Categoría: Cuentos cortos

  • ¡Corre!

    Encomendado a la Madre y aprovechando el silencio de la noche, corría como nunca lo había hecho, como si le persiguiera el Maligno de Bata Blanca, aquel ser que le daba tanto miedo de pequeño. Lo que transportaba en su pequeña mochila podía dar un giro importante a su situación, quizás el definitivo.

    Una ventana abierta fue suficiente para escapar, sombras en la calle para huir de la luz de las cámaras. Abrigado por la noche, recordaba las historias de sus antepasados. De venenos y exterminio. De cómo salieron a flote y se ocultaron en secreto.

    Antaño eran libres de andar por las calles. Pero el miedo les hizo enemigos, los exterminaron en masa con sus pócimas ponzoñosas, los expulsaron al subsuelo.

     Ellos no sabían la verdad, que nos comunicamos, que conocíamos su escritura y que empezamos a aprender de sus inventos. En pocas décadas nos pusimos a su altura, pero ellos, seguían destruyéndonos. A nosotros y a cualquiera que les resultase molesto.

    La alcantarilla estaba a unos pocos metros, y ahí lo vio. Desde lejos. Un mastín del infierno, creado para exterminarlos. Sabía que solo tendría unos segundos para descender a un lugar seguro.

    El perro olfateó el suelo y el agitar de su cola le advirtió de que había sido descubierto. Agazapado entre los cubos de basura, empezó a correr de nuevo. Y el mastín con él, rápido a su encuentro. Corrieron hacia el mismo punto como dos trenes descarriados hacia un fatal encuentro.

    Un segundo y hubiera sido tarde, saltó a la alcantarilla sin mirar y cayó de bruces en el lodo. Eso le salvó de morir golpeado por el suelo. Miró hacia arriba, donde los ladridos estremecían el lugar, y corrió un poco más, hasta la entrada segura.

    Los dos guardianes del pasadizo le ayudaron a entrar, pues estaba herido. Uno de ellos, el más viejo, le preguntó en su idioma de silbidos y susurros.

     -¿Qué has conseguido?

    Él le respondió. 

    – Lo tengo.

    Perdió todas sus fuerzas entrando en el agujero, lo demás, quedó todo en negro.


    Oscurecía cuando despertó en un recinto clínico. Aparte de la Madre que Cura, estaba uno de los sabios, con su talante serio pero claramente animado.

     -No lo molestes mucho – Dijo ella. – Debe reposar.

     -No me llevará tiempo. – Contestó – Solo quiero que sepa que su misión ha sido un éxito. Nos ha dado una oportunidad de oro para poder hacer frente al humano. Una vez hayamos adaptado el virus y nos sea inocuo, nosotros mismos seremos armas letales contra ellos. 

     – Deja descansar a este pobre roedor, ya hablaréis de guerra cuando haya sanado.

    Enroscado en su lecho, abrazando su cola, dejo que los fármacos invadiesen su cabeza y dejo que el sueño le envolviera de nuevo, quizás algo dolorido, quizás algo más feliz.

    Imminence – God Fearing Man

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  • Sollozo de gato

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué te saca de tus casillas?

    Con la fuerza de la presión del aire se abrió de par en par, aullando como un gato enfurecido, arremetiendo en improperios por los recovecos. La brisa que entraba por la ventana heló sus pies descubiertos y ese fue su despertar.

    Ondulante se proyectaba la luz de la farola sobre la pared, extendiéndose en sombra. Fue entonces cuando se incorporó y se arropó con la manta que, dispersa en la cama, dejó de abrazarlo hace rato, olvidando así su cometido.

    La silueta derramada en la pared se contoneaba insinuante, bailaba reflujos de aire bajo su mirada, al son del crujir de los muebles. Contorno desnudo que se acariciaba suplicando atención, pidiendo un abrazo urgente, acompasado por el silbar del movimiento que en la cortina parecía haberse escondido.

    Rápido como el miedo, saltó de la cama a tiempo de tirar de la tela. El terror desinfló de aire la cortina en oscilante giro, borrando de la pared todo rastro de deseo imaginario. Cerró con violencia el pestillo de la ventana, acallando el fiero aullido del gato enfermo, desapareciendo el misterio.

    Otra vez en la cama, feliz de aspecto y ojos cerrados, quería conocer de nuevo el umbral de los sueños. Mientras, la sombra proyectada desde la ventana, con la suavidad de una amante experta, acarició su rostro dormido.

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  • ¡Aquí no!

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué lugar del mundo no visitarías nunca? ¿Por qué?

     – …Salimos despedidos, proyectados sin compasión y con tanto movimiento quedamos desorientados. Mis compañeros cayeron todos por la gruta, y yo quedé atorado en un apéndice blando que colgaba en el centro de la entrada. Así que pude bajar poco a poco, siguiéndoles el rastro.-

     – Me dice que estaban entrenados para llegar a su destino, ¿Qué les pasó?

     – Verá, agente, al salir de nuestro transporte me di cuenta de que algo no cuadraba, el escenario no era tal y como lo habíamos estudiado. Había una explanada móvil que se agitaba alrededor del conducto donde entramos. La caverna absolvía frenéticamente todo lo que había alrededor. Era un espectáculo dantesco, todos estábamos preparados para nadar por un conducto más estrecho, no se parecía en nada al sitio previsto.

     – ¿No tiene pistas del paradero de sus compañeros?

     – Cuando terminaron de salir los demás, el vehículo fue retirado, también salieron muchos de mis camaradas impulsados por el movimiento de la caverna. Creo que estarán todos muertos, no creo que nadie pueda sobrevivir ahí fuera. De los que entraron no sé nada.

     – ¿En qué consiste la misión?

     – Principalmente, en llegar al objetivo, agente, los pormenores no son importantes.

     – Necesito saber cómo es el objetivo, o algún dato relevante para intentar situarlo.

     – Es grande, poco conozco de su forma, redondeada, creo. Solo sé que al menos uno de nosotros tenemos que traspasar su membrana y entrar dentro.

     – ¿Si no sabéis cómo es, cómo lo reconocéis?

     – Por el olor, nuestro rastreo es por olfato.

     – Una vez dentro, ¿qué hacéis?

     – Entrego la información que hay en mi cuerpo.

     – ¿Información?, ¿Qué información?

     – No sé, algo relacionado con el milagro de la vida. ¿Sabrá dónde encontrar mi objetivo, señor guardia?

     – Verás, mi trabajo es mantener este sector libre de amenazas, acabar con los invasores que vienen a atacarnos. Conozco bien el canal, su funcionamiento, sus habitantes, pero nunca he pasado de las fronteras de la zona.

     – ¿Y no cree usted que al final de este túnel podría estar? Percibo por mi olfato que los demás compañeros se han dirigido hacia allá. 

     – No, muchacho, allí solo hallarás una terrible muerte ácida.

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  • La curva del tiempo.

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Dónde te ves en 10 años?

    Era un cuadrado de cartón con una figura iluminada de luz negra en el centro. Hice el gesto de saludar a mi fortuna con él y lo deposité en la punta de mi lengua. Amargo era el sabor y también la despedida, que me dejó perfume en el abrazo, un tal vez confuso y un deseo cierto. Me quité la careta y salí del antro de estridentes tonos y espacio apartado para los apodados por Cayetano.

    Quise pasear por las sombras de los árboles, llegar lejos andando lento, pero la carita sonriente, que habitaba en mi boca, empezó a cantar su canción. Y me quedé perdido en la cadencia de su ritmo. 

    Los pasos se me hicieron cortos y el aire espeso, el rocío era de colores extraños y la brisa eran susurros, que tomaron forma de mí, allá dentro de unos años. Salió de entre los arbustos, mi anciano yo, de aspecto serio, de mirada intensa por vivir mis pecados y aprender a esquivarlos.

     – ¿Buscas acaso la muerte, niño? – Me dije desde el cuerpo del otro más viejo.

     – Lentamente, ya va en camino. – Respondí mirándole lento. – Desde que nací está conmigo.

     – Ahora para ti es un juego. – Reprocho mi yo vetusto.- Pero no eres eterno. No eres, como te crees, un ser infinito. Vendrán más y te cogerán de la mano. Te llevarás contigo su futuro, o te dejarán y caerás solo. Serás tu propio olvido.

     – Y vienes con el sermón

     – Vengo a permanecer vivo.

    El anciano, cojeando despacio, se dirigió hacia el frondoso bosque imaginario. Allí se fundió entre las brumas de mis recuerdos.

    La cabeza me arañaba dentro, amanecí desnudo. El río se llevó la mancha de mi vicio, mojó mi ropa y embarró el recuerdo. Amaneció el frío frente a la decisión de respirar hondo y caminar lento.

    Epica – Aspiral

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  • El mensajero de la Oscuridad

    Sugerencia de escritura del día
    Describe un encuentro fortuito con un desconocido que te haya marcado positivamente.

    La lechuza miró desafiante a la paloma y después a la joven. El cielo empezó a nublar, oscureciendo las nubes a su paso, el resplandor del fin de la tarde. Con extraña expresión de una sonrisa imposible, comenzó a hablar.  

     – Perdonen ustedes mi intromisión, debido a las constantes necesidades de evolución de los humanos, creemos conveniente ciertos cambios y con nuestra ayuda seguro lo lograrán.- El ave ululante hizo una pausa, miró con descaro a la paloma y con seguridad a la joven, respiró y siguió con su propuesta. – Para comenzar necesitamos tener un enviado, digamos, como un embajador de nuestro reino en la tierra.

     – Me queda claro que se trata de una ofensa a la Ley de Dios, pero, ¿quién es usted? – Graznó con indignación la paloma.

     – Es verdad, qué mal educado que soy, me presentaré-. La lechuza hizo una reverencia – Mi nombre es Belcebú y comparto la gestión del infierno con mis compañeros Lucifer y Astaroth…

     – ¿Qué tengo que ver yo en todo esto? – Interrumpió Mariana un tanto asustada

     – Queremos que seas la madre del Anticristo.

     – Otros que me quieren preñada. Estudié toda mi vida, voy a empezar la universidad el año que viene. Cinco años de clarinete, dos de danza clásica para que solo me quieran para preñarme. ¡Y sin contacto humano!

     – ¿Quién ha dicho eso? Somos demonios, el contacto carnal es importante para nosotros. ¿Conoces la canción “Mami, mami, cómeme el salami”?

     – Claro que sí, hasta me sé el baile de TikTok.

     – Entonces ya conoces al elegido.

     – Joder, está bueno y es famoso…

     – Y perderás tu castidad y pureza, te condenarás en el infierno. – Gritó la paloma enfadada

     – En el infierno, cuando le toque su hora, estará sentada a la siniestra de Satanás, con buen clima y todas las comodidades, acceso inmediato a los pecados capitales, además del clima inmejorable que tenemos en el averno. – Respondió el ave rapaz con cierto orgullo.

     – ¿No hay alguna opción en la que no quedo embarazada?

     – ¡No! – Dijeron los dos pájaros al unísono.

     – Pues que mierda.

     – ¡Esa boca, niña! – Reprendió la paloma.

     – Déjala que se exprese, mojigata- Defendió la lechuza.

     – Quizás yo pueda tener una solución mejor – De pronto apareció una especie de cigüeña aleteando entre las dos aves  –  Soy el dios Thor y mi propuesta es…

     – Por Thor y Odín, ni les hagas caso —interrumpieron dos cuervos graznando a coro. – Nuestras condiciones son mucho mejor. 

      – Yo soy Itzamná – Gritó un gorrión colándose en medio de la reunión de aves. – Exijo que…

    Mariana, agobiada de ser la protagonista de la película de Hitchcock, aprovechó la pelea de gallos que estaba presenciando para salir de casa. Sin duda sería difícil evitar el designio de los dioses, pero necesitaba un respiro. Salía del portal de su casa cuando, en un brillante resplandor, se formó una grieta en el espacio del que salió un señor en silla de ruedas.

     – Hostias. ¿Tú no eres Rick, el de Rick y Morty? – Dijo la joven sorprendida.

     – Señorita, comprendo que no sepas quién soy, y aunque no es importante, me presentaré. Me llamo Stephen y mientras vivía era científico. – Dijo con una voz robótica que le salía de un artilugio que llevaba enganchado al pecho.

     – Me niego a que me dejes preñada si es lo que buscas.

     – No, te quería proponer algo mejor. Estudia. Ciencias, letras, lo que quieras. Algo que te haga pensar por ti misma. Hazlo y descubrirás que no es necesario que ningún dios todopoderoso te diga lo que debas hacer.  

    Muse – Madness

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  • El mensajero de luz

    Sugerencia de escritura del día
    Explica algo positivo que un miembro de tu familia haya hecho por ti.

    La paloma, con su ramita de olivo en su pico, esquivando la polución de la ciudad, entró cansada a posarse en el resquicio de la ventana. La joven, al verla asfixiada, le llevó un poco de agua en una botella de plástico cortada para la ocasión. Bebió con la desesperación de un mártir, respiró hondo y comenzó a hablar.

     – ¡Dios te salve, Mariana, llena eres de gracia!

    La chica, al escuchar las palabras del ave, se quedó paralizada de terror.

     – No te asustes, Mariana, el Señor está contigo. Además, soy solo una paloma, no te puedo comer con este pico.

     – ¿Qué señor es el que está conmigo? ¿Hay alguien más aquí?

     – Estoy yo, está Dios y bueno…

     – No te entiendo, tampoco sé qué hago hablando con un pájaro.

     – Paloma, niña, no empecemos a ofender. En verdad soy algo más, soy el Espíritu Santo.

     – ¿Eres un espíritu? ¿Eres el fantasma de mi abuela Benita?

     – Joder, me tocó la atea. Jovencita, ¿has hecho la primera comunión?

     – Sí, claro, llevaba un vestido precioso con un poco de cola y todo.

     – ¿Y antes no te enseñaron nada sobre el misterio de la Santísima Trinidad?

     – Verás, en las clases me pasaba el tiempo viendo TikTok, la catequista hablaba raro.

     – Vale, a Jesucristo si lo conoces, ¿verdad? 

     – Sí, a ese sí.

     – Bien, pues has sido elegida para concebir al segundo salvador. – La joven se quedó mirando muy seria a la paloma – No entiendes nada. ¿Verdad?

     – No.

     – A ver, ¿qué sabes de Jesucristo?

     – Nació en Belén, le trajeron regalos, vivía con una burra y en el pueblo había un tío que no tenía casa y que se hacía caca por los rincones.

     – Vale, ¿y de sus enseñanzas?

     – Nos enseñó que hay que beber vino, que era su sangre. 

     – ¿No te dijeron que vino a salvarnos? 

     – Sí, algo así.

     – Pues ahora, Dios Padre Todopoderoso, tiene prevista la llegada de un nuevo salvador. ¿Te das cuenta de que has sido la elegida para concebir a nuestro salvador?

     – ¿De qué nos va a salvar? ¿Del meteorito ese que se está acercando a la tierra?

     – Pffff, vale, sí, lo que tú quieras. ¿Alguna duda?

     – Si, lo de concebir. 

     – ¿Qué?

     – Que no se que es.

     – ¿No sabes lo que es un embarazo?

     – Joder, sí, claro, que pretendes, ¿qué me quede embarazada? Mi madre me mata.

     – Tu madre será advertida por mí.

     – Sí, pero te va a reventar a escobazos. Me dio un beso mi novio a la vuelta de un paseo y le tiró una maceta desde el balcón, me imagino que le hará a un pájaro que me quiere foll…

     – ¡Esa boca, niñata! Para tu información serás concebida sin pecado.

     – ¿Sin pecado?

     – Sin fornicio.

     – Sin… ¿Qué?

     – Que no necesitaras del sexo para quedar preñada, coño.

     – ¡Sí, hombre! Me quedo preñada y no me estreno. Joder, La Pili ya lo ha hecho dos veces y a mi ni me tocan una teta. Y ahora este pájaro quiere hacerme un bombo sin echar un polvo. Además, no puedo, tengo novio. Muy parado pero es mi novio. 

     – Pues las órdenes vienen de arriba. Es Dios Todopoderoso quien te lo exige.

     – Y yo vengo con otra propuesta – Los dos quedaron mirando, había una lechuza negra posada en el soporte del tendedero que había en la ventana de al lado, con un breve aleteo se acercó y continuó su proposición. Tal vez quieras pasarte a la competencia. 

    Continuará

    Stryper – Together Forever

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  • Saludos desde el futuro.

    Sugerencia de escritura del día
    Describe un cambio positivo que hayas hecho en tu vida.

     – Eh, hola.

     – ¿Yo?

     – Si tú.

     – ¿Quién me habla? ¿Quién eres?

     – Soy tu yo del futuro. De dentro de 20 años.

     – ¿Y cómo que no te veo? ¿Me vuelvo invisible?

     – No atontado, los viajes en el tiempo son físicamente imposibles. Me pongo en contacto conmigo, o sea, contigo, por medio de una regresión mental.

     – Anda la hostia. ¿Se puede hacer eso?

     – Por lo visto sí. Todo era intentarlo.

     – Vale, ¿qué me va a pasar?

     – Verás, tú estabas con Paula, ¿no? 

     – Sí, he quedado ahora con ella.

     – Pues vete olvidando, te va a dar calabazas, le gusta Jorge, ese que sale de copas contigo.

     – No, ¿mi amigo Jorge? ¿Cómo ha podido?

     – Bueno, todavía no ha podido, pero podrá. Así que vete haciéndote a la idea.

     – ¿Y si lo alejó ahora qué puedo?

     – No sé, pero después de Paula conocerás a Marta, que será increible. 

     – Entonces mejor que siga las cosas como están, ¿no?

     – Pues bueno… A los cinco años se va con otro.

     – No jodas, ¿con quién?

     – Con Jorge. 

     – ¿Otra vez Jorge?

     – Sí. Te sigo contando, tendrás un hijo con Julia.

     – ¿Con Julia, la de la tienda de móviles?

     – Sí. Pero resulta que en realidad no es tuyo… es de…

     – ¿De Jorge?

     – Sí. De todas formas, no es mal tipo. El psicólogo nos dijo que era el síndrome de Schubeuessen. Nos toma como figura paterna porque su padre se fue a comprar tabaco y nunca volvió. Luego desarrolló una especie de complejo de Edipo.

     – ¿Le pagaste el psicólogo?

    – Sí, ves ahorrando.

    – Pues nos está jodiendo la vida.

     – Bueno, en realidad no, ahora eres feliz.

     – Hemos encontrado el amor al fin, ¿no?

     – Sí.

     – Vale, con Jorge, ¿verdad?

     – No, hombre, ¿cómo va a ser con él?

     – Entonces, ¿con quién?

     – Con la hermana de Jorge, por lo visto es con la única persona que no quiere estar. Síndrome de Príncipe destronado parece ser.

    – ¿Alguna solución?

    – Anda apunta, 13,17,45…

    The Beatles – With a Little Help From My Friends

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  • Paseo por la playa

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cuál es la manera más divertida de hacer ejercicio físico?

     -Fíjate, Lua, fíjate cómo cae el sol.

    La perra, ajena a las palabras de su compañero de paseos, ladraba juguetona a las olas rompiendo.

     -Es el mismo sol que se puso en estas playas cuando, hace mucho tiempo, los fenicios desembarcaron aquí. Construyeron un canal para comerciar.

    Lua, cansada de correr por la orilla, se sentó a la vera de su amigo, escuchando su discurso atenta, como si le importara. Ladeaba su cabeza para comprenderlo mejor.

     – Bajo el mismo sol caminaron por aquí romanos y árabes, personajes como Cabeza de Vaca y Cristóbal Colón, Incluso Hércules, según la leyenda, se paseaba por aquí.

    La perra se echó entre las piernas de su compañero de viaje, sabía sin entenderlo que ahora es cuando más necesitaba su cercanía.

     -Este mismo sol, Lua, nos vio a Sofía y a mí pasear de la mano. Hasta hace poco. No pasaba una semana entera, sin al menos asomarse un día, a ver cómo el sol se escondía en este mar tan antiguo. 

    Ella lo miraba con pasión, con la gratitud de quien pide comida, la cercanía de quien necesita el calor al comienzo del invierno. En un segundo se le escapó un gemido.

     – No llores, Lua, no pasa nada. 

    El viejo señaló la primera estrella que empezó a brillar. La perra siguió con la mirada el rastro de su dedo. En su dedo un anillo brillo, con el reflejo de una luna llena de plata, que había cogido relevo al sol. 

    El anciano empezó a disolverse en el sereno del camino, su cuerpo se iluminó y pequeños fragmentos de él ascendían, como las volutas del fuego en una hoguera.

     – Vamos, Lua, ves a casa, dile a Sofía que la quiero. Ah, y que no sea tacaña con tu comida…

    Ya no era más que un resplandor cuando la perra dio la vuelta y se alejó corriendo. Contaría a su humana lo que había pasado, pero solo comprendería que lo echaba de menos.

    Spiritbox – Crystal Roses

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  • Hace mucho tiempo…

    Esta es mi aporte para Escribir Jugando del mes de abril del blog de Lidia. Las bases están aquí. Animaos y participad.

    Antaño, cuando los ogros perseguían doncellas y los dragones manejaban el espacio aéreo con la ayuda de duendes controladores, la luna era más grande. Bueno, la verdad no es esa, en realidad estaba más cerca.

    Aunque sí, todo era más grande en esa época. Los dinosaurios eran enormes, había gigantes de un solo ojo, hasta los átomos eran grandes, los podías ver orbitar alrededor, pero encogieron allá por 1590, cuando inventaron el microscopio.

    Los relatos, sin embargo, eran diminutos. Esta era la historia de un príncipe que salió de su castillo y lo aplastó un diplodocus con la cola.

    FIN.

    The Smashing Pumpkins – Tonight, tonight

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  • Telaraña de tinta

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué animales son las mejores/peores mascotas?

    La conocí una noche de luces brillantes conectando mentes, rima fácil en letras de Shakespeare y elegancia grotesca de tambores lejanos. Me fijé en su mirada atenta, ardiendo en verde, en su pelo ondeando al viento, lento a pesar de las prisas y de su marca en el hombro de una enorme tarántula grabada a tinta.  

     Al poco tiempo nos cogimos de la mano y gritamos atentos al escenario, nos sabíamos todos los versos y cuando no, nos comíamos a besos, hasta pasar de tonada, o hasta que nos acordábamos de la gente a nuestro lado que empujaban de envidia al ver nuestras caricias sin importancia ajena. 

    La luz encendió nuestra necesidad de intimidad, una mirada cómplice con una invitación a una copa. “Vamos a mi casa”, me dijo, “ahí son más baratas”. Cruzamos la calle de los enamorados, buscando fuego en la parada del metro, contando segundos en el trayecto.

    En el portal un beso, entrando desenfreno, arañamos el sofá, volcamos la pecera, dimos cuenta del suelo. Nos amamos hasta la luz del sol, no hasta decir basta, hasta quedarnos secos. 

    Sin tiempo para dormir, quiso contarme un secreto, me dijo que me lo enseñaría, que esperara un momento. Esperé un instante y solo recibí un grito, escuché un misterio de un vivero tumbado. ¿Sería aquello que tiramos de tanto amor? 

    Sí, estaba en lo cierto. Estaba encima de mí, trepando lento, sus patas peludas subían por mi pecho. Lullaby, vino a mi mente, al ver la araña tatuada en el brazo de ella caminando por mi cuerpo. Ese era su secreto, alimentaba a su mascota con las sobras de sus amantes.

    (Se deshizo en risas luego)

    The Cure – Lullaby

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