
Sin pensarlo mucho, en esta fecha tan señalada, que viendo la arena correr y las líneas de las manos iluminando el destino, del baúl que guardo mis recuerdos, recojo una fotografía en blanco y negro.
En ella brilla tu mirada en un misterio, en el que, por no sé qué sortilegio, por un inaudito secreto, tu mente funde en blanco y el instante desaparece. Aunque yo conozco el enigma de los recuerdos deshabitados, me sé muy bien la laguna de suspiros alados, conozco la canción de la amnesia más pendiente de atención.
Pero en mi ausente olvido conozco la palabra precisa, suplicante en tu mirada, que el deseo de mi sonrisa ardía en tus labios, y que los míos andaban perdidos.
Susurra al abismo. Alguien, en algún sueño, escuchará.