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  • El Hada Madrina

    Las prisas del día a día, la presión en el trabajo, aquella sensación de necesitar un respiro, hacía que, todas las mañanas, a la misma hora, ella se encerrara unos diez minutos en el baño de la oficina. Respirar profundo unos minutos y dedicar tiempo a imaginar algo bonito era suficiente para darle fuerzas para continuar. Aunque esta vez se encontró con algo extraordinario.

     – Hola, soy Capuchina, tu hada madrina.

     – ¡Aaaah! ¡Qué horror! ¡Una cucaracha!

     – Rara reacción la de la humana, debería haberme quedado en la cama.

     – Y encima habla. Es una cucaracha mutante, no solo es fea, además es contestona.

     – Señora, por favor, que sigo aquí, y si vine por algo es por ti.

     – ¿Eres una hada madrina? No sois como yo os imaginaba.

     – Antes éramos como vosotros o parecidos, gráciles criaturas humanizadas, con alitas de libélulas y varitas de cedro, al vernos pasar gritaban, “¡mirad, hadas!”, concedíamos deseos a nuestros protegidos, llenábamos de ilusiones las moradas, hasta que vino un gracioso que deseo; “convertíos en cucarachas” 

     – ¿Qué fue de las varitas?

     – Nos la cambió por antenitas.

     – ¿Y no estáis traumatizadas?

     – ¿Vas a pedir un deseo o te quedas con las ganas? 

     – ¿Solo tengo derecho a uno?

     – Solo uno y más bien pequeño, además, la magia no es mucha desde que somos alimañas.

     – ¿Cómo de pequeño?

     -Puedes desear que tu planta no se muera, que la cena esa especial no se convierta en salmuera. Puedes pedirme que te salgan tres números en la primitiva, o que tu jefe no te despida, una cosa sencilla, de andar por casa.

     – Pues vaya piltrafa.

    – La culpa de todo la tenéis vosotros, que pedir deseos tan ausentes de sentido, no solo tiene resultados horrorosos, también resta en el cometido.

     – Pues vaya mierda. En fin, deseo…

     -Un momento, porque primero…

     – Al final habrá hasta que pagar.

     – No es eso humana falaz, para que pueda conceder una regla tendrás que acatar.

     – Pues tú dirás.

     – Como en un cumpleaños, pedirás en secreto, y cuando lo tengas decidido, emitirás un soplido.

     -Como la firma del banco, vamos.

     -En las antenas tendrás que soplar para que tú deseo se vuelva verdad.

    En forma de beso dirigió el viento de sus pulmones al peculiar insecto, se escuchó la melodía del polvo de hadas en el escusado. Y con una sonrisa esperó el resultado.

     – No pasa nada.

     – Seguro que has pedido una chorrada.

     – Pues no, listilla, ¿ya te lo puedo contar?

     – Sí, por favor, la curiosidad me iba a matar.

     – Pedí que volvierais a vuestra forma original, al menos así no me quedaré con las ganas de ver un hada.

     – Vosotros, los humanos, o sois sordos o atontados, ¿qué no entendiste de deseo pequeño?

     – Bueno, cómo eres pequeñita …

     – En fin, a ver qué pasa, la magia es escasa.

    Ocurrió como la canción, las patitas de atrás se cayeron como hojas secas un día de otoño. Pero no se quedó así la cosa, del hueco que dejaron crecieron dos piernas dignas de una vedette, con medias verdes de duende irlandés. Le apareció un traje de campanilla y en la terminación de las antenas, una estrella, como la de las varitas.

     – ¡Joder! ¡Qué pintas!

     – ¡En fin!, hoy la mejor canción es la resignación. 

    Goldfrapp – Utopia

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  • El Círculo

    El Círculo

    Propuesta de escritura de Bloganuary
    ¿Qué es lo que más te aterroriza hacer? ¿Qué te empujaría a hacerlo?

    – ¡Rompe el círculo!

    – ¡No!, ¡no lo haré! 

    El sudor helado resbalaba en la frente de Kendra. Un leve temblor en las manos era todo lo que necesitaba él, que estaba ahí fuera, sonriendo con su cara de ángel, para comprender que ganaba control. Fallo imperdonable pensaría su abuela. 

    – Sin confianza no hay pacto. – Su voz era calmada, suave, la melodía del sonido de sus palabras siempre la había cautivado. Qué mejor que las palabras para dominar la mente de una joven tan inexperta. 

    – Sabes que no me pondré en peligro.

    – Llevamos mucho tiempo hablando de esto. Confía en mí.

    El círculo, como le había dicho mil veces su abuela, es la frontera entre un quizás y una agónica muerte. Por otro lado, “sigue tu instinto” era su frase favorita, bella oración para animarla en sus estudios y en sus alocados proyectos. Con él, su intuición, le advertía prudencia, y también le aseguraba que sÍ era posible una relación de confianza, que no buscaba su mal. 

    Aunque si esa insensata corazonada naciera de la maravillosa necesidad de comprobar lo suave de su pelo, y de cómo se deslizaría su mano sobre él, estaría perdida. En un mar de dudas, ahí, el centro del círculo, vestida solo con el relente de la noche y el reflejo de la luna llena, mirando el crepitar de la hoguera por no mirarlo a él a los ojos. Tan tierno para haber salido del mismísimo infierno que solo una mirada era suficiente para ablandar la coraza más gruesa.

    – Kendra, nos conocemos, es la única forma. Si no me abres el círculo…

    – ¡No puedo!

    – Entonces, déjame ir.

    Hace ya unos meses que lo trataba. Lo hacía invocándolo como Acham, cada jueves, aunque ese no era su único nombre. Se mostró astuto y cauto, aun cuando también se comportaba amable y comprensivo. De palabras dulces como deliciosos parecían ser sus labios. Contaba historias conmovedoras de cuando ellos eran dioses y fueron derrotados por el Todopoderoso. Pronto se interesaron el uno por el otro e hicieron planes. Un pacto de enseñanza mutua. 

    – ¿Qué hacemos Kendra?, ¿me vas a dejar ir?

    – No, espera.

    – ¿O es que no te atreves?

    En un arrebato, Kendra, de manera violenta, borró con su desnudo pie la fría línea de arena blanca que les separaba. Un instante fue mucho comparado con lo que tardo él en derribar de un zarpazo a la joven. Ella quedó sentada en el suelo con la expresión de sorpresa y la sangrante marca de la garra de aquel demonio, que dijo con su agradable voz:

    – Lección número uno. No rompas jamás el círculo. Bajo ningún concepto.

    Nox Arcana – Vampire exorcism (Night of the wolf)
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  • Hormonas Cafres

    Hormonas Cafres

    Propuesta de escritura de Bloganuary
    ¿Qué es de lo que más te quejas?

    Hola, amigos, soy el doctor Grifunder de Fru. Mis colegas y yo, especialistas en endocrinología, llevamos una importante investigación en la Universidad de Chewsntown de Massachusetts que revolucionará el concepto que tenemos sobre las hormonas.

    Todos sabemos que las endorfinas y la oxitocina tienen unos efectos de lo más deseados, en anteriores investigaciones confirmamos que producen numerosos beneficios para nuestro cuerpo. Las endorfinas con efectos analgésicos y relacionados con la felicidad y la oxitocina con efectos parecidos, que con suficiente cantidad, hasta produce capacidad empática. Estas y tantas otras hormonas son producidas por el cuerpo y liberadas según se necesite. Cuando tenemos sexo, por ejemplo, es una de las formas más agradables e inofensivas de que estas hormonas sean liberadas al torrente sanguíneo.

    Pero como dice el dicho, no todo es orégano si en el monte no amanece más temprano. Según nuestro estudio, existe una forma de contaminar dichas hormonas y producir un efecto contrario. Un estado, de insatisfacción, estrés y ecpatía, casi rozando a la psicopatía. Y esto ocurre en una relación sexual no satisfactoria.

    Contamos 50 parejas voluntarias sanas y equilibradas, un periodo en las que procuramos con una serie de incentivos sexuales, en la que su comportamiento y su eficiencia eran ejemplares. En otro periodo de tiempo, los equipamos con un dispositivo que interrumpía el coito con una serie de descargas eléctricas en los genitales, inofensivas pero molestas, que producía inestabilidad emocional y mal humor en los voluntarios. Logramos demostrar así la función del coito como reguladora social.

    Sospechamos que el mal coito tiene un potente efecto social, que no solo afecta al día a día, sino que nos atrevemos a pensar es causa de conflictos masivos internacionales, quizás hasta guerras. Históricas parejas como Napoleón y Josefina nos pueden dar pista de cómo nos puede afectar en sociedad e incluso en política un sexo no satisfactorio.

    La moraleja de este estudio es muy sencilla; amigos, procuren disfrutar todo lo que puedan y no sean mal follados.

    System of a Down – Vicinity of Obscenity
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  • Pelota percutada

    Pelota percutada

    Propuesta de escritura de Bloganuary
    ¿Cuáles son tus deportes favoritos para ver y practicar?

    – ¡Camarerooooooo!

    – Sí, ya va, ya va, cervezas de las que os gustan a los enanos.

    – Oye, camarero, ponéis aquí algún aparato para ver partidos de Pelota Percutada.

    – Aquí solemos hablar más que ver pantallas, pero veré que se puede hacer.

    – Pues sería genial. Se te llenaría esto de enanos.

    – Me veo con el local destrozado. Nunca he oído ese deporte. Pelota Percutida.

    – Pelota Percutada

    – Eso. ¿En qué consiste?

    – Ah, es muy divertido. Lo primero es meter en un barril de cerveza a los participantes, un barril por jugador, claro. 

    – Sano el deporte según veo.

    – una vez que esté bien remojado en cerveza, se tiene que haber bebido más de la mitad, si no se ahoga, se le da un mazo y un escudo de madera.

    – Y es ahí donde empieza la matanza.

    – Exacto, ya veo que entiendes el concepto de tan noble deporte.

    – Sí. Masacrar todo lo que se mueve. Lo que no entiendo es que pinta la pelota en esa batalla.

    – Es muy importante, es una pelota de madera maciza de haya, y se va disparando al campo.

    – Por si queda alguno en pie, ¿no?

    – Exacto, eres un experto en deportes, camarero.

    – ¿Y hay árbitro?

    – Muy importante, Aunque no hay reglas claras en este juego, todo lo mas que hayan bebido suficiente cerveza.

    – ¿Entonces? ¿Para qué es el árbitro?

    – Para tener a alguien al que perseguir al finalizar el partido. Los jugadores suelen estar inconscientes y no es tan divertido.

    – En fin. ¿Cómo os fue la aventura de la búsqueda del libro?

    – Ah, ¿aquello?, se quedó en nada. Al salir de aquí al trasgo se lo comió un basilisco. Y nosotros nos entretuvimos comiéndonos al basilisco. Ahora estamos buscando otra vez un elfo. ¿Sabes de alguno?

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  • Padre

    Padre

    Propuesta de escritura de Bloganuary
    ¿Qué harías si te tocara la lotería?

    Los métodos de Padre eran fríos, calculados y sobre todo inexorables. Yo lo entendía, no lo compartía. Pero así son las normas. Tristes normas de convivencias en un mundo lleno de carencias. Así que decidí acceder.

    Ahí estaba él, en la puerta, esperando a entrar. Guapo, avispado, con esa mirada de inocencia de niño que espera en secreto a que Papa Noel entre cargado de regalos.
    Hace dos años que Padre me lo asignó. Mi cuerpo me lo pedía, la soledad también.  Le conocía profundamente. Había estudiado cada segundo de su existencia. Lo había desnudado en cuerpo y alma. Eso sí, desde la distancia, en la sombra. Ahora debía entrar y dominar mis miedos.

    – Oye, yo… No… No sé si estoy preparado para esto. -Me dijo al entrar, revolviendo los demonios que me atormentaban. Los que se alimentaban de mis dudas.

    – ¿Y si damos un paseo? Así te enseño la ciudad.

    La brisa de la mañana fue liberándome de la desidia. Parece mentira lo poderoso que podía ser unos rayos de sol, buscando mi piel, en una cárcel de hormigón y cemento. El efecto en él, supongo que fue parecido, pues empezamos a hablar; de nosotros, de nuestra vida, algo que ya conocíamos, sí, pero no habíamos tratado en persona. Y ocurrió algo que no esperaba. Me sentí acompañada por ese desconocido que hoy se presentó por primera vez en mi vida ante mi puerta.

    Sonreía mucho, su mirada era alegre, más allá de los fríos videos y fotos que compartíamos, de las comparaciones e informes que no dejaban traspasar la calidez de una mañana como la de hoy. Eso echaba de menos.

    – Creía que iba a ser más difícil. Pero ahora al menos estoy seguro de que me caes bien.- Me comentó él animado por la charla.

    – Sí, pero creo que no nos conocemos.- Hablaron mis dudas.

    – Padre me fue enviando todo sobre ti, es extraño, pero te conozco bien.

    – Conoces lo que Padre sabe de mí. Lo que ve, y lo que digo. Pero no conoces lo que no digo. 

    – Pero Padre es…

    – … Es una máquina.- Había miedo en su mirada, Quizá había alguna absurda ley quebrantada por mis palabras. No había grandes castigos, solo difíciles soluciones.- Padre es una máquina creada por humanos. También tiene fallos.

    – Bueno, tenemos una semana para decidir. A mí me gustas, respeto tus dudas. Tomate tu tiempo.

    – A mí también me gustas. Eso creo. Solo que no creo que sea la forma. Necesito libertad, en esto y quizás en todo. En todo lo que tiene que ver con mi vida.

    – Creo que por hoy ya he tenido demasiadas emociones ¿Nos vemos mañana?

    Me di la vuelta, confusa, frustrada. Todas las personas que conozco hacen esto de forma automática, se someten, obedecen los consejos, se emparejan y viven felices el resto de sus vidas. ¿O no es así?

    Fue entonces cuando lo vi, estaba allí, frente a mí, ya había visto ese cartel otras veces y me parecía una estupidez. Pero ahora no. De repente sentí necesidad de compartir algo más con él. Titubeé un largo segundo y le llamé;

    – ¡Espera!- Él caminaba lento, cabizbajo, nadando entre las dudas que habíamos sembrado y las que nos habían impuesto. La sorpresa fue quien le hizo volver.

    – Quiero enseñarte algo, Pero antes ven aquí. Necesito algo de ti.

    Le abracé, fuerte, sin esperarlo, al principio el dejo los brazos flotando en la duda, pronto apretó fuerte fundiendo sus labios con los míos, en un largo instante, infinito, que no se quería acabar. Lo que ocurriera después será definitivo.

    Poppy – Bloom
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  • El Silmarillion

    El Silmarillion

    ¿Qué libros te gustaría leer?

    Este libro de Tolkien es una pieza indispensable de mi biblioteca. Ejemplar de tapa dura, ancho y robusto, es capaz de sujetar a los demás libros.

    En innumerables ocasiones he intentado leerlo. Imposible misión que no llega más allá de la página 73, mi cabeza es absorbida por un enorme galimatías de personajes y hechos que me arrastra sin piedad al mayor de los más profundos sueños. Es entonces cuando tengo que lidiar con los Valar, maiar y con hordas de elfos y enanos hasta despertarme sobresaltado.

    Hay muchas obras malditas en la historia de la literatura y yo tengo la mía propia en la estantería, mirándome, con una sonrisa entre las hojas en un, no te atreverás nunca más. Algún día, al limpiarle el polvo, lo abriré y lo leeré con saña. Entre tanto me entretendré con Canción de Hielo y Fuego que tiene banda sonora de Sauron.

    Saurom – Se Acerca el Invierno
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  • El día de las medusas

    El día de las medusas

    Propuesta de escritura de Bloganuary
    Háblanos de las tradiciones de tu familia que más te gusten.

    – No quiero que os comáis a Willy.

    Tal era el llanto, que el suculento plato principal de la cena de la noche de las medusas amenazaba con terminar en drama.

    – Te dije que no entraras en el corral y  te encariñes con el bicho.

    – Willy es mi amigo.

    – Willy es la cena, no tu amigo.

    La niña se fue, a lágrima viva, corriendo a su cuarto, donde se encerró. Vega, con sus ocho años recién cumplidos, tenía verdadera pasión por los animales. Siendo ella la primera humana nacida en La Tierra Kepler, tenía mucho que descubrir. A marchas forzadas, sus padres y el resto de la improvisada colonia, habían tenido el duro privilegio de aprender a vivir en un mundo extraño.

    Vega salió por la ventana de su cuarto, se deslizó por el tejado y fue a parar al redil donde las  gallinas, las cabras y algunas criaturas nativas vivían en armonía. En la puerta, Willy, con sus cuatro ojitos negros bien abiertos y sus tentáculos ondulantes, esperaba ansioso, a que la niña le llevase gusanitos. Esta vez no los hubo. Abrió la jaula del extraño animal y se lo llevó.

    La noche llenó el cielo de estrellas, llegó la hora del biocidio, pero no encontraron criatura que asesinar. Adam, el padre de Vega, recordó ver rodar lágrimas en la cara de su hija y pensó que quizás un sacrificio evitará otro. Era hora de cambiar las tradiciones.

    Los invitados fueron llegando y se iban sentando en una gran mesa dispuesta para la celebración, llena de fabulosos aperitivos y entrantes. Niños y mayores comían entre risas y charla, brindis y juegos. La alegría era la principal invitada y bailaba con todos en una emocionante velada.

    Vega, inquieta, tenía la expresión de quien morirá luchando en una justa batalla épica. 

    Fue entonces cuando en el centro de la mesa, pusieron la bandeja con el plato principal, justo delante del asiento de la niña, que con sorpresa esperaba a que su padre destaparse y presentase el misterioso contenido. ¿Habrían encontrado a Willy? La tapa dejó paso al vapor y un inesperado aroma impregnó el ambiente.

    – ¡Qué asco!

    – Col Kerpliana con salsa de queso de cabra. Tu sacrificio personal- Dijo el padre mirando a Vega.

    – Vale- Dijo Vega resignada mientras le servían tan suculento plato. Hoy la comida le supo a victoria con un poquito de alivio.

    La cena llegó a su fin, y las luces del lugar decidieron dejar de eclipsar a las estrellas. Adam, con el gesto de golpear una botella de vino azul con una cucharilla, reclamó la atención de los comensales. Una linterna, que hizo de improvisado foco para realzar protagonismo al orador, fue testigo de un breve discurso.

    – Gracias a todos, agradezco de corazón que estéis aquí, compartiendo este día tan especial. Desde que aterrizamos hemos luchado codo a codo por sobrevivir y míranos ahora. Levantando cabeza. Empezamos a conocer Nueva Tierra. Ya nos alimentamos de ella. Hoy empieza la época de la polinización de la cosecha. Conocéis como yo a estos animalitos parecidos a medusas, que como las abejas de nuestro planeta natal, llegan un día como hoy, polinizando y haciendo posible que nuestras cosechas sean fructíferas. Esto es un pequeño homenaje a lo que empezamos a llamar día de las medusas.

    Adam apretó en la pantalla de su terminal de muñeca. Frente a ellos se abrió la trampilla. Un espectáculo de fuegos artificiales en cámara lenta en forma de medusas globo, extrañas criaturas que flotaban como luciérnagas, iluminando de distintos colores lentamente el cielo, sustituyendo a las estrellas a su paso.

    Willy, tenaz escapista, fugado de su escondite, fue a sentarse en la falda de Vega que miraba con atención, como los minúsculos cnidarios subían alto en el cielo de Nueva Tierra Kepler, hasta que empezaron a disgregarse y caer cada uno en busca de su flor.

    (Continua aquí)

    Helloween – I Want Out
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  • Cazador de Sombras

    Cazador de Sombras

    Propuesta de escritura de Bloganuary
    ¿Qué es lo que más te gusta hacer en tu tiempo libre?

    – Buenas noches, por favor, una copa de ese vino azul tan bueno que tienes.

    – Buenas noches cazador, aquí tienes, ¡bien frío! ¿Qué le trae por aquí?

    – Pues un hambre atroz.

    – Vale, mando a preparar lo de siempre ¿Qué tal ha ido la caza?

    – Pues alguna historia tengo para contar.

    – Soy todo oídos.

    La Sombra es ese lugar donde se ocultan los execrables entes que habitan en las pesadillas y en esa casa había muchas. Una vieja cabaña de agrietada madera con retorcidas formas, oscurecida por el peso de la condena que soportaba. Era ese lugar donde los sueños se convierten en pesadillas.

    Y ahí estaba yo, conjurando mi fiel espada a la sagrada causa de expulsar abominaciones. Rufián, mi cadejo, me marcó bien el camino a la sombría morada. Tenía el rastro de tres monstruos.

    – Perdón, cazador, ¿qué es un cadejo?

    – Los cadejos son perros espectrales que algún brujo desgraciado ha hechizado para quien sabe qué condenado objetivo. Encadenarlos forman parte del proceso. Cuando ya no los necesitan los abandonan y se les ven los pobres por ahí, arrastrando tristemente sus cadenas.

    – ¡Qué cabrones!

    – Así encontré a Rufián, asustado y aturdido, y aun así me echo una mano con un diabólico engendro, desde entonces es mi fiel rastreador. Hasta que encuentre la manera de quitarle la maldición. ¿Me pones otro vino?

    – Por supuesto.

    La puerta de la condenada casa abrió con el lamento agónico de los que han sido torturados. Dentro, oscuridad, desorden, muebles rotos, raídos por el tiempo, llenos de polvo y telarañas. El movimiento de una sombra condujo mi espada detrás de la cochambrosa cortina del fondo de la sala, rompiendo el silencio con un brutal alarido y la garganta de la primera criatura que se desplomó arrancando la cortina. Quedaban dos más. Este fue fácil, Los demás no lo serán.

    La segunda criatura era fea, un repugnante amasijo de carne y venas redondo al que le salían dos largas patas y dos brazos que terminaban en garras. En el centro una sonriente boca de dientes afilados y fétido aliento, que saltaba y se agitaba al fondo del pasillo. No era muy alto, me llegaba a poco más de la cintura, así que de un salto conseguí ponerme encima, no sin antes darme un golpe con el techo. Agarre sus pestilentes brazos con todas mis fuerzas mientras el horrible monstruo se daba golpes con las paredes intentando desprenderse de mí. Pero yo lo tenía bien sujeto. Mi espada hizo el resto. Clavé la hoja hasta llegar a la empuñadura, fue suficiente para que dejase de moverse y descansara en paz.

    Por mi experiencia, el último siempre es el peor y este no iba a ser una excepción. Subí las escaleras y en el segundo piso, tras la puerta abierta de una de las habitaciones, estaba ella. No he encontrado nunca una criatura tan bella como aquel súcubo. Bello cuerpo de mujer con cara angelical y un suave brillo rojizo en su penetrante mirada, olor a noche y madreselva y su voz… En un canto de sirena me dijo; – Cazador, ¿me vienes a exterminar?

    – Y no te pudiste resistir

    El cazador saco algo de su bolsa de viajes que puso encima del mostrador.  Una cabeza cortada

    – Conozco bien a los súcubos para dejarme dominar por sus encantos

    – Bella sí que era. En fin, Aquí llega tu comida.

    – Ya era hora, ¡que hambre!

    – Este trabajo tuyo es muy peligroso.

    – No es un trabajo, puesto que no me pagan. Tal vez es una afición.

    – Yo prefiero coleccionar sueños.

    – A mí me gusta más la acción.

    Nox Arcana – Lost in the Darkness

    (Esta historia continua aquí)

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  • La ciudad en mi ciudad

    La ciudad en mi ciudad

    Propuesta de escritura de Bloganuary
    Nombra un lugar famoso o una ciudad que esté cerca de tu casa y que todavía no hayas visitado.

    La ciudad escondida está aquí, en mi propia ciudad y nunca fui porque nadie quiere ir.

    Allí nunca llega la luz, pero sí los colores. El calor pardo de la calima, el frío azul de la escarcha de mantas negras acartonadas. La gris soledad, de cabellos quebrados por el fermento, de risas pasadas, de miradas rojas por el paso del tiempo.

    Allí no llega el brillo azulado, el fervor óptico de las disputas de miradas, pero sí el encanto ciego de niños manchados, que sueñan con ser eternos entre mariposas de barro.

    No llega el peso del valor codificado, ni el amor con corbata del banquero. Pero si alguna vez llega un abrazo en el viento, calma rugidos de estómagos rotos, reflejos de luz de cielo abierto.

    Espacio de ruido de cobre, de gritos, de lamento. De la muerte con aguja de antiguos nuevos. El hogar de la madre que, aunque no puede, exhibe risa de castañuelas, todos juntos, contentos, de que el mal si es a tu lado es solo un momento.

    En tu ciudad también hay otra ciudad, aunque tú no te des cuenta. Aunque no quieras mirar.

    Marea y Fito – Pan duro
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  • Metaverso

    Metaverso

    Propuesta de escritura de Bloganuary
    Enumera cinco cosas que haces para divertirte.

    – Buen trabajo te han hecho ahí – Dijo mientras inspeccionaba la cicatrización de la interfaz en la nuca de Mirko.- Está todavía muy reciente, pero cicatriza bien. Podemos empezar. Necesitamos tu consentimiento por ADN-

    Mirko se incorporó y se quedó sentado, expectante, en la camilla. El inspector sacó el verificador de ADN, introdujo el extendido dedo del joven y tras sentir un invisible pinchazo, la máquina encendió un piloto verde.

    – Perfecto, ya podemos proceder a su primera conexión.

    El inspector agarró uno de los cables que colgaban como lámparas del techo y se lo insertó en la recién implantada interfaz. De inmediato, Mirko, en un reflejo involuntario, puso los ojos en blanco.

    – Te vas a sentir extraño, quizás te dan náuseas, es pasajero. Pronto tu conciencia estará en nuestro terminal, te dejo con el asistente.

    Tuvo la sensación de desvanecimiento de la visión y del sonido de cuando ocurre un desmayo. En vez de desfallecer empezó a percibir multitud de colores que iban tomando forma. Un entorno espectacular apareció ante él. Un jardín de cerezos en flor con un templo Zen en un lateral en la que un personaje humanamente extraño, una persona musculosa, de torso regio y apariencia militar que exhibía movimientos de baile mezclados con artes marciales diversas.

    – ¡Hola Mirko!, ¡por fin llegaste! Soy Nick, tu asistente. Bienvenido al portal del metaverso De AFXinc. ¿Estás preparado?

    – Sí, claro. – La sensación que tenía con su cuerpo virtual era la misma que llevar ropa muy estrecha. 

    – Pues te va a encantar el regalo que hemos preparado para ti en esta tu primera conexión.

    – Impaciente estoy – Dijo intentando ajustarse el brazo con la otra mano.

    – Tienes cinco experiencias para disfrutar e ir conociendo mejor el entorno. Vas a poder elegir, según tus aficiones, que te gustaría vivir, y sabes que aquí puedes hacer lo que quieras. Van a ser cortas, se trata de que puedas empezar a controlar tu otro yo. Cinco o seis minutos como mucho. ¿Cuál es tu primer deseo? ¿Volar? ¿Bañarte con delfines? ¡Venga!, ¡dilo ya! 

    – Eemm. A veeer. Siempre he querido saltar mucho. Saltos enormes.

    – Pues ya tardas.

    – Pero, ¿ya?, ¿desde aquí?

    – ¿Qué mejor sitio que este?

    Dio un salto por encima del templo y aterrizó bastante entusiasmado al otro lado del jardín. Su asistente estaba allí esperando con cara de aburrido.

    – ¿Qué tal? 

    – Alucinante,

    – Pues, hala, sigue, que te queda poco.

    No lo dudó, saltó, su peculiar asesor se convirtió en un extraño pájaro con su misma cara, alcanzando al vuelo a Mirko. Salto, cordilleras, ciudades y ríos. Hasta la gran muralla china a lo largo. Llegó el momento que ya no pudo brincar más.

    – ¡Se te acabo el tiempo! ¿Qué va a ser lo siguiente?

    – Quero ser un guepardo-

    – Como no, a correr se ha dicho.

    Nuestro amigo se transformó en el imponente felino, con todas sus manchas en su sitio y el asistente en conejo. Con un potente rugido empezó a perseguir al gazapo. Pasaron un rato jugando al gato y al ratón hasta que de un mordisco cazó a Nick y empezó a engullirlo.

    – Muy gracioso gatito – Dijo desde el estómago de Mirko que se iba transformando en persona de nuevo. 

    – En fin, una vida menos – Y se materializó a su lado – Nos quedan tres deseos más.

    – Flotar en el espacio – 

    – ¡Hecho!

    Nuestro protagonista, esta vez en un traje de astronauta de la nasa, se encontró en la órbita de Urano. Su asistente era un pequeño meteorito que giraba alrededor del casco de Nick.

    – Esto es un poco aburrido

    – Es tu deseo, mío no. 

    – En fin, daremos otra vuelta

    – Cuando te aburras cambiamos

    – ¿Quieres dejar de dar vueltas alrededor mío?

    – Nop

    – ¡Joder! 

    – Venga, decide, ¿qué hacemos ahora?

    – Quero ser Godzilla y destruir Tokio.

    – ¡Qué cafre!

     Mirkozilla y su asistente, la polilla atómica Mothra, se pasaron 5 minutos exactos destrozando con ritmo de sintonía manga los edificios de la ciudad japonesa. Cuando estaba a punto de pisotear el tren bala, escucho el sonido de un despertador que sostenía Nick en la mano.

    – Te toca el último deseo.-

    – En esta aventura prefería que no estuvieras tú.

    – ¡Imposible! Yo estoy aquí para ver que te adaptas a la interfaz, Tengo que estar a tu lado.

    – Es que lo que quiero es estar con una chica, ya tú sabes.

    – Pero yo no puedo irme ¿De Sexo hablamos?

    – Si

    – ¿Estás seguro?

    – En la publicidad pone que se puede.

    – Sí, claro que puedes, pagando el correspondiente portal

    – Pero yo quiero tener sexo

    – Si solo va a ser cinco minutos.

    – Pero quiero

    – ¿Seguro?

    – Sí, es más, no quiero otra cosa.

    – En fin – Suspiró el asistente que de pronto tomaba forma femenina y sensual de singular manera.

    Nine Inch Nails – Only

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