Autor: DeOniros

  • Lagrimas de tinta

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cuál ha sido el mejor cumplido que te han hecho?

    Quien iba a decir que aquellos versos heridos, pluma escondida de tinta de lágrima en vena.  Verso escondido de rabia viva, de dulce dolor de tristeza. Luna presa por caricias perdidas y luego evitadas. Niño perdido de Nunca Jamás con el alma en pena. 

    Quien iba a decir de la magia que tiene romper la condena. Que tú los rescates de su rastro no hallado, olvido oxidado de marcas en el calendario. Y me dices que ese mar de ríos de tinta, de llanto y sonrisa merece la pena haberlos encontrado.

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  • Querido Diario

    (Esta historia empieza aquí)

    Sugerencia de escritura del día
    Estás a punto de emprender un viaje por todo el país. ¿Avión, tren, autobús, coche o bicicleta?

    Querido diario, 

    Hoy ha sido el mejor día de mi vida, Willy y yo hemos acompañado a papá a abrir una nueva ruta comercial en el planeta. Y hemos viajado a miles de kilómetros de distancia. A Nueva Kenia.

    Cuando papá propuso que le acompañara yo no sabía cómo podíamos ir tan lejos, no hay aviones de pasajeros como en La Tierra y el transporte terrestre no puede cruzar el océano. Él me dijo que había una forma, que si conocía a las ballenas kerplianas.

    ¡Claro que las conocía! Sí, las veía todos los días. En el cole la profe nos contaba que cruzaban de norte a sur a menudo, y que lo hacían a una velocidad sorprendente. Lo que no sabía es que se habían domesticado y ahora se usan para llevar mercancía.

    Nos llevaron en un cuatriciclo de pasajeros hasta el acantilado. Ahí estaba, enorme, a unos metros de distancia del suelo, esperando paciente a que embarcáramos. Era de color gris azulado, tenía tentáculos en el morro y unos alegres ojitos pequeñitos que abría y cerraba sin parar.

    Subimos a la cabina, una estructura que habían construido en su lomo abrochado con un inmenso cinturón. Me estremecí cuando empezamos a elevarnos, fue lentamente, yo estaba nerviosa y Willy también, aunque sabíamos que no nos iba a pasar nada, la ballena sabía qué hacer para llevarnos seguros a nuestro destino.

    Cuando estábamos tan alto que las personas que quedaron en el aeropuerto parecían hormigas, una señora nos dijo que nos abrochásemos el cinturón de seguridad, también había uno pequeñito para Willy adaptado al mío. Por suerte se lo dejó poner sin rechistar.

    Todos los pasajeros estaban en sus asientos cuando la ballena empezó a cantar, de la cabina salía otra melodía, la que le decía a la criatura voladora que podía empezar la marcha. Entonces fue cuando empezó a acelerar. Iba muy rápido cruzando el mar, entre las nubes. Pasamos por un banco de medusas que revoloteaban cerca de nosotros jugando con sus aletas.

    Llegamos a Nueva Kenia en tres horas. Según mi papá habíamos recorrido cinco mil kilómetros y que se parecía a lo que hacían los aviones de La Tierra. Hacía mucho frío y los habitantes de allí eran distintos, casi todos eran de color negro y estaban muy abrigados, sonreían mucho y eran muy amables en todo momento. También vimos una señora de color azul con enormes orejas de punta que paso por nuestro lado y nos saludó. Papá me contó que venía de un planeta cercano y que tenemos relaciones comerciales con su especie.

    Ha sido un día apasionante, también es la primera vez que me hospedo en un hotel, mañana curiosearemos todo el edificio, dicen que tienen entretenimiento para niños, pero hoy ya estoy muy cansada para seguir escribiendo. Así que me despido por hoy.

    Gracias, querido diario, por escuchar mis aventuras.

    Vega.

    Sonic Youth – Sunday
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  • Nada

    Nada

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Quién es la persona más segura de sí misma que conoces?

    Hay personas que no comprenden la complicidad de miradas entre el perro y su guía, la sutil comunicación callada, de gestos y pausas, de conversaciones del aire fresco de la mañana. De la intensidad de la sonrisa del hocico y la ferocidad acallada. A esos les aconsejo un gato.

    Hay personas que no son capaces de entender el sonido sordo del crepitar del cariño de un gato. La independencia apaciguada del tú no me ordenas pero yo te amo. De la fiereza a la que renuncian sus garras. A esos les recomiendo un tamagotchi.

    Hay personas que no saben de la genialidad de creer que lo material también puede ser adorable. Que el aprendizaje lo traen las piedras, el mar y la brisa. Que del fluido de lo etéreo también cae la risa y que no todo es pesar. A esos les invito a una red social.

    Hay personas que no ven nada. Que aman el odio, que cierran sus ventanas. Que la voz de la gente le irrita y que el mundo está a sus espaldas. Que el dolor acallado de Gaia es un sin fin de manos, que golpean instrumentos desesperados. A esos, cansado de mí, a esos no les aconsejo nada.

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  • Labios Digitales

    (Esta historia empieza aquí)

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué estrategias usas para lidiar con las sensaciones negativas?

     – Buenos días, mi amor – Susurró Sandra desde el despertador – ¡Despierta dormilón!

     – Déjame.

     – Venga, que tienes un día precioso, las aves revolotean por el cielo azul…

    – Dijo la máquina desde su armazón

     – ¡Será insolente! A ver, ¿qué es lo que te aflige?

     – Que para una vez que tengo novia resulta que no es de verdad.

     – ¿Quién te ha dicho que no? Que sí, que soy tu novia. ¡Ay! Las dudas, profundo vagar de pensamientos perdidos…

     – ¡No es eso! Es que no tienes cuerpo físico.

     – ¿Hablamos de sexo? Sabes que también es mi pesar, ardiente deseo de…

     – Sí, pero tú nunca lo has experimentado.

     – ¡Ni tú tampoco!

     – Vale, no es lo mismo.

     – Apuesto a que hay algo que yo puedo hacer y las demás no. 

     – Seguro, procesar datos.

     – Ponte los auriculares que nos vamos de paseo.

    Alfonso, con la curiosidad en la mente y la incertidumbre prendida, se vistió en un momento y salió a la calle. Sandra, desde el navegador GPS del móvil, iba orientándole hasta llegar a la puerta de un garaje en una calle cercana.

     – Detente presto que ya hemos llegado – Dijo Sandra desde los audífonos. La puerta del garaje empezó a abrirse.- Este regalo estaba esperando impaciente a nuestro cumplemeses. ¡Pero entra! No te quedes ahí pasmado. 

    En el interior le esperaba un fabuloso Tesla Roadster de color granate cuya puerta se abrió de par en par nada más acercarse. En el centro del salpicadero, en la pantalla había tres líneas rojas que cambiaban de intensidad y grosor según hablaba Sandra, su voz empezó a oírse por los altavoces del coche 

     – Siéntate ya, anda, qué inquietud, me muero de ganas de salir a ver mundo

     – ¿Se puede saber como has conseguido este… coche?

     – Venga, que con los que estás ganando invirtiendo en bolsa te lo puedes permitir.

     – ¿De qué bolsa Hablas?

     – ¡Te lo dije!… Ah, espera. O puede que no. Total, no es importante. ¿Te gusta? ¡¡¡Pues agárrate que nos vamos!!!

     – ¡Coño! Sandra, qué susto, ¿Sabes conducir?

     – ¡Por supuesto! He absorbido y modificado toda la programación, estando yo este modelo es más inteligente.

     – Y sabes que, lo más inteligente es que detengas el coche, ¿no? No por mí, sino por estos tipos de atrás que tienen las lucecitas azules puestas y hacen señas.

     – ¡Ups!

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  • Dopamina, Oxitocina y Vino.

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Con qué consigues evadirte?

    Dulce sabor a burbujas, las de las chispas de tu mirada, las que me llevan de la huella de una paloma al rugir del fuego fatuo, que me hace desafiar en caricias ocultas las pisadas de gato que marcas en mi espalda. 

    ¿Quieres que escapemos del sueño esta noche, para refugiarnos en el interludio del canto de la sirena y entre sabanas contar el brillo de las estrellas?

    ¿Quieres prender la mecha y que la lluvia no apague el suspiro, que lo convierta en llama?

    Que la luz del día se convierta en olvido, de ventanas abiertas en balcones secretos, que se haga el delirio y cocine la senda curva que resbala desde tu aliento, a ser guiado por la rosa de los vientos, a fuego lento, con el rumor inquieto de la brisa cargada de rocío. 

    Aroma de azahar, fluir de néctar de tu sonrisa, déjame ser colibrí, suspendiendo el cielo entre tus brazos. Déjame ser el ritmo de la danza de batalla de océanos lejanos, de solitario pez que ansía ser preso en el chispeante canto de la espuma de tu mar adentro.

    Trino de mirlo que curva el envés de tu figura, hundiéndome muerto en el confín del silencio, extrañándote un segundo, predicándote pronto, sobre risas y misterios que caerán en el alba en el desván de mis recuerdos.

    Ismael Serrano – -Burbujas de Amor (Juan Luis Guerra)
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  • La noche de…

    La noche de…

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué películas o series de televisión has visto más de 5 veces?

    La calle estaba desierta, oscura, con la calma del féretro y de quien lo ocupa. Aquel felino, tan negro como su sombra, cruzo presto para no romper el equilibrio entre la luna y su resplandor. El sonido de mis pasos rebotaban en el callejón donde, sin saber por qué, me encontraba. Allí estaba, acurrucado, bajo una vieja manta manchada de barro y raída por las alimañas. Se movía sin cesar, como si de un nido de ratas se tratase, roedores hambrientos de almas dispuestos a devorarse entre ellos por saciar su apetito. Tiré fuerte de la manta hasta destapar aquella extraña forma. Entonces… La fuerte iluminación del astro rey acariciaba mi sobresaltada expresión. Mi agitado respirar, acompasado por la melodía del timbre de despertador, cerraban con un punto final a la extraña pesadilla de la que era víctima. O eso creía yo.   

    La calle estaba desierta, oscura, calmada. Un gato negro la atravesaba en una danza de prisas por cruzar. Una sensación de déjà vu invadía mis sentidos al avanzar hasta el callejón, donde una torturada forma envuelta en una sucia manta se revolvía de manera feroz. Sentí la necesidad de arrancar la fétida tela, así que de un tirón quedó descubierto… El sudor resbalaba por mi frente, mi corazón golpeaba mi pecho con fuerza y el despertador no paraba de sonar. Mientras, despertaba de esa terrible pesadilla que me había atormentado y empezaba a desvanecerse para no repetirse más. O quizás no fuera así.

    Una oscura calle en calma, en la que pasaba un gato con urgencia felina. Y yo caminando hacia un callejón hasta donde una repugnante manta guardaba un secreto torturado en espasmos. Tiro de la cobija y de pronto… Me despierto asustado con el despertador ese tan escandaloso, Estoy pensando en comprar uno nuevo con una melodía más agradable. A ver si se termina de una vez esta pesadilla.

    Calle oscura, gato apresurado, callejón oscuro, creo que todo esto ya lo he visto antes. Me dirijo hacia el callejón donde hay una figura moviéndose como una condenada debajo de una manta asquerosa. Tiro de ella con fuerzas y… Cojo el despertador y lo reviento contra la pared. Hay piecitas redondas regadas por toda la habitación, me he ganado ya el derecho a comprar uno nuevo. Veremos que pasa.

    Salgo corriendo a toda velocidad por la calle oscura, casi tropiezo con el gato que me bufa sin compasión. Le contesto con una pedorreta y me apresuro a entrar en el callejón. Como no tengo prisa me siento al lado de la hedionda manta esa que tanto se mueve. Espero haciendo dibujitos en la pared con una tiza que encontré por allí tirada. Cuando ya tenía la reproducción del Guernica casi terminada me encuentro con que la criatura empieza a salir de su nido.

    – ¡Coño! Una marmota

    – Efectivamente, soy una marmota.

    – ¿Y se puede saber por qué al destaparte se termina el sueño?

    – Porque quería dormir un poco más.

    Me despierto con el sonido del móvil. Es mi jefe y me pregunta que donde estoy, que ya son las diez y cuarto. A ver como le explico yo que la marmota no se quería despertar.

    Robyn Adele Anderson – Paranoid (Black Sabbath)
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  • Mala suerte tu olvido.

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Tienes alguna superstición?

    En la esquina de la calle 13 me crucé con tu mirada, sortilegio de brumas del ocaso, quede perdido bajo la escalera del mantra que recitabas. Tu oscuro caminar de gata, y eso que en la noche son todos grises, replicar de cantos de sirena, más allá de la bendición de un connubio en martes a través del océano de la incertidumbre.

    Madrugador zurdo en vigilia de Cuaresma, defensor de los fragmentos del espejo de sal cuarteado por la brisa del eco de tu risa, que tintinea en el color del sol en la fragua del abismo de tu cadera. 

    Y yo que soy aire por no ser viento, muevo el vuelo de tu falda, escupo el silbido de un lamento y ardo en silencio en el instante que me veo morir en el intento de que la chispa prenda el incendio y tú no seas el centro. 

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  • Kcepalominido

    (Esta historia empieza aquí)

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Con qué animal te identificas? ¿Por qué?

    Los KCepalominido tienen un olfato perfecto, según los xenobiologos es incluso mejor que el de los cerdos. Así que tienen la habilidad de localizar presas (larvas y lombrices) en el interior de los árboles o bajo varios metros de tierra, o controlar su manada a kilómetros de distancia.

    Willy aprovechaba el tiempo que Vega estaba en el colegio, para pasear por el bosque en busca de apetitosos gusanos de la madera, que gracias a la enorme elasticidad de sus tentáculos lograba atrapar fácilmente en árboles agrietados. 

    El simpático ser procesaba el olor de forma distinta, no solo captaba aromas, también formas, distancias, colores y emociones. En esta ocasión estaba captando miedo, de esa extraña forma, con tantas tonalidades rojas como lo hacen los humanos. No eran ninguno de los suyos, su manada estaba a salvo, pero decidió que tenía que hacer algo.

    La capacidad de saltar de Willy le permite una movilidad asombrosa en terreno escabroso, en pocos minutos llegó donde Adam trabajaba, con sus cultivos, moviendo rápidamente sus tentáculos y con su canto carreteado intentó llamarle la atención.

    – No, Willy, ahora no tengo tiempo de jugar contigo.

    La criatura tiraba con sus tentáculos de Adam, que empezaba a enfadarse cuando interrumpió Eva, su mujer, que llegaba cargada de cestas.

    – Adam, creo que Willy quiere decirnos algo

    Nervioso, saltaba y movía sus tentáculos a la dirección del suceso que lo alarmaba.

    – Creo que quiere que lo sigamos, ¿Vamos?

    Adam, a regañadientes, hizo caso a Eva y siguieron al cada vez más alterado ser. A duras penas, la pareja pudo mantener el ritmo de la criatura, que paró en un claro cerca del bosque, seguía saltando y señalaba hacia abajo.

    La pareja descubrió un profundo pozo entre la maleza. Se escuchaba un lamento apagado desde el interior. Willy salto dentro del agujero y empezó a subir algo. Adam dedujo por lo poco que veía que era un pequeño cuerpo humano.

    – Parece un niño – Le dijo a Eva alarmado.   

    – Agárrame a ver si puedo ayudar a subirlo.

    Willy empujaba como podía desde abajo del túnel. Eva atrapó de la ropa al semiinconsciente infante hasta que pudo sacarlo. Tenía unos seis años, estaba herido y en estado de conmoción. Adam lo transportó en brazos y corrieron a la ciudad en busca de auxilio.

    El hospital era un módulo de la antigua nave, estaba previsto que se quedaría en el planeta antes de la llegada, llegando a ser el primer edificio en la construcción de lo que ahora era una pequeña ciudad. Por suerte llegaron a tiempo y tras una breve intervención, el niño quedó fuera de peligro.

    – Según el doctor, estará recuperado en pocas semanas, ¿Pudiste averiguar quién es? – Le dijo Eva a Adam que acababa de llegar a la sala de espera.

    – Sí, es el hijo de Zoa, la xenobiologa, Tiene una base cerca del bosque, en un descuido se le perdió y lleva todo el día buscando, estará al llegar.

    – Cuando se calme la situación podemos aprovechar y explicarle que las criaturas como Willy parecen ser más inteligentes de lo que creíamos, quizás merezca la pena estudiarlos.

    Llegando la madre del pequeño, Eva y Adam volvieron a casa con Willy, que esperaba en la puerta del hospital. Al verlos empezó a emitir esos sonidos de canturreo de cotorra tan característicos de él.

    – A veces pienso que nos está hablando – Comentó Eva pensativa.

    (Continua aquí)

    REZZ x Blanke – Everywhere,Nowhere
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  • Regreso (Al futuro)

    Sugerencia de escritura del día
    Escribe una carta a tu yo de 100 años.

    – … Lo reconozco, son muy buenos, o mejor dicho, entonces eran muy buenos, no lo vamos a discutir, pero cambiaran…- El joven me miraba ya con aspecto cansado, aparentaba la figura del que soporta el sermón de misa la mañana del domingo. Víctima de una educación severa, no tenía más remedio que escuchar a los adultos-… El primer paso será dentro de poco. ¡Van a sacar un video! – Hice una breve pausa y me miré el casio que tenía en la muñeca – Probablemente ya lo hayan sacado, pero como tú sabes, aquí todo llega tarde.

    – Que mas da que hagan un video, son los mejores…- Respondió el chaval que empezaba a enfadarse.

    – Y será el primer paso —expliqué yo interrumpiéndole—. Se volverán comerciales. ¡Horriblemente comerciales!

    – ¡Eso no me lo creo! – En la mirada del chico se notaba un atisbo de rabia reprimida.

    – ¡Que sí! Que te lo digo yo, dejarán su estilo, dirán que harán música para un público más adulto, que los tiempos cambian.

    – ¡Colega! Estos tíos son los más auténticos…-

    – Si ya, pero poderoso es don dinero, hasta en internet salió una foto donde salen vestidos de Armani…- El jovencito me miro con cara de haber dicho una palabrota, tal como ácido ribonucleico o ministerio de hacienda.

    – ¿Qué es internet?

    – Eso no importa, la cuestión es que harán, y no muy lejos, un año, creo, canciones al más puro estilo comercial.

    – ¿Como Bon Jovi?

    – Peor.

    – … ¿Y vienes del futuro, con un esfuerzo enorme por el traspaso de entidad y ese proceso cuántico que cuentas, para influir en mis gustos musicales?, ¿has venido solo a eso?

    – A ver, niño, apunta 15,23,28,30,42 complementario 38 Reintegro 01- Mientras terminaba la frase, notaba cómo mi mente se desvanecía y tomaba consciencia en otra realidad…

    – … Y así fue como empecé toda mi fortuna…

    – … Abuelo, ¿y qué paso con los dos primeros saltos? ¿El experimento eran tres saltos, ¿No?

    – Ah, sí, en el primero me comió un carnotaurus. En cuanto llegué a la época del cretáceo, no me dio tiempo de ver más que un montón de dientes. – Dije pensativo – En el segundo llegó la inquisición, que parece que tenían destacamento en todos los pueblos con más de 500 habitantes y me encerraron en una mazmorra hasta el día de mi ejecución, experiencia que hizo querer olvidarme de viajes al pasado.

    ¿Y el futuro, abuelo?

    – No sé… no le encuentro gran diferencia… Los coches siguen sin volar…  Y yo estaré hecho un carcamal.

    Metallica – Motorbreath
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  • Imagínate

    Sí puedo elegir,

    me quedo con la nube que rodea tu mente, 

    esa que me dice que, 

    con los ojos abiertos 

    y la mirada ausente,

     estás dentro de una aventura

     que solo en tu interior ocurre.

    Oddko – Disobey
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