Categoría: sueños

  • El amuleto

    Esta es mi participación en el reto Escribir Jugando del mes de Marzo.

    mas información en el Blog de Lidia (Animaos y participad)

    Tras echar la mezcla de hierbas aromáticas en el quemador y formar una voluta de humo que ocupó toda la habitación, la bruja cantó su oración mientras movía el amuleto, un colgante con un trisquel frente a la joven.

     –  ¿Cómo te llamas, mi niña?

     – María, pero me llaman Cherry Plum.

     – ¿Por lo miedosa que eres?

     – No sé, así me llamaba mi madre.

     – Y ahora buscas el amor por medio de la magia, ¿no, niña?

     – No. Solo busco sentirme libre.

     – Bien, niña, este amuleto te ayudará en modo de protección, pero la mejor forma de obtener libertad es aprender a correr.

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  • Fragil

    Se le veía pequeña, frágil, con la mirada perdida en un pensamiento pasado, oculto por el silencio. Pero ella no era así. Era vendaval en la albufera, notas de colores oscuros paseando por el pentagrama de misterios que, de saberlos pintar bien, todos sabríamos que ella, en mitad de la confusión de su piel, no era ella, era él. 

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  • Paseo astral

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Con qué consigues evadirte?

    Siete golpes de campana y yo saliendo de mí. Fue de repente, sin costarme nada, como el que se libera de la presión de los zapatos y quedas libre, caminando descalzo. Solo que ahora no había ropa, ni piel, ni aire en mis pulmones. Solo un resplandor que imaginaba un cuerpo desnudo y un cordón brillante que me ataba fuerte, al lugar donde reside mi mente.

    Me quedaba todavía un rato, hasta la campanada del medio, esa que parte a la mitad el tiempo y me cuenta el momento perfecto, ese en el que la lluvia acaricia tu cuerpo, o tal vez solo me lo invento y quiero que ocurra eso. Quizás sería mejor un paseo para pasar el tiempo.

    Con mi rastro incorpóreo fui capaz, con facilidad, de fundirme en el cemento. Atravesar el muro que me aísla oculto fue claramente alentador, también lo fue ver pasar a la gente sin estar yo delante. Aquel perro me ladraba como al fantasma que era, ese niño que sintió miedo por el roce de mi alma, al pasar a su lado no había nada. 

    La puerta de tu casa no era frontera, no acepté su invitación a quedarme fuera y pase a través de su madera. Quise subir las escaleras, pero bajabas tú, sin sombrilla ni vestido que te tapara. Brillabas como yo, incorpórea como el aire que por ti viajaba. Dijiste: “¿Qué haces aquí?” Yo no dije nada. Comprendí enseguida que simplemente soñabas.

    Descubrí chispas en la mirada, el color del deseo en tu alma y en tus labios una llamada. Te quise abrazar y perderme en tu cintura al vals del misterio de tu delirio, ansiaba tu piel mis manos, mis dedos, la curva de tu cadera, pero no había más que alma, más que la esencia de nuestra hambre de besos. Penetré en tu psique interior y me quedé dentro, fundiéndome en el hueco de tu mente y tú en la agonía de mi anhelo.

    Desperté sobresaltado, ocho golpes fueron tras ocho campanadas de tiempo. En la puerta tus nudillos ansiaban mi presencia, imaginé tu sonrisa, imaginaste tu mi espíritu mientras me esperabas.

    Nightwish – Ghost Love Score

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  • ¿Empatía?

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué estrategias usas para lidiar con las sensaciones negativas?

    – ¡Sí, yo tengo una pregunta!

     – Adelante, Martínez, ¿qué no ha entendido esta vez en relación con el curso de atención al cliente?

     – Verá, nos ha recalcado que la empatía es muy importante, que nos debemos poner en la piel del cliente, es así ¿Verdad?

     – Así es, es muy importante escuchar al cliente, comprender su problema y actuar en consecuencia.

     – Sí, sí, pero tengo alguna duda con el modo de proceder.

     – Bueno, hemos explicado sobre la escucha activa y sobre la forma de obtener información y…

     – Sí, lo del interrogatorio lo entiendo, lo que no llego a comprender es cómo poder ayudar.

     – ¿Ayudar? No comprendo.

     – Ya lo veo.

     – No, no, póngame un ejemplo.

     – Vale, un cliente adquiere uno de los flamantes frigoríficos de alta capacidad. En seis meses este electrodoméstico tiene un fallo de funcionamiento. El equipo se apaga a raíz de una descarga eléctrica. El técnico que lo repara decide un trato inadecuado en el uso y descarta la garantía en la reparación. Se informa al cliente y se le da un presupuesto, a mi gusto, bastante elevado.

     – Vale, se le explica la situación y se le hace entender al cliente. ¿No es así?

     – Sí, así es.

     – Pues no sé dónde está el problema, además, si ha comprado un frigorífico de alta gama es porque su nivel adquisitivo es alto.

     – Bueno… mi pregunta es más bien en relación con el método empático para tratar al cliente.

     – Sigo sin entender…

     – Verá, en el momento del contacto con el cliente es cuando se pone en práctica la escucha activa, en este caso el cliente ha comprado este tipo de producto por necesidad, tiene familia numerosa y lo que más le interesaba es la capacidad que tiene el producto y la durabilidad que explica la marca en su publicidad.

     – Pero esa durabilidad es según el trato de…

     – Sí, sí, déjeme explicarle. Como ya le dije, el cliente tiene familia numerosa. Nueve son los que usan el frigorífico: el cliente y su esposa, cinco niños, el abuelo y un caniche que se llama Pikachu.

     – Buen ejemplo de escucha activa.

     – Claro, claro. El problema empezó cuando el hijo mayor, en un descuido, tira la botella de leche y, por no sé qué peculiaridad del destino, le llega líquido a la instalación eléctrica interior del aparato. El adolescente recibe una descarga y el aparato enfriador muere entre chispas y destellos. 

     – Ahí está; negligencia del cliente.

     – Nadie lo niega, aunque en el anuncio tan tierno que sale en la tele tiene carácter “child friendly”. Sí, donde el niño pasa el camioncito de la marca sobre las nevadas colinas de las empanadillas y se cabrea porque no hay escarcha.

     – Sí, bueno, es solo una representación, sabe que a los críos no se les debe dejar…

     – Comprendo, la historia sigue con las lágrimas de un padre preocupado que, no solo se siente estafado por el funcionamiento de un refrigerador que permite la entrada de líquido en lugares sensibles, sino que debe abonar una factura sin esperarlo. Además del retraso por envíos y espera a recambios, lo que le deja casi un mes sin poder usar su nevera. Sabiendo que tiene niños pequeños…

     – Planificación, es algo que ya hemos visto en otros cursos; una buena planificación hace que…

     –  Sí, todo está previsto, pero el envío sale tarde. El técnico tiene tanto trabajo que retrasa la entrega y la pieza está en China y es mandada por barco, pasa por tres aduanas y el inspector nacional no sabe leer chino, por lo que retrasa el tiempo de espera buscando un traductor. A propósito, ¿se debe aplicar la empatía con el técnico que no le da tiempo y se le obliga a tener preferencia con determinados casos? ¿Y con el transportista que debe soportar atascos monumentales y se le aconseja trabajar más allá de lo indicado en el registro de su ruta para cumplir plazos de entrega?

     – Vale, sí, pero a usted lo que le interesa es el cliente. 

     – Que va a esperar un mes y tiene que pagar ochocientos euros. Entiendo que debo ponerme en su piel, darle palabras de ánimo y hacerle entender que yo también sufro por él. Pero, ya que el tiempo de espera no lo puedo reducir, ¿le puedo descontar algo de la factura?

     – Bueno, es complicado, los recambios tienen un coste, la mano de obra también, hay muchos gastos, tenemos beneficios mínimos…

     – O sea, que no, que no hay descuentos posibles.

     – No deberíamos hacer descuentos, no es una solución en este caso. 

     – Vale, entonces creo que donde quiere decir empatía realmente deberíamos poner otro término distinto.

     – A ver, ¿qué termino?

     – Falsedad.

    Metallica – Damage, Inc.

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  • Proyección de reflejos

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Con qué consigues evadirte?

    El reflejo de los rayos del sol se quebró en siete colores en el preciso instante que la lluvia perdió intensidad, de los charcos grises aparecieron verdes ramas y de ellas flores azules, moradas y rojas que, con la intención de volar, se mecían con el frío viento, haciendo reverencia a la primavera en un esperado deseo de la llegada del calor.

    La muerte del sol no fue en vano, la agonía de sus brazos desapareciendo en el horizonte logró pétalos abiertos, el aroma de noche en el resplandor de una nueva forma de luz creciente, redondeando el firmamento, con imprenta de estrellas tintineando en la melodía de la vida.

    De la sombra creada por los árboles apareció volando, rebosando de colores salvajes, desafiando al viento con su baile sin rima, con tirabuzones emplumados de la fiesta del cortejo. Criaturas aullaban a lo lejos, orquestando el vals de la sangre, quebrantada en guadaña para un póstumo despunte de la existencia, quebrada en colores bajo un nuevo nacimiento solar.

    Sususmu Yokota – Traveler in the Wonderland

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  • En OVNI

    Sugerencia de escritura del día
    Estás a punto de emprender un viaje por todo el país. ¿Avión, tren, autobús, coche o bicicleta?

     – Fíjate lo curioso que son los humanos, Gñorf.

     – ¿Qué andas investigando esta vez, Wgñerf?

     – Tienen una forma de reproducirse de lo más interesante.

     – Pues será como la de los demás animales del planeta, supongo.

     – Bueno, sí, al fin y al cabo un sujeto introduce un miembro dentro del otro sujeto y le escupe un chorro de células incompletas que compiten en una maratón para fecundar o morir. Lo apasionante es el comportamiento sexual.

     – ¿Qué hay de particular?

     – ¡Uff! Es muy complejo, Gñorf. Existen muchos géneros, varios tipos de orientación y todos tienen una interrelación de lo más compleja. Fíjate, ¿Ves ese humano? 

     – ¿El del holograma? Sí, claro.

     – Pues se llama Andrea y es del género femenino, pero ella se siente masculino, así que gracias a la tecnología humana la han podido transformar y ahora se hace llamar Andrés.

     – Como quien cambia de traje, no le veo gran inconveniente, nosotros cambiamos de forma y no pasa nada.

     – Resulta que a Andrés le gusta una humana que se llama Rosanna, que es hembra, pero le gustan las hembras y, ya que Andrés es algo femenino, se han propuesto tener descendencia. Algo imposible, ya que entre los dos no pueden.

     – ¿Por qué no?

     – Pues porque la tecnología humana no produce una transformación completa, en este caso le faltarían los órganos internos masculinos.

     – Vale, ¿cómo solucionan esta ecuación de carácter sexual?

     – El factor z es Javier, amigo de toda la vida de Rosanna.

     – Es el masculino faltante, ¿no es así?

     – No, él es demisexual, birromántico y antroxesual. Con Rosanna ha acordado la fecundación, pero con condiciones.

     – ¿Qué se repartan los vástagos a partes iguales?

     – No, que en el proceso copulativo también participe su pareja.

     – Vale, y qué condiciones impone.

     – Se llama Anabel y el pansexual poliamorosa, quiere que Andrés también participe.

     – ¿Y qué problema hay?

     – Que Andrés no quiere participar en el acto si está Javier, que Rosanna se inhibe si está Javier y necesita el vínculo afectivo de su amiga María.

     – Vale, ¿cómo solucionaron esto?

     – Pues todos juntos en un cuarto oscuro.

     – ¿Y fueron felices y comieron perdices?

     – Bueno… Andrés y Anabel se hicieron más que amigos y se fueron a vivir a Marbella. Javier ahora está con Rosanna y María fue la única que fue fecundada, que como ella no quería tener descendencia, ahora ejerce de vientre de alquiler. Por lo demás, Anabel es vegana, así que no come perdices, que ahora tiene una relación abierta con Sandra.

     – ¿Quién es Sandra?  

     – La vecina, que se fue a quejar porque había mucho ruido y se quedó a participar.

     – Todo esto es como el fútbol de segunda división, ¿verdad?

     – No, la realidad del deporte es más complicada aún.

     – Bueno, ese problema no lo tenemos nosotros, que con un roce y un poco de convicción ya nos quedamos fecundados.

     – Como me vuelvas a poner el tentáculo encima, sales por la escotilla del ovni.

    Joe Santriani – Not Of This Earth

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  • Ultimas Noticias

    Mi participación tardía en el reto Escribir Jugando del mes de Febrero (Perdón, no me sonó el despertador)

    mas información en el Blog de Lidia (Animaos y participad)

    – Te los he dejado ahí guardados.

     – ¿Qué?

     – Que no me gustan. Tanto papel impreso desparramado. Me ocupaban espacio. 

    – Pero si la idea es genial…

    El joven Johann, cabreado, no daba crédito a lo que estaba escuchando, cinco años de trabajo constante metidos en un viejo baúl. No comprendía que, en pleno siglo XVII, no se pelearan por un formato impreso para transmitir noticias. 

    – ¿Noticias? Aquí solo hay interés por escribir sobre caballeros andantes, que paseando en busca de horribles criaturas, se quieren llevar el aplauso de los pocos lectores que hay. No merece la pena este caro artificio que quieres inventar.

    Misfits – Dig Up Her Bones

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  • Perdido

    La gota que sobresalía al respirar amenazaba con convertirse en escarcha. Había caminado muchos kilómetros a través de ese frondoso bosque y el hambre empezaba a aparecer, pero el miedo a la oscuridad que se abría paso le hacía seguir avanzando.

    Tras el ventanal ella miraba al infinito. Su memoria le traicionaba llevándola a aquel tiempo donde estaba él, momentos felices donde el frío importaba poco, donde la hoguera eran dos cuerpos pegados al son de las gotas de lluvia cayendo.

    Él los había perdido, la curva de la carretera se había vuelto desierta, esperó mucho tiempo, pero nadie volvió a por él. Decidió marchar, correr en busca de una señal que ya nunca encontró. Decidió entonces perderse en el bosque y aventurarse en el silencio.

    Ella quiso limpiar el cristal condensado del calor del hogar, vio una sombra caminar sin rumbo allá, donde terminaban los árboles. Quiso encender la luz de un faro y ofrecerlo de guía.

    Un resplandor lejano llegó hasta él, mostrándole un iluminado camino hacia la primera casa del lugar. La esperanza le hizo comenzar a caminar.

    Ella, abriendo la puerta de su hogar, esperó paciente.

    Él, cohibido y asustado, quería sin atreverse entrar al cálido portal iluminado.

    Retirándose de la puerta, le invitó a pasar.

    Lentamente cruzó con cautela.

    Ella sonrió con melancolía.

    Al olfatear las manos de ella, supo que al fin estaba en un lugar seguro.

     – Estarás hambriento, ven, come algo, descansa. Ya veremos mañana qué hacer contigo.

    Aunque su intención era otra, supo que ese perro perdido ya había encontrado su hogar.

    The Beatles – Martha My Dear

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  • Juntos

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué ha sido lo último que has aprendido?

    Recuerdo aquella vez que, sin quererlo, ordenando pensamientos superfluos, resbalé con una idea descartada, que de mala me hizo frente y me caí dentro, en la profundidad de mi mente. 

    Al descender en mi espeso universo interior, ornamentado por la luna inmensa de mi afán de fabulador,  palpitaba en la oscuridad estrellada. Debajo no había nada, descendía sin compasión.

    Vestías un traje largo y azul, caías también sin remedio, pero a ti te importaba poco, y rezando tu tayul, me fui acercando a tu lado y comprendí quién eras tú. 

    Tu mirada verde delató mis sentidos, criatura extraña, extraterrestre, mitológicamente mágica, de origen inexacto y carácter esquivo, tremendamente enigmática, eres la esencia de mis relatos, la inspiración de mis sueños escritos.

    Te agarré al vuelo, y te abracé fuerte, pues sé que es cierto, que con tu suerte, juntos y abrazados, no tocaremos el suelo.

    Lori Meyers – Siempre Brilla el Sol

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  • ¿Estas bien?

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué es lo que más odias que te pregunten? Explica por qué.

    Una sombra.

     – ¿Miguel?

    La figura salió desde las brumas, despacio.

     – Hola, Miguel… ¿Eres tú?

    Despacio, caminando con la lastimosa parsimonia de una danza fúnebre, suspiro agónico por llegar de entre las sombras. 

     – ¿Miguel?

    Acercándose lentamente con marcha suplicante, como si la carencia de alma fuera una característica del movimiento, desplomando su peso en cada paso, con un esfuerzo inconsciente para mantener la cadencia sin caer despedazado en el suelo.

     – ¿Estás bien?

    “Que pregunta más curiosa” susurraba en forma de melodía su agónica mente, mezclada con la confusión de ideas que perecían en el fondo de su cerebro, la constante destrucción de recuerdos que iban quedando agrietados en un rincón, como fotografías viejas, quemadas por el tiempo y, sobre todo, por la aparición del hambre. Hambre atroz, que lo envuelve todo, su cuerpo, su estómago, su ser. Apresurándose sin conseguirlo bien, fue consciente de que la pregunta correcta era otra. “¿Estarás tú bien si logro atraparte?”

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