarias para ser útiles en la morada. La joven Chandra miraba a la extraña mujer sin saber qué decirle.

     – No te preocupes niña, sé lo que quieres. Lo que quieren todos los que me vienen a visitar.-

    Buscando entre la repisa más cercana a la cocina encontró una mugrienta bolsa de tela de saco, mostrando su contenido a la niña – Tan solo tienes que hervir un pellizco de esto en agua pura del río y tomarte la infusión justo antes de dormir, como es la primera vez no te lo voy a cobrar- Eran fragmentos de flores secas de diversas flores, de aspecto brillante y ruidoso al tacto.

     – ¿Para qué sirve, señora? – Se atrevió a preguntar la tímida Chandra.

     – Estas hierbas son la llave del reino de los sueños. Duerme y haz lo que te apetezca en ellos.

    Maria Rodés – Pelo Rojo
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  • La Estampa

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué es la cosa más importante que siempre llevas contigo?

    Querida amiga.

    Hace tiempo que espero incansable saber de ti. Malditas las circunstancias que nos separan, que consiguen que mis letras y las tuyas caminen despacio, distantes e imprecisas. Tanto, que desespero en el momento de ver tu remite, en lugar del afecto que procesa el sobre del hogar del dinero.

    Todavía conservo aquella estampa que me regalaste, la llevo siempre encima, cuando me voy a dormir, en silencio, le susurro. No en una plegaria desesperada, mas bien como quien murmura secretos al oído pidiendo la complicidad de una mirada. A la hora que el gallo conjura estridente los rayos de luz a mi ventana, la recojo de su lugar seguro, debajo, al calor de la almohada, la beso y a buen recaudo, en mi cartera, peregrino con ella en mis quehaceres diarios, sintiendo su presencia, siempre, en mi pecho.   

    Quien quiere conocerme piensa que es devoción, pero la realidad es otra, que hace que mi sangre hierva roja en mis mejillas, y una presión en los labios que suplican ser saboreados con la voracidad de un lobo hambriento de ganado o de un erudito la necesidad curiosa del verbo.

    La oscuridad de mis pensamientos mancha el brillo de luna llena de mi tesoro, pero en el fondo, sin saber por qué, yo siento que es también su deseo, que su virtud intacta sea borrada por la yema de mis dedos en lo que dura un sueño, de sudor en sabanas limpias aquellas noches de verano.

    Espero que pronto, por el azar o el destino, crucemos de nuevo nuestras risas al caminar y que pueda a tu lado, recorrer el sendero que nos lleva a mi casa y hagas mías tus aventuras allá lejos. O al menos que sean de tinta tus palabras y lleguen a mí pronto, cruzando el puerto.

    Un abrazo enorme,

    con amor.

    Virginia S.

    Nox Arcana – Santa Selena
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  • Planeta Ojo

    Sugerencia de escritura del día
    Ojea las noticias en busca de una historia que no tenga ningún tipo de interés. Piensa si tiene algún tipo de conexión con tu vida. Escribe acerca de ello.

    LHS-1140b: El planeta que parece un ojo y podría demostrar que hay vida en el espacio (msn.com)

    Como cada segundo domingo de cada mes, asistieron a la reunión. Promovido por exalumnos de la Universidad de Redmond, este grupo de científicos y astrónomos pasaban la tarde en una cafetería, cerca de Marymoor Park, a falta de medios para algo más «profesional», para intercambiar información de sus investigaciones.

     – Como verán, en esta recreación gráfica es espectacular. Por favor, pásenme los cacahuetes – Mencionó Carl Stevenson, licenciado astrónomo con una reputación brillante.

     – Pero Carl, eso es un ojo, un ojo flotando en el espacio – Respondió John Wayne, Doctor en cosmología – ¿Han pedido vino? Aquí no hay vino. No se puede debatir sin vino.

     – Efectivamente, es literalmente un ojo – Comentó Carl sirviendo una copa del vino que habían pedido para el evento, el más barato, no había presupuesto para más.

     – ¿Y comentas en el informe que hay indicios de vida en el planeta? – Preguntó Simona Roads, la especialista en astrofísica – ¿Hay presupuesto para más vino? Aquí ya no queda.

     – Simona, no es que el planeta la contenga. Es que sospecho que se trate de una forma de vida en sí misma. – Explicó Carl – ¿Alguien me llena la copa?

     – Estamos hablando de una criatura del tamaño de Urano con forma de ojo, con su pupila azul incluida- Dijo Erik Romanov, el astrofísico teórico del grupo, mientras apuraba su copa y hacía gesto de querer más.  

     – Pero esto es digno de estudio, habría que buscar financiación – Propuso Simona – ¿Por favor, pidan otra botella, que se nos acaba el combustible – 

     – Si, pero a ver si esta vez podemos tener financiación externa, que en la universidad no nos dan mucho. Que estamos tomando vino peleón de Melbourne, el planeta está mirando hacia La Tierra, qué vergüenza si nos ve.- A Carl se le empezaba a poner la nariz colorada, síntoma del rubor alcohólico. 

     – Mi cuñado conoce a Bill Gates – Comentó Eric – Me estuvo explicando que si logramos hacernos con una noticia que exponer en MSN quizás nos financien.

     – No se hable más, expongamos este caso, habrá que maquillarlo un poco. Pero mandémoslo lo antes posible, que nos estamos quedando sin fondos – dijo Erik con un desnaturalizado y eufórico entusiasmo – ¡Salud!

    Todos chocaron sus copas con el brío que dan los efluvios etílicos y comenzaron a hacer planes para confeccionar una interesante noticia sobre un planeta ocular en la inmensidad del espacio exterior, ante la atenta mirada de la camarera, que empezaba a preocuparse por cómo harían para finiquitar el importe de las consumiciones, que ya ascendía a una cifra astronómica.   

    Mushroomhead – We Are the Truth
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