Categoría: Ciencia Ficción

  • Exterminad, criaturas.

    ¿Sueñas con el exterminio de la raza humana? ¿La destrucción de grandes ciudades es importante para ti? O tal vez prefieres la invasión alienígena o la invocación de demonios ancestrales para destruir todo signo de civilización en el planeta.

    Sea cual sea tu perturbadora fantasía de un fin del mundo perfecto, aquí tienes la oportunidad de demostrarlo con unos párrafos, así que da rienda suelta a tu afán de destrucción y regalanos un bonito apocalipsis bien sangriento.

    Bases de la propuesta;

    Venga hombre, que es el fin del mundo, ¿quien quiere reglas?, solo que al menos sean dos palabras o más, no vale simplificar en  “THE END” que eso ya está muy visto.

    Esto es un ejercicio de autoexploración, para que puedas encontrarte con lo más abominable de tu ser, que también necesita cariño. En ningún momento pretende ser un concurso, pero al mejor texto original se le dará una palmadita en la espalda y el cariño de una lectura apasionante y dedicada del resto de los participantes (¿Verdad?)

    Quien quiera participar y ser leído sólo tiene que vincular su historias en los comentarios de esta entrada. Si no es así, disfruta de la lectura y que el fin de todos los tiempos te agarre confesado.

    Aquí va mi contribución en dos capítulos.

    Un nuevo comienzo.

    I – Reunión

     – Buenos días a todos, gracias por dedicarme su preciado tiempo, pero como comprenderán, la situación lo requiere. – La Reina Madre Superiora del Sureste de África, con la sobriedad que la caracterizaba, haciendo uso de los canales protocolarios, había conseguido reunir a todos los dirigentes. Ahora, en un emplazamiento seguro, bajo la Cordillera del Atlas, llevaban a cabo ese encuentro internacional. 

     – Entiendo que el asunto que nos concierne es la previsión climatológica extrema. ¿No es así? —La Reina Madre Superiora de Asia Meridional se mostró preocupada.

     – No hay nada más importante, Hermana Reina, nuestros métodos para anticiparnos a la variación climática, que hemos conseguido hacer muy fiables, nos está demostrando que en pocos años desertizará todo el planeta, veinte nos queda, como mucho, para que empiece a afectar seriamente a los ecosistemas. – La Reina Madre hizo una pausa en su explicación y contempló las expresiones de las demás. Había aroma de desesperación contenida en el aire. – La Reina Madre del Este de Europa ha creado un proyecto en el que yo misma he estado colaborando, es hora de que salga a la luz. Por favor, hermana Reina, explíquenos en qué consiste.

     – Por supuesto, hermana. Todos sabemos las consecuencias, nos enfrentamos a la extinción, en pocas décadas las posibilidades de sobrevivir serán escasas. Así que hemos ideado la manera de lograrlo. Nos trasladaremos a otro planeta. – 

     –  Se me presentan muchos interrogantes, hermana Reina —puntualizó interrumpiendo la Madre Reina del Norte de América, apoyada por la Reina Madre de América Central y por la Reina Madre de Australia.

     – Paciencia, todo será explicado, hermanas, cuando termine. Si hay más preguntas serán respondidas por orden. – respondió cortante La Reina Madre Superiora del Sureste de África.

     – Prosigo, pues —retomó la palabra La Reina Madre del Este de Europa. – Aprovechando una estructura metálica que se encuentra en la zona ártica, a varios kilómetros bajo la corteza, se está construyendo un artefacto de transporte, en el podemos comenzar la búsqueda de un lugar habitable.

     – ¿Hay algún lugar pensado? – Quiso saber la Reina Madre de Europa del Sur

     – Hay varias coordenadas interesantes para investigar, todas están a más de cuarenta años luz de nuestro hogar, nos lanzaremos al más cercano. 

     – ¿Cómo conseguiremos llegar? ¿No es mucho tiempo? —interrumpió a la Reina Madre de Asia del Norte.

     – Nos moveremos lentamente. Habrá períodos de suspensión vital. Esto significa que pasaremos en letargo casi todo el trayecto.

     – ¿Cómo vamos a hacer para alimentarnos cuando lleguemos? No sabemos si habrá plantas o animales que sean comestibles para nosotros. -Esta vez fue la Reina Madre de América del Sur quien tenía una cuestión.

     – Llevaremos alimentos, plantas, semillas, animales, todos los que podamos, intentaremos crear un planeta parecido. 

     – A mí, lo que más me preocupa es saber cómo vamos a poder salir de la atmósfera con un aparato tan grande. Según está contando la hermana Reina, para llevar tanta carga debe tener una envergadura colosal.

     – En el diseño original es de una longitud de ciento veinte kilómetros cuadrados y un grosor de doce, quizás podamos hacer que sea más grande, además se tiene pensado ampliarlo una vez fuera de órbita. Para sacarlo de órbita no tendremos más remedio que crear una explosión en el planeta y que nos impulse.

     – Dejaremos un planeta roto.

     – ¿Qué más da? Ya lo está en cierto modo. ¿Alguna pregunta más?

     II – Adiós, planeta azul.

    La gran explosión dejó al planeta herido de muerte, pero les dio el impulso necesario para iniciar la marcha. Todos dormían cuando esto ocurrió.

    Tras cruzar un horizonte programado empezó el proceso del despertar. Habían transcurrido años y tenían en vista varios sistemas planetarios cercanos a su posición. Las Reinas Madres andaban ocupadas dirigiendo a sus subordinadas. El resto estaban procurando que el artefacto se conservara habitable.

    La mente común hizo que la evolución fuera rápida y que la tecnología, que nunca fue necesaria hasta ahora, se desarrollara en décadas, hasta conseguir un transporte hueco, que con la velocidad de giro contaba con gravedad artificial y con varios focos de luz y calor con tecnología de fusión, que simulaban el funcionamiento solar. 

    El espacio resultante era una capa interior de tierra y piedra, con inmensidad de túneles y pasadizos para ellas bajo la superficie, y una zona con relieve en varias capas y formas donde harían su vida los animales y plantas cuando no estuvieran en suspensión. El terreno era enorme para tan pequeñas criaturas, pero necesario para todos los animales y plantas que llevaban consigo.

     – Las hermanas jardineras ya han preparado el terreno, ahora toca ir despertando a los animales, lo haremos por peso. 

     – Hermana Ganadera Superior ¿Empezamos por bacterias y pluricelulares simples?

     – No, hermana, hay otras que se encargan de estos, hace tiempo que los están acomodando, ahora tocan insectos, crustáceos, cualquier organismo inferior a cinco gramos. Se va a hacer por escala de peso. Recuerden, herbívoros primero, los depredadores varios meses después.

     – Pero si se pretende recrear un ecosistema, ¿no deberíamos despertarlos a todos a la vez? 

     – No, hermana, todo con un control. En las tablas está todo estructurado, síguelas bien y ordena a las demás con bastante precaución, Nos hemos dejado muchas especies en el planeta, hay que calcular muy bien para poder permitir el perfecto funcionamiento del ecosistema. Hay animales, como los elefantes y las ballenas, que no hemos podido salvar.

      -¿Y qué pasará cuando despertemos a los humanos, hermana?

     – No hemos salvado a los humanos.

     – ¿Por qué? Ellos eran la otra especie inteligente del planeta.

     – Sí, hermana, pero ellos fueron los causantes del desastre.

    La pequeña hormiga se quedó pensativa antes de volver con sus tareas, después olvidó a los humanos y empezó con los preparativos para despertar a la primera especie.

    Kreator (and Lacrimosa) – Endorama

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  • Despues

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Te falta tiempo?

    Era tan difícil, la oveja no se estaba quieta y Lila, con sus pequeñas manos atrapadas en su piel lanosa, se le hacía complicado el trabajo de esquilar, sin mas medios que unas tijeras, ademas bastante arriesgado. Habían evolucionado el sistema de silbatos para adiestrar a los perros, que hacían posible dirigir al ganado. Estos canes también eran peligrosos, pero una vez instruidos eran un aliado imprescindible. Estaba el sistema de poleas para poder canalizar a los bovinos y atraparlos en pequeñas jaulas, donde poder manejarlas mientras dura el esquilado. Pero no todas las ganaderas podían permitirse uno y para construirlos se necesitaba maquinaria compleja y pesada.

    «Quizás algún día», pensaba Lila sentada en el tejado. Tras terminar la jornada, se relajaba contemplando el amanecer, antes de subir a su hogar en el árbol y descansar. Las dos lunas estaban en cuarto creciente, la grande y blanca milenaria, casi llena, esplendorosa. La azul y más pequeña, con ese reflejo metálico que la caracterizaba y que la hacía extraña en el cielo. Las ancianas decían que ese satélite lo habían construido los dioses, los que habitaban antes y dejaron ciudades en ruina. 

    En algunas cámaras, en los lugares sagrados, había restos de libros antiguos, en escritura primigenia, donde hablaban de fabulosos viajes más allá de nuestro sol. Ellos dejaron también pequeños libros para enseñarnos a leer sus signos y poder así investigar el uso y la construcción de sus maquinarias. Lila tenía la esperanza de poder conseguir algún tipo de ingenio para que su trabajo con el ganado no fuera tan arriesgado.

    Se sabía que los dioses eran mucho más grandes, tenían dos brazos enormes con los que podían inmovilizar una oveja sin necesidad de ningún aparato, pero tenían un artilugio con el que podían  esquilar a decenas de ovejas en una sola jornada. 

    Lila se sentía pequeña, con sus minúsculos brazos y su alargado cuerpo. Elio, su compañero, era mucho más grande, casi media el doble que ella, pero, los antiguos habitantes sagrados medían cuatro veces la longitud de él erguido. Curioso era, que estos seres divinos caminaran siempre así, que sus piernas y brazos fueran tan largos, que carecieran de cola y que no tuvieran casi pelo.

    Lo que sí sabía, gracias a un aparato que se había descubierto hace poco tiempo, es que nosotras habitamos junto a ellos, de una manera más primitiva. En dicha maquina se habían capturado imágenes en movimiento, en las que ellos hablaban con una de nosotras, con sus hijos agarrados fuerte en su espalda, con la expresión de su cara llena de temor. Eran palabras amables, se podían entender “madre, encantadora y déjala marchar”, también se podían comprender palabras como, “fuera y largo de aquí”, que, aunque amenazantes, no parecían llevar odio, ni enfado.

     Las estudiosas cuentan que antaño, nosotras vivíamos junto a los dioses, gozando de su cuidado y su amor, pero nuestros machos, se rebelaron contra ellos e intentaron herirles con sus afilados dientes. Como castigo nos dejaron aquí, en el mundo, hasta que nosotras mismas seamos capaces de viajar al paraíso. Desde ese momento, los machos llevan el pecado en su lomo y por eso no tienen el don del raciocinio como Lila y las demás hermanas zarigüeyas.

    Incubus – Megalomaniac

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  • Apiádate de nosotros

     El ejército estaba preparado, desplegados los soldados por todo el terreno, no podían imaginar una batalla más corta, abundantes en número, contaban con seis escuadrones subiendo la colina a esperas de las órdenes del mando. Tras ellos, todo un batallón esperando en retaguardia. Sería una cruenta masacre si no terminaban por rendirse, haría falta un milagro para que cambiasen las tornas.

    En la cima de la colina, expuesto al escuadrón más próximo, se le vio llegar, viejo como la montaña, arrastrando cansado sus pies a su paso, pero con la mirada feroz del depredador hambriento tras descubrir a su presa.

     – Ríndete, viejo. – Gritaron desde las trincheras. – Salva las vidas de tus discípulos.

     – ¡El Señor, mi Dios, me protegerá!

     – ¡Esta es vuestra última oportunidad, viejo! 

     – Dios misericordioso, imploro que caiga tu poder, que protejas tu pueblo elegido. Por tu gracia esperamos tu luz entre las sombras de nuestros enemigos.

     – ¡Comiencen el ataque!

    Los soldados aumentaron la velocidad, corrían hacia la cima con la esperanza de poder reducir a los invasores, sin muchas bajas, de ambos bandos. Los más veteranos sabían que no había que dar por sentada una victoria antes de una batalla.

    El cielo se iluminó amarillo intenso, la luz del sol se volvió violenta y se disparó en haces a los soldados más próximos a la cima. Quedando carbonizados en el acto. El rayo de luz invadió las trincheras, despojando de vida a los allí escondidos y se desplazó por la ladera, sembrando la muerte a su paso, hasta llegar al resto del regimiento. Había empezado a huir. 

    Aterrados estaban los pocos supervivientes que quedaban por tanta devastación, cuando una voz profunda y siniestra se escuchó desde más allá del horizonte.

     – ¡Manolito hijo, vamos, que nos tenemos que ir!

     – ¡Jo Mamá! Que se van a cargar a mi ejército.

     – Manolito, niño, deja de quemar hormigas con la lupa. ¡Coño! Que pareces un psicópata.

     – Espera que ya está casi.

     – Cómo se lo diga a tu padre…  

    Metallica – Creeping Death

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  • De guerreros y magos.

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué significa ser un niño de espíritu?

    – ¡Cuidado! ¡Detrás de ti!

    El guerrero giró en una imposible cabriola y se dejó caer al suelo. La abominable criatura que,  ofuscada en la maleza del camino, atacaba entre las sombras, cayó sin control entre las piedras de la calzada. Un golpe de hacha le hubiera dejado sin cabeza, pero este horripilante ser era un ciempiés mutante y quedó partido por la mitad. 

    Pronto, las dos partes del monstruo hicieron amagos de atacar, pero el mago preparaba un conjuro, con el inquietante susurro de una canción inexplicable formó una lluvia de fuego que carbonizó a la dividida criatura, reduciéndolo a cenizas.

     – ¡Gracias mago! Buena jugada.

     – Ha estado cerca.

    El guerrero y el mago siguieron avanzando por su senda hacia el castillo negro, fue saliendo del bosque cuando se encontraron con el peor de los imprevistos.

     – Un segundo, hay un mensaje entrante – Se excusó el mago.

    Ante la mirada de los aventureros, se abrió una grieta en el cielo donde se podía ver el rostro de una señora un tanto enfadada, que con la lejana voz del que existe en otra dimensión exclamó:

     – ¿Se puede saber cuando vais a terminar? – 

     – ¡Oh no! ¡Es la bruja del mundo real! – Dijo asustado el guerrero.

     – ¡Niño, no le digas eso a la abuela! – Reprendió el mago a la impertinencia del guerrero.

     – Si no llegáis a la mesa en menos de cinco minutos, os quedáis sin postre, los dos. – Sentenció la malvada bruja. – Que tenga que estar llamando para que estos dos coman…

     – Bueno, Carlos, dejamos la partida para mañana.

     – ¡Jo! Abuelo, mañana tengo fútbol.

     – Bueno, pasado.

     – Hoy habéis estado tres horas metidos en esa maldita máquina – Bramó la voz de la bruja, a la que creían ya desconectada.

     – ¡Anda, Carlos! ¡Guarda la partida y vamos a comer!

     – Sí, antes de que la bruja nos lance un sortilegio.

     – El sortilegio de dejarte sin postre, niño insolente.

     – Es broma, abuela.

    De pronto el mundo de fantasía donde habitaban guerreros y magos se sumió en la oscuridad.

    Tool – Die Eier Von Satan

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  • La llegada

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué trayectorias profesionales alternativas te has planteado o te interesan?

     – ¿Estás seguro?

     – ¡Que sí!

     – Pero es que queda raro.

     – Vamos a ver, todos tienen coche, así que he buscado uno que no llame la atención. 

     – Sí, pero…

     – Es uno de los favoritos del lugar, líder en ventas por muchos años consecutivos, ¿no?

     – Sí, es así, pero…

     – ¿Ostentoso? ¡No! ¿Verdad? 

     – No, eso no.

     – Pues he conseguido uno sin llamar la atención y lo estoy reformando.

     – Eso es una de las cosas que me preocupa.

     – A ver… Tiene una carrocería, un volante y ruedas, ¿no? Lo tengo que adaptar a nuestros medios, por diferencias tecnológicas.

     – Sí, eso lo comprendo.

     – Es un 127. De color beige, con antena, suena música de la época y lleva cinturones de seguridad delanteros.

     – Sí, todo eso está muy bien.

     – Entonces, ¿Qué es lo que te preocupa Smerk?

     – Pase que haya ciertas luces y pantallas holográficas en el interior, que la antena del techo sea una resistencia ovalada de diodos de tungsteno. Pero que el vehículo circule flotando a cinco centímetros sobre el suelo y que las ruedas que lleva son de cartón pintado es algo que nos delata un poco.

     – Tu siempre tan exquisito, así no vamos a poder invadir nada.

    El Milagro de P. Tinto – Tengo un OVNI formidable

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  • Gimnasio de Realidad Aumentada.

    Gimnasio de Realidad Aumentada.

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cuál es tu forma favorita de hacer ejercicio físico?

    El gimnasio era una explanada enorme con la forma y el tamaño de un campo de fútbol con áreas de colores grabados en el suelo. Juan Morales había sido invitado, ya que en su trabajo habían acordado la estrategia de que estando en forma se rinde mejor. Él conversaba animadamente con la señorita encargada de la promoción. 

     – … Sin duda señor Morales, para bajar de peso, tonificar los músculos y tener una experiencia de lo más saludable, tenemos el método perfecto, es una novedad que está funcionando muy bien en otros países.

     – Sí, pero todos los gimnasios prometen lo mismo y claro, son rutinas de ejercicios que terminan cansando, yo me aburro con facilidad, ¿sabe?

     – Lo comprendo, señor Morales. Le proponemos un sistema basado en un juego de realidad aumentada. 

     – Suena bien, señorita. ¿Cómo funciona?

     – Vale, como ve, aquí tenemos un traje ergonómico, para la prueba que le prometimos hemos elegido este, que es de su talla. Póngaselo, Señor Morales, le haré un recorrido. 

    Alrededor del área del recinto había zonas habilitadas para duchas, habitaciones individuales para cambio de ropa y zonas de descanso con lo que denominaban bar saludable, bebidas isotónicas y aperitivos a base de proteínas, hasta había una sala de karaoke.

     – Vale, me va como un guante.

     – Ahora póngase el casco neurotransmisor, esto le hará conectarse con el entorno virtual del juego.

     – A ver. Listo.

     – Solo le faltan estos guantes y ya tenemos todo lo necesario para una experiencia sensorial completa.

     – Ya los tengo puesto ¿Y ahora qué hago?

     – bien. ¿Preparado Señor Morales? Conectamos con el servidor del juego.

    La visión de Juan cambió por completo, alrededor de él, un paisaje imposible de bosques de ensueño y animales legendarios, centauros armados con arcos se encabritaban, bellas sílfides semidesnudas paseaban coquetas saludando con la mano, hasta andaba Cupido revoloteando, armado de flechas de amor y mirada burlona.

     – Pero esto es increíble.

     – ¿Le gusta nuestro mundo? A este escenario le llamamos “En forma en el Olimpo”.

     – ¿Cómo se juega?

     – Antes de nada quiero que sepa que todo lo que pase en este Olimpo virtual solo lo saben los Dioses. Usted puede regular el nivel de privacidad que quiere tener. En el primero, podrá interactuar con todos los deportistas que están en su entorno, podrá participar en actividades en grupo con todos los asistentes a estas instalaciones.

     – Ideal para partidos de tenis.

     – Y para combates con espadas. Tiene que probarlo Señor Morales, son muy divertidos. En el nivel dos solo podrá tener interacción con aquellos que haya registrado como amigos, así nadie os podrá molestar. 

     – Hay tercer nivel, ¿verdad?

     – Sí, pero tiene tarificación especial.

     – ¿De qué se trata?

     – En el nivel tres sería invisible para los demás, solo podría interactuar con su entrenador personal. Mejor se lo muestro.

    Frente a la comercial apareció una pantalla transparente flotando. Pulsó una serie de botones y apareció junto a él. Era la más bella criatura que podía imaginar. Una joven alta, con una melena morena ondeando a ese viento que no existía, pero erizaba la piel, adornada con flores de colores, con orejas puntiagudas de duende del bosque y un minúsculo traje hecho de piel de animal mitológico.

     -Hola, mi nombre es Xanthe, y puedo ser su asistente personal. – Dijo a modo de presentación la entrenadora virtual. 

     – Como ve, esta sería su espectacular asistente. Se hace consultando el perfil del cliente y normalmente acertamos mucho con sus gustos. Aun así se puede modificar, cambiar el color de piel, ojos y rasgos, hasta podemos quitarle un poco más de ropa si lo desea.

     – Si es fantástica, ¿Cómo funciona?

     – Tiene una tabla de entrenamientos que con diversos juegos le tonifica todos los músculos del cuerpo.

     – ¿Todos?

     – Todos, pero para lo que usted piensa, a modo de premio, tendrá que ganarle en combate. Es lo que llamamos entrenamiento con final feliz.

     – Por su apariencia cualquiera le gana.

     – No se preocupe, si le cae bien, a veces se deja ganar.

     – ¿Cuánto cuesta la suscripción con la asistente?

     – Incluyendo la cuota del gimnasio, que es 137,85 al mes, se quedaría en 787,24, si se suscribe hoy le haremos un 20% en los tres primeros meses.

     – Es un poco caro ¿No hay alguna otra posibilidad?

     – Sí, existen varios asistentes, este es el más barato, solo sube la cuota 50 euros.

    En el lugar donde estaba la valkiria de pasarela de Women’secret, apareció un mastín de tres cabezas, con encías recubiertas de afilados cuchillos de marfil y llameantes miradas de rencor.

     – ¿Y ese bicho?

     – Es Cancerbero. Le perseguirá hasta darle caza, usted podrá huir o enfrentarse con él. En ambos casos, si le alcanza, o si pierde la batalla, le devorará vivo. 

     – Eso no suena muy bien.

     – Tranquilo, no sufrirá daños físicos, pero sí es verdad, que nuestra unidad de dolor neuronal, da unos resultados muy realistas. 

    Dark Sarah – Dance With The Dragon

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  • Cruzando

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cuál el mayor riesgo que te gustaría correr, pero no te atreves?

    Con un suave chapoteo anunció su llegada, no hizo falta saludos, tome asiento, abone el pasaje y comenzó a remar. El ocaso nos invadió en silencio y así continuamos un buen rato, hasta que el aburrimiento me hizo buscar una conversación.

     – ¿Mucho trabajo?

     – Siempre lo hay.

     – Ya, me imagino.

    Llevaba un abrigo grueso que terminaba en capucha y con la oscuridad del lugar como ayuda no lograba distinguir la cara, pero sí su voz, muy ambigua, aun así, aunque le creía hombre por la fortaleza al remar, si me dicen que era una mujer tampoco me hubiera extrañado. Andaría también aburrido, pues empezó con una pregunta. La más obvia.

     – ¿Qué te ocurrió? ¿Por qué estás aquí?

     – Pues había conocido esa noche una chica maravillosa, tras unas copas y unos bailes empezamos a hablar, las palabras se convirtieron en besos y los besos en ganas de intimidad.

     – Normalmente, la gente que pasa por aquí no lo hace por amor.

     – Me imagino, pero la pasión a veces te lleva al abismo. Ella me dijo que podíamos ir a su casa, pero que no podía estar mucho tiempo, no podía amanecer allí. Y yo, que tras la última copa pasaba una etapa de todo me da igual, acepté la propuesta.

     – Alcohol y carretera, mala combinación.

     – Verdad es, pero su casa estaba a dos calles, fuimos andando. Una vez dentro nos desnudamos como dos desesperados y empezamos a probar la resistencia del sofá. Terminamos en la cama lo que habíamos empezado en el salón y al poco tiempo ocurrió lo que no tendría que haber pasado.

     – ¿Qué fue?

     – Que nos quedamos dormidos. Se escuchó la puerta de la entrada y ella me despertó a gritos de que era su marido y que iba a matar.

     – ¿Fue muy violento?

     – No, si creo que ni me vio. Me escondí en el balcón y pude salir porque él entró en el baño, salí corriendo, resbalé por las escaleras y quedé inconsciente.

     – ¿Y no murió?

     – Mi muerte ocurrió luego, en el hospital me inyectaron un calmante que al parecer me hizo reacción y bueno, todo lo demás ya lo conoces.

     – Al menos murió feliz.

     – Sí, no me quejo. 

    The Doors – Break On Through (To The Other Side)

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  • Ofrenda al mar

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cuál el mayor riesgo que te gustaría correr, pero no te atreves?

    Huellas en la playa, es todo lo que pude saber de ella, se perdían en la orilla y eran barridas por la marea, que ahora subía, intrépida, asesinando los rastros. 

    Poco antes paseaba cabizbajo, con mi mente torturada por algo que no hubo y se fue.

    El olor a mar invocaba el rubor de mis lágrimas. Y sin pensarlo demasiado, me deshice de mi ropa y me lancé con rabia a la mar. A luchar con la salada espuma en busca de exorcizar mis fantasmas, en un combate a muerte con los elementos, que allá donde el horizonte se volvió sangre, conseguí perder sin remedio. Muriendo. O creyéndome perecer.

    Ella estaba allí, sentí sus labios, mientras despertaba sorprendido, calientes como el sol que golpeaba mi cara, delicados como el adiós de la luna en el ocaso. Desconcertado, la vi volver al mar, desnuda, sin miedo. Mientras me incorporaba confuso, amando el mar con todo mi ser, olvidando el motivo de mi tormento.

    Tras las huellas ya no había nada.

    Solo silencio.

    Alguien cantó a lo lejos, algo triste, un lamento. Una voz dulce, como la miel que quedaba en mis labios.

    Esa fue la primera vez que besé a una sirena.

    La Habitación Roja – Posidonia

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  • Influjo de Luna

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cómo definirías a un buen vecino?

    Estaba sentada en el filo del acantilado cuando apareció él, majestuoso, imponente, de ojos brillantes como estrellas al alba, de pelaje espeso y oscuro como las noches de invierno. Se acercó a ella y al ver que no le temía se sentó a su lado. 

     – ¿Vienes a contemplar la luna? – Preguntó la niña

     – Sí, cada luna llena me siento aquí, a agradecerle mi caza.

     – ¿Qué tal ha sido hoy?

     – Pobre, mi manada está hambrienta, pero ha habido suficiente para hoy.

     – ¿Debo temer que me quieras cazar?

     – A los lobos nos dan miedo los humanos, aunque sean cachorros. Uno solo no sois problema, os cazamos fácil. Pero siempre vienen más, con sus artilugios artificiales para matarnos. Sois criaturas terriblemente feroces y crueles.

     – Vosotros también matáis.

     – Lo hacemos para comer.

     – Nosotros también.

     – Nosotros lo hacemos por pura necesidad. 

     – Y nosotros. También necesitamos cazar para comer.

     – ¿Vosotros? Los humanos domesticáis animales, los matáis con facilidad, sin peligro. Ademas os los coméis sin hambre, haciendo una fiesta de las matanzas. Y aun así, os dedicáis a cazar.

     – Pero vosotros también disfrutáis cazando.

     – Disfrutamos cazando, no cazamos para disfrutar.

     – No todos somos así.

     – No lo sé, solo te conozco a ti y a algún humano que se presenta en el bosque con sus perros amaestrados. Yo no te he visto cazar, pero huelo que te alimentas de carne. No te juzgo, pero  permíteme desconfiar.

     – Pero percibes que no puedo hacerte daño, ¿no?

     – Sí, mas no conozco a tu manada.

     – No te harán nada, no los traeré hasta aquí. ¿Volverás la próxima luna llena?

     – Sí, y presiento que me alegraré de verte.

    El gran lobo negro agachó la cabeza frente a la luna, en señal de respeto, y miró un instante a la joven, fijamente a los ojos, y los entrecerró en señal de amistad. Luego desapareció entre los arbustos. Sola se quedó la niña bajo el reflejo de Selene, pensando.

    Janis Joplin – Half Moon

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  • A Escondidas

    Sugerencia de escritura del día
    Cuéntanos algo que la mayoría de la gente probablemente desconoce de ti.

     – No sé si es buena idea.

    Aster no le dejó terminar la frase y la besó, primero en la boca, luego en el cuello, con suavidad, subiendo poco a poco de intensidad.

     -… No. Para. Nos van a ver… – Dijo Yelena entrecerrando los ojos

     – Tranquila, aquí no hay cámaras.

     – ¿De verdad?

     – Te lo aseguro, si fuera así yo tendría acceso a ellas.

    Lena se dio la vuelta buscando sus labios una vez más, él recorría su cuerpo, acariciaba con sus grandes manos las curvas de sus caderas, ella apretaba su cuerpo en un abrazo, recorriendo su espalda, luchando por arrancarle la ropa con desesperación. Aster, con dulzura, se deshizo de la camiseta de Yelena, quedó flotando alrededor de ellos.

    La ropa se mantenía suspendida en el aire, mientras ellos, ajenos al baile de la órbita de sus prendas de vestir, estaban más ocupados en intentar mantenerse pegados, sin colisionar con las paredes. Las risas de Lena contrastaba con el intento desesperado por mantener un ritmo constante entre el movimiento y evitar salir disparado hacia el lado contrario.

    Lena agarró fuerte con sus piernas el cuerpo de Aster, haciendo golpear su espalda con la pared más próxima, se agarró con las manos de la escalerilla y cabalgó fuerte sobre él, o debajo de él, la falta de gravedad impedía saberlo claramente.

     – ¿Lo habías hecho antes en la estación? – Preguntó Lena entre risas

     – Nunca, pero lo estaba deseando.

    En la pantalla de la sala de mandos del módulo, la imagen de cuerpos flotando llamó profundamente la atención al oficial de guardia.

     – ¡Eh Martínez! ¡Ven a ver esto!

     – ¡No! ¡Por dios! – Martínez se llevó la mano a la frente – Nosotros aquí de guardia y estos follando como locos en el almacén de residuos sólidos.

     – ¡Calla y aprende envidioso! Me debes cincuenta pavos.

     – Pues como toquen esa válvula van a nadar en mierda, literalmente.

     – Te apuesto otros cincuenta a que terminan dándole.

     – ¡Hecho!

    Marilyn Manson – The Speed of Pain

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