
Fue un rayo de sol quien la despertó. Inmersa en un mundo donde el grotesco ser que la perseguía, una sombra sin escrúpulo armado con un rifle y acompañado por fieros mastines, querían darle caza. Arañando la tierra a su paso, sorteando retorcidos árboles.
Ella y su miedo eran uno, la sombra de la mirilla le hacía evitar el claro de luna llena, esconderse en la profundidad, en silencio, temblando. Pero el tronar cercano a sus pies descalzos la hizo correr, atravesar la arboleda, tropezar con las ramas, volar hacia el suelo y volver a trotar de nuevo, lamentándose en su huida.
Serendipia de penumbra bajo los arbustos que ocultaron sus fatigados ojos, que atentos al movimiento, pudo con el peso de sus párpados y escapó en sueños.
El sol acaricia su rostro, exorcizando las sombras, llenando de vida su mirada asustada. Su vestido roto le recordó una pesadilla en el filo del olvido.
The Rasmus – In The Shadows
Susurra al abismo. Alguien, en algún sueño, escuchará.