Etiqueta: dailyprompt-1900

  • Telaraña de tinta

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué animales son las mejores/peores mascotas?

    La conocí una noche de luces brillantes conectando mentes, rima fácil en letras de Shakespeare y elegancia grotesca de tambores lejanos. Me fijé en su mirada atenta, ardiendo en verde, en su pelo ondeando al viento, lento a pesar de las prisas y de su marca en el hombro de una enorme tarántula grabada a tinta.  

     Al poco tiempo nos cogimos de la mano y gritamos atentos al escenario, nos sabíamos todos los versos y cuando no, nos comíamos a besos, hasta pasar de tonada, o hasta que nos acordábamos de la gente a nuestro lado que empujaban de envidia al ver nuestras caricias sin importancia ajena. 

    La luz encendió nuestra necesidad de intimidad, una mirada cómplice con una invitación a una copa. “Vamos a mi casa”, me dijo, “ahí son más baratas”. Cruzamos la calle de los enamorados, buscando fuego en la parada del metro, contando segundos en el trayecto.

    En el portal un beso, entrando desenfreno, arañamos el sofá, volcamos la pecera, dimos cuenta del suelo. Nos amamos hasta la luz del sol, no hasta decir basta, hasta quedarnos secos. 

    Sin tiempo para dormir, quiso contarme un secreto, me dijo que me lo enseñaría, que esperara un momento. Esperé un instante y solo recibí un grito, escuché un misterio de un vivero tumbado. ¿Sería aquello que tiramos de tanto amor? 

    Sí, estaba en lo cierto. Estaba encima de mí, trepando lento, sus patas peludas subían por mi pecho. Lullaby, vino a mi mente, al ver la araña tatuada en el brazo de ella caminando por mi cuerpo. Ese era su secreto, alimentaba a su mascota con las sobras de sus amantes.

    (Se deshizo en risas luego)

    The Cure – Lullaby

    Anuncios
  • Maldito insecto.

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué animales son las mejores/peores mascotas?

    Como el tiempo apremiaba y Soledad andaba con algún retraso en su trabajo, esperó a última hora para ir al baño. Se miró un segundo en el espejo para comprobar que su pelo estuviera perfecto y abrió la puerta del inodoro. 

    La puerta principal del lavabo se abrió de golpe, ante la temerosa mirada de la chica entraron dos reporteros con enormes cámaras, de las que se usan para cubrir los conflictos bélicos. Tras ellos entró un señor con bigote y sombrero de explorador con un micrófono en la mano. Tenía una constante y misteriosa locución en proceso.

     -… Entramos sin avisar en su guarida secreta. Esperemos tener la suerte de poder encontrarla. Para comenzar empezaremos a buscar su rastro.

     La joven no pudo contenerse y empezó a gritar.

     -… Señorita, por favor, no grite tanto. ¿No ve que estamos trabajando? 

     – Pero… esto es el lavabo de señoras, ¿qué coño hacen ustedes aquí?

     – Oiga, señora, tenemos permiso, estamos rodando un documental, no moleste.- Dijo con cara de enfado el señor con bigote, luego, mirando para uno de los cámaras, le indico con el dedo que grabara el suelo. – ¡Mira, mira! ¡Aquí hay una! ¡Graba, graba, vamos a seguirla a ver si damos con la reina!

     – ¿Qué reina? ¿No sabéis que en los baños públicos no se puede filmar? 

     – ¡Que tenemos autorización! Tenemos que encontrar a la reina de las cucarachas.

     – ¿La reina? A saber cuál de ella es. Mire ahí, mire como corre.

     – ¡Huy, otra! Grábala, grábala. No señora, la cucaracha reina es más grande y lleva mochila.

     – Mochila, sí, como Dora la Exploradora, pero con antena, y usted es el mono, ¿me van a dejar ir al baño?

     – Por si le interesa, la reina tiene una mochila para transmitir todo lo que procesan las demás.

     – Como estos dos, los de las cámaras, ¿no?

     – Pues exacto, ha dado en el clavo, estos bichos están aquí para espiarnos. ¡Mira! Otra, en el techo, grábala.

     – ¿Y quién nos están espiando? ¿Los rusos?

     – ¿Los rusos? Qué más quisieran ellos que tener esta tecnología. Señorita, estos bichos son robots biológicos y están diseñados para vivir con nosotros y saber que hacemos en todo momento.

     – Pues yo lo que voy a hacer es mearme encima si espero más. Y si no son los rusos, ¿quiénes son?

     – Extraterrestres.

     – ¿Aliens?

     – Sí, está comprobado.

     – ¿Bajitos, verdes y cabezones?

     – En verdad tienen esta pinta – El señor del bigote sacó su móvil y le enseñó a Soledad una imagen.

     – Y… ¿Cuándo dice que vienen a visitarme?

    Anuncios
  • Pajarito

    (Esta historia empieza aquí)

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué animales son las mejores/peores mascotas?

    – ¿Ves Willy? Este es pajarito, nuestra nueva mascota, se lo regaló un amigo que hizo papá cuando estuvimos en Nueva Kenia.

    La niña estaba entusiasmada, el animalito alado, en su jaula, tenía aspecto triste. Su color negro azabache contrastaba con su blanca mirada, mas que hacer honor a su nombre, recordaba las antiguas leyendas de La Tierra sobre dragones y caballeros, pero como casi toda forma de vida Kerpliana, tenía tentáculos.

    Las instrucciones que le habían dado sobre los cuidados de la criatura eran breves y claras, la primera y más importante, el animal tiene que reconocer el olor de su dueño, para eso en la jaula estaba el peluche con el que dormía Vega. La segunda y también imprescindible, el animal debía permanecer en la jaula el menor tiempo posible. Era hora de soltarlo.

     – ¡Vuela pajarito, vuela!

    Al verse libre, el ser alado se apresuró a alzar el vuelo, como una golondrina buscando su primavera cruzó en piruetas imposibles rozando a Willy y a la niña, luego desapareció en la lejanía del horizonte, Vega espero, no quería moverse por sí su nueva mascota volvía y no la encontrase, hasta que a la hora de la cena, Adam preocupado fue a buscarla.

     – Papá, papá, pajarito se fue.

     – Igual siente añoranza de su tierra y ha querido volver.

     – Pues qué mala mascota, yo le habría querido y cuidado.

     – A lo mejor prefiere que le quieran los que son como él.

     – Pero aquí no hay animales parecidos, se va a sentir solo.

    Al día siguiente, Vega volvía a casa por la tarde después del colegio, cuando una sombra alada se le posó en el hombro.

     – ¡Pajarito!- Exclamó la niña entusiasmada

    El animal, cansado del vuelo, se anidó con sus alas entre los brazos de Vega y se quedó dormido.

    Anuncios