Autor: DeOniros

  • Mi Vereda

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Eres líder o seguidor?

    En una nube tengo mi posada, en un pedazo de sueño, regalo de Oniros, está mi hogar. Me dejo ayudar por almas en pena, con buena intención, y pasión por su faena. Más no seré dueño y señor, inexistente ser frente a mi lanza, solo soy yo, y no pretendo nada.

    Cambio mi copa por un momento, de luces o de sombras siempre sinceras, pero no te debo más, tan solo tu compañía si es grata, Si no, la senda es larga y ahí tienes tu camino, que no es mi vereda. 

    He sido rey esclavo, perdí mi corona huyendo de mis cadenas, en el frío mundo de la imposición, por eso en mi posada, todos beben, todos hablan, pero no hay un gesto alto, no hay orden del cielo, no hay quien a todos decrete que ahora deben hacerlo.

    Aquí somos melodías al compás disonante, de una odisea sideral con una nota equivocada.

    Somos iguales entrelazados en versos armónicos sin rima definida.

    Somos antimateria cautivada por las trampas que hizo Penning en una jaula electrificada.

    Somos gotas de tinta eléctrica desafiando la carencia de la palabra.

    Ozzy Osbourne – You´re No Different
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  • En el Aire

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cuáles son las 5 frutas que más te gustan?

    – Buenas noches, bienvenidas, bienvenidos todos a este espacio que, como cada noche, os acerca la diversidad milenaria cultural a través de la mirada de cualquier habitante del planeta. Aquí en la Radio Nacional. Matices Boreales.

    – Hoy en nuestro programa le vamos a hablar de frutas. Si de frutas, os estaréis preguntando qué relación tienen las frutas con la cultura, pues la verdad es que poco, pero nuestro invitado de hoy está empeñado en que sí, así que demos paso a Alba Ricoque, ilustrada nutricionista, para que nos lo explique.

     – Efectivamente, aunque no lo creas, la carga cultural en cada gramo de fruta puede ser hasta superior que la vitamínica. Traigo aquí unos ejemplos que lo confirman. Este es el primero.

     – ¿Un plátano?

     – Figura fálica donde las haya, fue considerado en muchas civilizaciones un mensaje divino de fertilidad. 

     – ¿Los dioses proponen la ingesta de esta fruta para procrear?

     – No, les indican gráficamente que es lo que tenían que usar para tener descendencia y no tanto rogar. De ahí sale la canción que rinde pleitesía al culto divino de épocas remotas; la única fruta del amor es la banana. Cosa que no es del todo cierto. Y lo demuestro con esto.

     – Que es una manzana.

     – Y no una manzana cualquiera, es la que mordió Eva.

     – Yo la veo bastante entera.

     – Gññf, Yah Noh.

     – Como ya imaginarán entre nuestros oyentes, nuestra invitada le ha dado un gran mordisco a esta redondeada fruta dejando las semillas al descubierto.

     – En el cristianismo hay numerosas referencias frutales, esta es la más importante de todas, la manzana como símbolo de la ruptura de la inocencia, Ya no hablamos solo del carácter sexual de la fruta en sí, además, era un placer prohibido.

     – Duramente prohibido.

     – Por eso lo del crujido al morder. Vamos con la tercera muestra.

     – ¿Qué es eso?

     – Una papaya, ¿no conoces la papaya?

     – Señora, yo soy de Móstoles, aquí no hay papayas.

     – Sensual manjar cuyo sabor se está perdiendo. Como dijo un conocido actor en una entrevista en la televisión de Cuba, “me encanta comer papaya” contando con la aprobación inmediata de todo el país a sabiendas de los beneficios que aportan para la salud física y sexual. Conocido afrodisíaco, así que te recomiendo que la pruebes. Vamos con la última, la piña colada.

     – ¿No eran cinco frutas las que ibas a poner de ejemplo?

     – Bueno, la piña colada está hecha de piña y coco.

     – Y un poco de ron.

    – Exacto, es un ejemplo claro de solicitud mía hacia cualquier miembro de este programa, porque, ya que no me pagan por asistir, a ver si me invitaban a tan tentador combinado de frutas y fermento de caña de azúcar.

     – Emborrachémonos pues.

     – Yo sí, pero no con usted, me temo que, para mi desagrado, tiene falta de riego en la banana.

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  • Recuerda

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué pequeña mejora puedes hacer en tu vida?

    ¿Tiene problemas al recordar momentos? 

    ¿Le cuesta saber donde ha dejado sus objetos personales o no recuerda las contraseñas?

    ¿Ha querido estudiar filosofía, pero nunca ha tenido tiempo?

    ¡Tenemos la solución!

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  • Acantilado

    Sugerencia de escritura del día
    Explica una historia sobre alguien que haya tenido un impacto positivo en tu vida.

    Al filo del acantilado miraba el canto de la pardela. La cadencia milagrosa que le hacía retornar a las piedras en su mundo de viento y de salado aliento. Fue entonces cuando reparé en él.

     -¿No son mágicas estas aves? -Me dijo al cruzar mi mirada y comprender mi abstracción en el paisaje- Viven de día y de noche en una constante danza en las alturas. Sin importarle más que el mar y las rocas, a pesar de la discusión eterna que siempre mantienen entre ellas.

     -Su mundo parece enorme a la vista, pero a mí se me hace pequeño.- Le respondí.

     -Entonces es hora de alzar el vuelo y no de quedarte en el hogar de las pardelas.

    Con esas palabras comprendí que ya no quería volar juntos a estas aves marinas en el océano. Que el destino me estaba esperando en otro lugar, más allá de donde mi pensamiento me estaba encerrando.

    Así que me fui con el viento.

    The Smashing Pumpkins – Today
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  • La Respuesta

    Mi participación en el reto de Escribir Jugando.

    https://lidiacastronavas.com/2024/05/01/escribir-jugando-mayo-24/

    Punta de flecha de obsidiana. Info siguiendo el link.

     – Es una punta de flecha de obsidiana. Tus antepasados lo usaban para otras cosas, tú lo usarás para encontrar algo que hayas perdido, A veces una respuesta.

     – ¿Una respuesta?

    -Sí, siempre te enseñará algo. ¡Tírala!

    Así lo hizo Kendra, el objeto resbaló por la mesa derribando el mazo de cartas de tarot, quedó mágicamente parado encima de una carta.

     -Clara respuesta.

     – Estas cartas cuentan el futuro.

     – No siempre, esta habla del equilibrio. Como el equilibrio natural que debe entender quien estudia artes arcanas.

     -Como yo.

     -Recuerda, la interpretación tendrás que averiguarla tú. Buena oportunidad para meditar.

     -Vale abuela.

     -¿Galletitas?

     -Siiii.

    Yeule – Pretty Bones
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  • Sinfonía de Korotkoff

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué es para ti la libertad?

    Constante, el trino del monitor, con su delator latido, que me contaba que por ahora no hay que temer. Magia de la aguja clavada en mi brazo, que goteaba incesante, que me inducía a otro mundo. Mi mundo libre de frías máquinas, donde el dolor no contaba y yo podía alzar el vuelo. 

    Párpados pesados que me elevaban de la blanca envoltura arpillera, a un metro de mi blanda atadura, me desactivo y me elevo al infinito, como el vástago de un ente eterno con la promesa de un retorno.

    Luces en el suelo, brisa en mi cara, recorro la noche de risas en la ribera de la playa, rozando las palmeras con mi figura sin alas, donde el neón atrae pectorales y minifaldas, donde una noche grité mi amor y tú no estabas. 

    El viento me arrastra, siguiendo la línea interior de la asfaltada fila de metalizados autos, rugientes motores y prisa por llegar. Sinfonía de atascos de alegre claxon desafiante que sigue la curva del delirio hasta finalizar la ciudad, en busca de campo abierto, del frío nevado de la montaña, tal vez a su cielo nublado que resplandece de fuego de amanecer.

    Surcando el aire, siguiendo la recta de un rayo de sol, que se derrama candente en la mañana, abarcando todo en su paso, borrando los restos de madrugada en su viaje de cordilleras errantes y golondrinas aventureras que saludan mi paso con el sesgar de Eolo en mi camino, constante huida hasta que el Rey Sol disuelva mis alas de cera o me quede sin aliento y no haya ya vuelta que dar.

    Terrible llamada en espera, la que pone fin a mi vuelo, la que retorna el dolor metálico de pulsos, el rojo, blanco y verde, olor antibiótico y máscaras de aliento que murmuran mi nombre. Que en mi borrosa sensación de ver y no querer despertar, espeso en mi mente en un suspirado lamento, me encuentro la voz que me aclara que no fue mi muerte, con alegre exclamación;

     – ¡Señor! ¡Despierte! ¡Todo ha ido bien!

    My Chemical Romance – Welcome to the Black Parade
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  • La Cacería

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cuál es la figura pública con la que estás menos de acuerdo?

    Mucho antes de nacer el sol, cuando el plenilunio todavía embellecía con su resplandor esta tierra salvaje, llegó con su ruidosa jauría, nerviosa de víspera de sangre cercana, resbalando por sus hocicos inquietos. Llevaba la muerte en el hombro, marcada con apellido italiano, forjado en acero sonido de trueno que rompe la vida en un disparo certero.

    Los perros conectaron con la telaraña de colores que componen el rastro, nerviosos, arrastraron el interés del cazador hasta la entrada del bosque. Sabía el límite, no debía, estaba prohibido, pero, qué más da. La piel del yo he sido vale la pena de juicio si la balanza del cobre está en su bolsillo repleto. 

    Ladraron los perros, gruñó el hombre, se adentró en la oscuridad, creyéndose depredador, sonándose la sombra del cuervo, con su vestido verde de piel de ofuscada maleza y aroma a odio latente por la propia vida en sus garras de asesino. 

    En las entrañas de la espesura de la arboleda lloraron los perros de nuevo, pero esta vez de espanto, ladraron de terror y dejaron de hacerlo. Y se quedó solo el cazador, con su silencio, con la presencia alarmante de que iba a ser cazado, conocía el misterio de los roces en las zarzas, del rugido silencioso del que persigue un trofeo.

    Bajo la niebla al fin pudo verlo, la bestia de fauces abiertas que brillantes su mirada aclamaba el premio de una dentellada al aire. Se escuchó el ruido del trueno, fallido relámpago, le quedaba conocer esa parte del juego, la del cuello abierto y su piel rasgada, la del grito al viento, desesperado momento en el que la presa es cazada.

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  • Príncipe del Inframundo

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cuál es tu proyecto profesional?

     – Hola, me llamo Belcebú y soy megalómano, asesino en serie y torturador compulsivo.

     – ¡Hola Belcebú! (varias voces)

     – Llevo 15 días sin asesinar y torturar a nadie.

     – Bien, ¡Bravo! Todo un récord, ¡Así se hace! Te queremos, Belcebú. (Varias voces).

     – Es duro, muy duro, porque desde mi trono ves constantemente a la gente, llena de pecados, perversos y maleducados, que merecen una muerte cruenta y dolorosa. Pero, como dice mi terapeuta, hay que mirar el lado bueno. No sé si lo sabéis, pero todos tienen un lado bueno, hasta yo, que soy uno de los príncipes del mal. 

     – Yo pertenecía al coro celestial de los serafines antes de que nos echaran del reino de los cielos, añoro esa época de inocencia en mi vida, sé que marcó mi destino y recondujo mi forma de obrar, pero eso no es excusa para definir lo que soy. Ahora ostento el poder, soy uno de los siete príncipes del  infierno y eso no ayuda mucho, pero con un poco de ayuda vuestra conseguiré sacar lo mejor de mí.

     – Como ya dije antes, intento enfocar mi vida en un ángulo más positivo, Me fijo mucho en las familias, en la fuerte unión entre hijos y padres. Y sobre todo, me ha llamado la atención que, a falta de familia cercana algunas personas crean lazos familiares con gente con la que no tienen parentesco ninguno. 

     – Como ejemplo quiero forjar una relación más firme con mis compañeros, con   Satanás lo intento a diario, pero él se cabrea mucho con las muestras de cariño. En toda relación fraternal tiene que haber muestras afectivas, pero debe ser que Satanás no lo entiende y se vuelve agresivo. Leviatán siente envidia, y eso tampoco es muy buen ejemplo, así que lo evito. Mammon siempre pide monedas a cambio. Por más que le explico que las relaciones familiares son gratuitas, él no quiere comprenderlo.

     – Asmodeo, en cambio, es todo lo contrario. Le encantan las muestras de cariño, siempre tiene una sonrisa, una caricia. Claro, que veo que va por otro camino que no estoy seguro de querer seguir, entonces pasó el día evitándolo. Belfegor bosteza cuando no duerme, que lo hace constantemente, a todas horas, no hay forma de entablar la más mínima conversación con él, así que no sé cómo voy a tener más acercamiento. Y Lucifer, bueno, él está en otro nivel, tanto que nos mira por encima del hombro, solo nos trata para exigirnos cosas. En fin, que no es una vida fácil para alguien que quiere dejar de asesinar.

     – Bueno, Belcebú, ya has consumido tu tiempo por hoy

     – Lástima, tengo tantas cosas que contar…

     – Sí, lo creo, pero te recuerdo que tu verdadero problema es la bulimia.

     – ¿Bulimia? ¡No!

     – Eso pone en tu informe, y lo confirma el hecho de estar comiendo un lechón asado entero aquí en terapia.

     – Es mi merienda.

     – Venga, venga, ¿quién quiere hablar ahora?

     – Hola, soy Xochiquétzal y soy ninfómana.

    Marilyn Manson – Man That You Fear

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  • La Melodía de las Estrellas

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Cuál ha sido la última actuación en directo que has visto?

    Todos me decían lo genial que era, yo la había escuchado, pero no le encontraba todavía nada para justificar la fiebre que había con ella. Exótica, sí, no todos los días se podía asistir a un concierto de alguien tan especial. Así que decidí pagar la fortuna que costaba la entrada y arriesgarme.

    Cuando la luz se desmayó, la oscuridad y el silencio hacían discordia en los asistentes al concierto. Mil frases al viento, cada una en un idioma distinto. El color de la piel no era un problema para la melodía que empezaba a sonar en la penumbra.

    Era un coral de mil voces sagradas en solo una boca. ¿Cómo lo hacía? Sonaba a un coro de ángeles apuntados con una potente luz que dejaba ver su silueta entre las sombras del escenario. Ahí fue donde me enamoré de sus ojos azul cielo de tormenta. La que acababa de comenzar.

    Ella posó su cuerpo en el suelo de la misma manera que la brisa de primavera deja caer dientes de león sobre la arena. Me miró fijamente y siguió conjurando su melodía en ese extraño idioma que curiosamente era tan comprensible para mí. Y para todos. 

    Todos bailaban, al ritmo desconocido de esa diosa, con instrumentos nunca vistos que sonaban a arpegios de la lira de un querubín. Muchos cogidos de la mano, otros cerrando fuerte los ojos y dejándose llevar.

    Ahí me di cuenta, la curiosa dama no movía los labios al cantar, no había instrumentación ninguna y la única fuente de luz era un mísero foco obsesionado con no dejarla escapar. Todo estaba en mi mente, en la mente de todos. La canción era un murmullo de recuerdos comunes de la gente, que extasiada, se dejaba hacer. Como en el primer beso furtivo, como la primera vez que disfrutaron del sexo y que nunca quisieron que terminara. 

    Vi en su mirada la luz de otra luna, la caída intensa de dos soles en el horizonte y la grata sensación de la lluvia entre palmeras gigantes de otro planeta. Sentí que, en el final del concierto, se despedía de mí por mi nombre con la promesa en su sonido de que nos volveríamos a ver. 

    Pronto.

    Escuché por la calle que ella había accedido a cantar aquí, en nuestro planeta, porque necesitaba ideas nuevas, voces distintas para evolucionar sus melodías, así que el próximo espectáculo, esta vez en su mundo, serían nuestras voces las que sonarían. Muy lejos, a años luz de aquí.

    Goldfrap – Utopia
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  • Novicia

    Sugerencia de escritura del día
    ¿Qué haces para integrarte en la comunidad?

     – ¡Oh!, estará encantado con esta tarta de… ¿De qué dijiste que era, cariño?

     – De fruta de la pasión.

     – Muy apropiado, entra, ya están en pleno ritual.- 

    La anfitriona de la casa le acompañó en la entrada del enorme caserón y se dirigieron al sótano. Reinaba un ambiente solemne a la vez que festivo, Todos engalanados con togas lustrosas de color negro o rojo con ribetes dorados en las solapas.

     – ¡Chicos! Esta es Dana, la vecina, viene a participar, mirad que trae de ofrenda, un pastel de… ¿De qué me habías dicho?

    Todos la saludaron desde sus puestos, se escuchó cuchicheos y alguna que otra risa, pero enseguida se silenció el ambiente. Le asignaron un sitio cercano al círculo, de vistas preferente, al lado de la anfitriona, le dieron la toga blanca de iniciada que se puso enseguida encima del vestido.

    El sacerdote, con toga roja y ornamentada, empezó con un cántico en un extraño lenguaje que sonaba monótono y gutural.

     – Ahora empieza lo bueno – Iba comentando la anfitriona – Por cierto, me llamo Agnes.

    Una potente llamarada salió del centro del círculo, de color rojo vivo que iba tomando aspecto de persona, tras terminar el sacerdote la tonada, en una humeante explosión de humo del círculo apareció un señor con barba perfilada, vestido de traje y americano color burdeos, miro alrededor y saludo con la mano. El sacerdote fue a su encuentro, intercambiaron algunas palabras en el extraño idioma.

     – En cuanto acabe el protocolo de seguridad podremos ir a saludarlo- Comentó Agnes a Dana emocionada.

    Tras una corta ceremonia, un último y breve cántico en el que todos entonaron dicha oración al más estilo coro eclesiástico, el pontífice procedió al borrado de parte del círculo, liberando al señor del conjunto burdeos. Todos se acercaron, le estrechaba la mano y saludaban efusivamente, algunos hasta se abrazaban a él. Agnes, que ya estaba hablando animadamente con el invocado, le hizo señas a Dana, para que acudiese, y así hizo ella.

     – Me han dicho que eres nueva en la congregación – Le dijo el evocado personaje que, con cara de pícaro y el aspecto latino de Antonio Banderas, la miraba con interés

     – Sí, y como buena acolita le traigo este pastel como ofrenda.

     – Tiene un aspecto delicioso. Menos mal que no se trata otra vez de sangre de virgen o algún animal muerto. Ofrendas inútiles con las que no sé qué hacer. Con esto tendré desayuno para mañana. Por si nadie le ha dicho quien soy me llamo Lucifer – 

     – Mucho gusto – Le dijo Dana a punto de ofrecerle la mano en acto de saludo, pero el demonio se adelantó y le dio dos besos, uno en cada mejilla haciendo ruborizar a la dama.

     – Bienvenida a la orden.- Le dijo alejándose entre la gente que lo reclamaba con ímpetu.

     – A que es guapo – Le susurró Agnes.

     – Extrañamente seductor – 

     – No es por nada que el Lucero del Alba lleva su nombre.

     – ¿Venus?

     – Si

     – Pues muy femenino no es.

     – No, pero sabe tratar a las féminas. ¿De qué me dijiste que era la tarta?

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