Autor: DeOniros

  • Diálogos en la posada

    Diálogos en la posada

    – Buenas noches, una cerveza por favor.

    -Hola, solo tengo estas.

    -¿Qué tal es?

    -Pues según gustos, sabe azul.

    -Acabo de ver que no dispongo de dinero…

    -Aquí puedes pagar con sueños.

    -¿Con sueños?

    -Si.

    -¿Vale ese sueño que caes y caes y no llegas nunca al final?

    -Vale, con ese puedes pagar la cerveza.

    -Es verdad, sabe azul.

    -¿Le gusta?

    -No sé, es rara, un poco celeste para mi gusto.

    -Ya…

    – ¿Y algo de picar?, Tengo un sueño que me persigue alguien y yo huyo, pero parece que no avanzo.

    -Con ese solo puedo ofrecerle otra cerveza, cuanto más personal sea el sueño, mayor valor tiene.

    -Un sueño en el que tengo nueve años y veo a mi prima cambiarse de ropa en el lavabo.

    -Eso no es un sueño, sino un recuerdo.

    -a ver este. Estoy paseando por la avenida principal de mi pueblo, en primavera, cuando las flores de los jardines ofrecen un espectáculo de color. Me miran al pasar, sonrío y me siento deseado. En el camino encuentro un espejo cuadrado flotando y me miro. Me doy cuenta de que estoy desnudo, lo único que llevo puesto es una ridícula pajarita rosa y una enorme erección. Me lleno de angustia, mientras que los transeúntes me señalan entre risas y burlas.

    -Ese sueño vale una empanadilla.

    -Vale, ¿y este? Voy cantando por un bosque limpio y frondoso, con olor a eucalipto y una brisa fresca que me recorre el cuerpo…

    -¿También va desnudo?

    -No, vestido de Caperucita Roja. De repente se hace la oscuridad en el bosque y sale una criatura de entre los matorrales, pero no es un lobo. Es un inspector de hacienda de dos cabezas que empieza a pedirme facturas a dos voces…

    -Por ese una croqueta. Pero, ¿usted solo tiene pesadillas? ¿No tiene ningún sueño feliz? Esos tienen más valor.

    -Es igual, total, se me está pasando el hambre.

    -Mañana, si vuelve, con este sueño, el que está ocurriendo ahora, tendrá al menos para cenar. Pero por favor, venga vestido.

    The Smashing Pumpkins – Zero
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  • Cocina con el abuelo

    Cocina con el abuelo

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué aperitivo te comerías ahora mismo?

    -Buenos días a todos, todas, todes y buen apetito. Como cada mañana, las recetas más vanguardistas de la mano de un servidor. Andrés Kurosawa.

    -Tras la reciente colonización del planeta Kepler, nos llega a las cocinas del país nuevo género, espectaculares frutas y verduras, carnes deliciosas y mi favorito, el futumari.

    -Por si todavía no lo saben, el futumari es un animal que se cría en las costas de Kepler, muy común por allí. Tiene forma de pescado, pero tiene patas, así que es como un cabracho que anda por las playas en busca de cangrejos.

    -Lo dicho, al lío. Hoy en cocinando con Kurosawa; Futomari con salsa de Mango.

    -Para la salsa necesitamos 3 dientes de ajo, 30 gramos de aceite de oliva, 1 mango maduro grande, 150 gramos de caldo de pollo y un poco de vinagre, al gusto de cada uno, a mí no me gusta, le echo muy poco. Es muy fácil de preparar, y con este mango que tengo aquí preparado quedará para chuparse los dedos. Pelamos el Mango. Yo lo corto a tacos, así, para que las hebras no se noten mucho al comerlo. ¿Os he contado alguna vez las propiedades que tiene el mango? Es buenísimo para la salud intestinal, claro, como tiene tanta fibra…

    -Una vez pelados los ingredientes, todo a la trituradora hasta que quede una pasta. Me encanta el sonido de este aparato, suena… como la música moderna, no tiene desperdicio. Una vez que esté bien triturado se reserva.

    -Ahora viene el ingrediente fuerte de este delicioso plato. El futomari es muy fácil de limpiar, la piel se puede comer y está muy buena churruscada. Hay que tener mucho cuidado al retirar las aletas, ya que estas contienen una toxina con un efecto alucinógeno importante, así que ya sabes, no te pinches con el futomari o vas a alucinar.

    -Una vez limpio, ponemos todo en una bandeja, lo recubrimos con la salsa de mango y al horno una media hora y querido espectador…, Regado con vino azul keriano es bocatto di cardinale.

    -Abueeeeloooo, ¿ya te has vuelto a pinchar con el futomari?

    The Flaming Lips – She Don´t Use Jelly
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  • Más vino, por favor.

    Más vino, por favor.

    -… ¿Y a este líquido espeso y azul le llamáis vino?

    El piloto estaba muy enfadado, no solo la ruta no era de su agrado, sino que tenía que pasar varios días esperando para su abastecimiento.

    -Aquí no hay uvas- Respondió divertido el cantinero mientras fregaba unas jarras- No se pueden cultivar aquí, pero pruebe usted ese vino, y me cuenta-

    Sin convicción, el piloto se aventuró a probarlo. Alzo su copa, la removió provocando que la intensidad de su color se acentuara y se la acercó a la nariz. Percibió notas de azahar, de limón, de todos los cítricos que pudo recordar en sus paseos por los campos mediterráneos cuando era niño y pasaba sus vacaciones en Valencia. En cuanto al sabor, la agradable frescura dejaba paso a unas notas dulces y sedosa sensación en el paladar, equilibrio perfecto de acidez con un fondo amargo extrañamente agradable. El piloto, mirando al cantinero sin poder evitar expresión de sorpresa, estaba sin palabras.

                    -Que no sean uvas de la tierra no significa que no esté bueno-

                    -Pero, es maravilloso- Estaba extasiado por tan feliz descubrimiento -Quiero más-

                    -Aunque no parezca gran cosa…- Dijo el cantinero rellenando de líquido azul la copa del ahora sonriente piloto -… Este planeta tiene muchos secretos bastante agradables.

                    -Qué interesante, ¿se come esa sorpresa?

    Con la sonrisa ancha de quien está orgulloso de lo que hace, saco de la cocina un plato con unas croquetas color verdoso, si bien no tenía buena pinta, despedía un aroma espectacular. El piloto agarró una con los dedos, examinándola con curiosidad, le recordó a pollo rebozado estilo Nuggets. Crujiente en la boca y un sabor que no podía comparar.

                    -¡Esto está increíble!- Su expresión de pura felicidad, como la de un niño que ve a Papa Noel cargado de regalos- Esto necesita más vino azul, como lo llamáis?

                    -Vino Keriano le llamamos, pero si me lo permite, no deberías abusar, pues tiene algún que otro curioso efecto en…-

                    -No creo que sea más potente que la porquería de licor que se destila en la nave, eso sí que deja una resaca bárbara.

    Hablaron un buen rato, camarero y astronauta, de platos, curiosidades de la zona. Entre tanto, el navegante, vació dos botellas del preciado néctar que Dionisio quiso volver azul en este misterioso planeta. La fuerza de la naturaleza, como en cualquier parte del universo, hizo que el piloto necesitase usar el lavabo, donde, al asomarse en el espejo, comprobó con gran estupor que su piel se había vuelto azulada, casi del color del vino. Atemorizado, se dirigió a su único conocido en el lugar pidiéndole asistencia médica.

                    -No te preocupes, no es nada- Dijo el mesonero conteniendo una carcajada. – Es uno de los efectos del vino, se te irá mañana. Según se te quite la resaca irá aclarando tu piel. No es más dañino de lo que pueda ser la propia borrachera –

                    -¿Seguro que es inofensivo?

                    -Sí, fíjate cuánta gente encuentras del mismo color-

    Mirando alrededor, la recién conocida pareja encontró a varios bebedores de cara azul en el local que alzaban alegres sus copas en alegres conversaciones.

                    – ¿Y dices que hay otros efectos?

                    – Si, y lo notaras inmediatamente en cuanto pases al lado de una dama.

    The Jesus and Mary Chain – Sometimes Always
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  • El lamento del tiempo

    El lamento del tiempo

    Frente a Eva, un lamento se deslizaba por el plácido viento de las orillas del océano turquesa de Nueva Tierra Kepler, el lamento de quienes se van y no van a volver. A caballos de la Nave Hope II que tronaba ya en el cielo que el Sol Kepler tornaba naranja. Sus lágrimas ya estaban secas, pero la certeza, de que pronto el abismo del espacio-tiempo, abriría una brecha separándola de él, le quemó en su interior.
    Ella había escogido quedarse antes de conocerle, ahora la luz los separaría, vivirían en mundos diferentes, en tiempos diferentes. Cuando se marchó, dejó a su familia atrás, en aquella tierra oscura y oxidada, condenada por sus habitantes, a quienes la moral obligaba a rescatar. Cuarenta y nueve años luz del nuevo hogar.
    De manera inesperada, al final de la delgada línea que cortaba el cielo, del fuego fatuo blanco que luchaba por salir de la atmósfera empezaron a desprenderse luciérnagas a todas direcciones, las cápsulas de emergencia habían saltado. Pronto, el cielo estalló en fuegos artificiales. Ya no había esperanza para la vieja Tierra pero si se veían en el brillo de la mirada de Eva.

    Sidonie – A mil años luz
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  • Venus sobre Marte

    Venus sobre Marte

    Fue Venus, ofuscada en la caída de mis párpados, quien me entrego el deseo en el reino de Morfeo. En mi piel resbalaba el verbo, sin rostro, de un perfume de ánima perdida que se encontró con mi carne y descubrió que la amaba. Tal fue el delirio en el acerbo cometido que deslizándose tranquilo, el instante mi dulzura creció extrema. Expresión verbal con carácter galorromance, miel de lirio entre labios ardientes. Deseo urgente de naufragio, sobre las costas de invisibles caderas, que no le basta al colibrí con acariciar el néctar, necesita profanar la rosa y descansar en ella.

    Me expulsó el timbre agónico que, maldiciendo melodías, engendrando un destino, donde no estaban tus besos, al borde de fallecer, matando sombras y tornándome vivo. Cruz en el calendario, que rige mi fortuna, dame la paz ausente de derrotar mi anhelo de padecer lasitud.

    Iron Maiden – Infinite Dreams
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  • El Onironauta

    El Onironauta

    En algún lugar entre el sueño y la vigilia, hay un refugio que no figura en los mapas: una posada de tinta, memoria y eco.

    Aquí reposan palabras que aún arden, leyendas que no se resignan al olvido, fragmentos de un mundo visto al trasluz de lo imposible.

    No soy guardián ni guía, apenas un viajero que anota lo que sueña. Pero si ha llegado hasta aquí, quizás también escuche el mismo llamado.

    Pase. Descalce el miedo. Deje que la realidad tiemble un poco.

    —DeOniros

    Judas Priest – Dream Deceiver
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