Episodio II: El sueño del huérfano

Ocurrió en un callejón a últimos de marzo. Entre contenedores, una perra y sus tres cachorros se guarecían del viento.
Él siempre tenía el mismo sueño: caminaba erguido, hablaba con palabras extrañas, tenía un hijo al que amaba. Al despertar, seguía siendo un cachorro famélico, pero aquel recuerdo lo llenaba de nostalgia.
Pasaban los días entre juegos y hambre. Comían lo que encontraban en los cubos, y por las noches se acurrucaban unos contra otros. El frío era un enemigo más.
Una madrugada la madre desapareció y no volvió. El hermano enfermó de tristeza y murió al poco. La hermana se fugó con un vagabundo. Él se quedó solo, esperando el verano.
Hasta que lo vio. Un niño que pasaba cada tarde, con la sonrisa abierta. El cachorro, feliz, movía la cola y lo saludaba. El niño empezó a dejarle trozos de pan. Y al fin, una tarde, suplicó en casa:
—Mamá, por favor, es tan bonito.
—No, hijo, crecerá demasiado.
—Te harás cargo tú de él.
Quién podría negarle un perro a un huérfano.
Y así el cachorro encontró un hogar. Así el sueño que lo visitaba cada noche se hizo realidad: el niño con el que soñaba se convirtió en familia.
Explosions In The Sky – Your Hand In Mine
En cada historia, un alma perdida —sea perro, niño o mendigo— revela que incluso en la penumbra de un callejón puede brotar un sueño.


