
Desde la penumbra llegó y gritó:
—Hola… ejem… soy el terror fagocitador que viene del espacio exterior a exterminar, rasgar y segar la vida a quien me cruce…
La circulación se detuvo un instante; los rostros mostraron preocupación. Algunos indignados, otros asustados. A muchos les pareció una broma de mal gusto, de esas que hacían en las radios.
—…demonio de la sombra, acabaré con toda vida, arrastrando la corrupción de la carne y la aniquilación de la…
—Oye, ¿quién es este tipo? —dijo ella, frenando de golpe.
—No sé, algún pringao —contestó su compañera
—. Pues parece que hay quien se asusta.
La que caminaba delante, que había escuchado parte de la perorata, comentó:
—Dicen que viene del estómago, que es un virus…
—¿Un virus? Los virus no hablan; si viene de ahí debe ser una parietal desahuciada.
—Que va. Dicen que viene de un pollo.
—¿El individuo se ha comido un pollo?
—Lo suele hacer y nunca ha pasado nada.
—Y en la podredumbre resultante escupiré entre vuestros cadáveres, destruiré vuestros restos y cubriré de pústulas la…—
—¿Por qué se paran todas? —preguntó la de atrás—. No dejan pasar, nos estamos coagulando.
—Es que nadie quiere acercarse a ese chalao.
—¿Dónde están los glóbulos blancos cuando se les necesita?
—¡Vamos a morir, vamos a morir!
—Que no, joder, solo es un pringao dando un discurso.
—…arrancaré de las entrañas un maloliente fulgor que os llevará a perecer—
—¡A ver, tú, documentación! —dijo una célula blanca, apareciendo severa.
La circulación recuperó su latido habitual mientras se llevaban al extraño preso.
—Oye, las de adelante, ¿os enterasteis de algo? ¿Quién era el chalao? ¿Un virus o una célula de pollo?
—Que va. Era una neurona vieja con una sustancia pegada; se volvió loca.
Nadie lo volvió a ver… aunque, curiosamente, desde aquel día, el gran organismo empezó a toser.
Extremoduro – Me Estoy Quitando
Susurra al abismo. Alguien, en algún sueño, escuchará.