Carta 14: Recuerdos del pastel de sueños.

Esta noche no hubo sombras. Solo una puerta verde, y una mujer que traía consigo un pastel de recuerdos.

Querido diario:

Entré con miedo, pero no había rastro de pesadillas. Esta noche sería para descansar, sin sombras oscuras que me atormentaran. Solo un acostumbrado paisaje de otoño en mi bosque de puertas, en la isla flotante. Lo previsto, nada más.

Así que di media vuelta, simulé un bostezo y me dispuse a intentar una siesta dentro de mi propio sueño.

Escuché un sonido y temí lo peor: una puerta abriéndose. Era verde, como su mirada; extraña, como la solidez del líquido evaporado. De esa forma se movían sus caderas: como si fueran lluvia y viento. Vino hacia mí con una sonrisa, como si mi cara de sorpresa fuese un poema romántico, de esos que escribía un tal Bécquer hace ya tiempo.

—Hola. Quise llamar primero, pero veo que no cierras las puertas. Te gustan las sorpresas, pienso.
—Hola, bienvenida a mi morada. Si son como tú, no necesitan aviso.
—¿Has probado alguna vez pastel de sueños de otro? —preguntó, mientras me mostraba el paquete que llevaba en las manos.
—No he tenido el placer. Me encantará probarlo —admití, mientras invocaba una mesita, dos sillas y hasta un juego de té con su tetera humeante.
—Veo que ya has aprendido algunos trucos. Ahora prueba esto.

La misteriosa mujer rasgó el paquete que traía. De su interior salió una impresionante tarta. Parecía de chocolate, y su tamaño triplicaba al de su envase. Ella sacó una daga de su vestido verde y cortó dos porciones.

Era imposible describir el sabor. Me recordaba a los días de lluvia en casa de mi abuela. Al horno de la cocina de leña. A la sonrisa de mi prima, con la cara manchada, pidiendo más en la merienda. Sabía a casa y, a la vez, a palacio real.

—No tengo palabras.
—Pero sí tienes recuerdos. Es a lo que sabe la comida en estos sitios. Lo que pasa es que el recuerdo de este pastel es mío. Aquí compartimos recuerdos… y la habilidad de imaginar.
—¿Conoces a más gente como nosotros?
—Claro que sí. Somos pocos los que logramos cruzar la frontera, pero quizás más de los que crees.
—¿Y qué pasa con ellos?
—Lo normal. Con algunos te llevarás bien, con otros no. A los últimos seguramente los evitarás, y listo. Con los que comulgues intentarás coincidir. Llegarás a llevarte muy bien con unos pocos, y esos se convertirán en parte de tu familia.
—Como en la vida normal.
—Sí, como estando despierto. Con algunas diferencias. Aquí hay otras reglas.
—¿Cómo cuáles?
—Ya las irás viendo. Ahora me tengo que ir. Hoy madrugo.
—No te conozco, pero no me importaría coincidir otro día contigo.
—¿De verdad no me conoces?
—¿Nos conocemos en el mundo real?
—No. Solo en el sueño. Nos vemos otra noche. Aunque si me necesitas, solo tienes que cruzar mi puerta. Quedará abierta para ti.

Cocteau Twins – Lorelei

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Comentarios

12 respuestas a “Carta 14: Recuerdos del pastel de sueños.”

  1. Avatar de BDEB

    Un sueño donde haya tarta de chocolate que sabe a recuerdos nunca puede ser pesadilla, siempre será un sueño feliz.

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    1. Avatar de El Onironauta

      Y es el sabor que me falta por probar. Pasteleros del mundo, ahí queda la propuesta. Aunque pensándolo bien, hay comida con sabor a recuerdos. El puchero de mi madre.
      Gratos sueños.

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      1. Avatar de BDEB

        Las recetas de las madres siempre saben a recuerdos. La mía no recuerda cocinar pero antes de que ocurriera me enseñó sus dos platos «estrella» y mientras los preparo la veo a ella en la cocina, con su delantal y poniendo todo el cariño mientras cocina.
        Sí, hay platos con sabor a recuerdos y se saborean de una forma preciosa.

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        1. Avatar de El Onironauta

          Cuando tengo la suerte de ir de visita a un sitio donde frecuente hace tiempo, los recuerdos me llegan por el sonido o por el olor. Hace unos cuantos años volví a un pequeño pueblo de Andalucía. Donde nació mi padre. Pasé a primeras horas de la mañana por esas cuestas invencibles, donde saboreas en aroma a pan, a manteca derretida en lomo. Un sacrilegio árabe que te transporta en el tiempo y que te vuelve niño de repente. Un niño anciano de miles de años, como las paredes de ese pueblo. En el que oyes rezar a la Meca en cada uno de sus desayunos. Volveré algún día a reconocer el aroma del tiempo que allí se vuelve lento.

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          1. Avatar de BDEB

            Volver a esos lugares significa trasladarse unos años (muchos) atrás. Revivir juegos en las calles, olores, sabores y sonidos, lo mejor de esos pequeños lugares es que nos devuelven grandes momentos.

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  2. Avatar de beauseant

    Creo que mis recuerdos estropearían cualquier tarta, por mucho chocolate que le pongan ;)

    Me han gustado vuestros comentarios, eso de las comidas con sabor a recuerdo, es una imagen muy bonita.

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    1. Avatar de El Onironauta

      Siempre hay un sabor que se disfruta recordando. Incluso el sabor de la soledad de principios de Enero. Aunque sea diminuto. Un breve fragmento cocinado a fuego lento y que se esconde profundo, para saborearlo corriendo.
      Gratos sueños.

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    2. Avatar de BDEB

      Siempre se está a tiempo de crear nuevos recuerdos ¿verdad? Así que elige el sabor y vamos a por ello querido Beauseant.
      Un abrazo.

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  3. Avatar de POETAS EN LA NOCHE

    Me ha encantado la ternura y la magia de lo que escribes. Ese encuentro en el sueño, entre puertas y recuerdos, se siente tan humano como poético.
    La imagen del pastel convertido en vivencias, aromas… es preciosa, transmite cercanía y hace que todo el relato respire cariño y complicidad.
    Un texto que me deja sonriendo al corazón.
    Un abrazo y feliz noche. 🎂🥰🌷

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    1. Avatar de El Onironauta

      Comer es algo tan básico, tan importante. Es algo tan fácil de hacer que deja espacio a más emociones. Deja paso a la felicidad, a la añoranza. Acompaña a la victoria y consuela en la derrota. Es lo primero que se comparte y es terrible cuando falta. Por eso es normal que termine en sueños, pasiones, recuerdos. Es sensacional hasta cuando dejamos de acordarnos que algún día ese plato fue como el primer beso, sabor eterno.
      Gratos sueños.

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  4. Avatar de azurea20

    Cualquier recuerdo con sabor a chocolate tiene que ser un buen recuerdo.
    Feliz finde.

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    1. Avatar de El Onironauta

      Salvo si eres alérgico creo que sí. Aunque a mí, en especial tengo recuerdos del pastel de manzana que hacía mi tía cuando venía de vacaciones. Sabía a niños jugando, a playa decorada de verano y a noches estrelladas con aroma a cientos alrededor de la mesa, sentados en silencio.
      Gratos sueños.

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Susurra al abismo. Alguien, en algún sueño, escuchará.